¡¡VIVA LA DEPENDENCIA!! ¿En qué piensas cuando escuchas la palabra independencia? Cuando estamos cercanos a la celebración de las fiestas patrias, pensamos en ella más bien como un concepto político. Vienen a nuestra mente aquellos hombres y mujeres valientes y osados que se atrevieron a soñar en grande. Verdaderos héroes que pelearon cruentas batallas, dispuestos a dar sus vidas con tal de defender sus ideales y ver a su patria libre de toda esclavitud y del dominio de un pueblo extranjero. Por otro lado, la independencia también la entendemos como esa tan anhelada libertad del ser humano por ser autónomo, el deseo de no ser mandado, ni depender de nadie. La definición de la palabra "Independiente" en el diccionario dice: "No dependiente; libre; no sujeto al control de otros; no dependiente de otros; no subordinado; autónomo; soberano; no sujeto a contingencias o condiciones, etc." Pensemos un momento, ¿habrá alguno de nosotros que pueda ser 100% independiente?, me temo que no. El espíritu de independencia ha estado presente en la raza humana desde que el hombre fue creado y en cierta forma es válido, a nadie le gusta ser esclavo o vivir bajo el dominio de otro más poderoso. Sin embargo este espíritu en ocasiones nos lleva al extremo de vivir sin depender de nuestro creador, de Dios. Cuando Dios creó al hombre, siempre tuvo en mente tenernos bajo su alero, en una relación de dependencia y amor. Adán y Eva tuvieron todo a su entera disposición, eran los amos del lugar, y tenían una relación idílica con Dios, sin embargo esto no les bastó. Ellos cedieron a los ofrecimientos engañosos del diablo y accedieron a la idea de dejar de depender de Dios, quisieron ser iguales a Dios y las consecuencias de esa decisión fueron nefastas: separación de Dios, soledad, enfermedad, tristeza, esclavitud al pecado y muerte. Hasta el día de hoy luchamos con esa tentación. Es tan fácil creernos auto suficientes y querer hacer las cosas separados de Dios, sin su apoyo y peor aún sin buscar su corazón para ver si tenemos su aprobación. Cuánto dolor y malos ratos nos evitaríamos si tan sólo entendiéramos que ser dependientes de Dios es la única forma de ser verdaderamente libres. Sólo Dios es totalmente independiente. Él no depende de nada ni de nadie, él es dueño y creador de todo lo que existe, él lo es todo en sí mismo, auto suficiente en todo el sentido de la palabra. A él no hay quien pueda aconsejarlo porque su sabiduría y conocimiento es infinito. Declarar nuestra "independencia" de Dios es como firmar un decreto de esclavitud eterna al pecado. Sólo en él podemos encontrar la verdadera libertad e independencia a través de su Hijo Jesús (Jn.8:36) ¡!Qué viva la dependencia! "Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud". Gál.5:1
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 12:43:26 +0000
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