VIVIR PRÓXIMOS, CERCANOS, A NUESTRO PRÓJIMO Por Gabriel - TopicsExpress



          

VIVIR PRÓXIMOS, CERCANOS, A NUESTRO PRÓJIMO Por Gabriel González del Estal 1. ¿Cuál de estos tres te parece que se comportó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos? – El que practicó misericordia con él. La palabra castellana “prójimo” viene de la palabra latina “proximus”, que significa: cercano, al lado de. Entendiendo, pues, en sentido literal, el mandamiento del amor al prójimo, lo que se nos manda es vivir cerca de nuestro prójimo, cercanos a él. Estar siempre cercanos a los demás es vivir teniendo en cuenta a los demás, no vivir preocupados exclusivamente de nosotros mismos. Naturalmente, el mandamiento cristiano nos manda atender de una manera especial a aquellas personas que necesitan alguna ayuda de nosotros. Por eso, en esta bellísima parábola del “buen samaritano” el maestro de la Ley que preguntó a Jesús cuál era su prójimo, dedujo correctamente que el prójimo al que debería atender era aquel hombre al que unos bandidos habían apaleado, dejándolo medio muerto. Estar cercanos a las personas a las que amamos y por las que nos sentimos amados es cosa fácil, pero estar cercanos a personas a las que ni siquiera conocemos y que nos piden ayuda es tarea ardua y difícil. Sin entrar ahora en casuísticas concretas y propias de nuestro tiempo, sí podemos afirmar que hoy día ser buen cristiano y cumplir el mandamiento del amor al prójimo supone mostrarse siempre atentos y disponibles ante las personas que nos necesitan, por la causa que sea. En cada caso concreto deberemos valorar lo que el prójimo necesitado necesita de nosotros y lo que realmente nosotros podemos hacer por él, pero nunca deberemos mostrarnos lejanos e inaccesibles ante las personas necesitadas. 2.- El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca.Cúmplelo Moisés le dice al pueblo, en nombre de Dios, que “el precepto que Dios les manda no es cosa que le exceda, ni inalcanzable”, sino que está muy cerca de él, en su corazón y su boca. Aplicando estas palabras al mandamiento del amor al prójimo del que nos habla el evangelio, también podemos decir que este mandamiento lo percibimos cada uno de nosotros en nuestro corazón, sin necesidad de saber mucha religión. El ser humano bien nacido es compasivo y misericordioso por naturaleza; ante una persona necesitada nuestra primera reacción es ayudarla. Es también cierto que nuestro egoísmo es, por naturaleza, muy grande, pero esto no anula la naturaleza compasiva de nuestro corazón. Toda la ley se resume en amar a Dios y al prójimo; amemos, pues, al prójimo tal como la parábola del buen samaritano nos recomienda, dejándonos llevar por nuestro corazón compasivo y misericordioso. 3.- Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. El autor de este himno cristológico que aparece escrito en esta carta de san Pablo a los Colosenses, nos dice que Cristo es el primero en todo. Pues bien, también en nuestra Iglesia Cristo debe ser el primero en todo. La Iglesia es el cuerpo místico de Cristo y sólo será fiel a su cabeza, Cristo, si actúa movida y dirigida por su Espíritu. Cuando nuestra Iglesia actúa movida por otros intereses que no son los intereses de Cristo, nuestra iglesia deja de ser cuerpo místico de Cristo. Ni el dinero, ni el poder, son los intereses de Cristo; el amor y la compasión sí son intereses de Cristo, tal como nos sugiere hoy la parábola del buen samaritano. Para que Cristo pueda seguir siendo el primero en su Iglesia, ésta debe dejarse dirigir siempre y exclusivamente por el espíritu de Cristo. --------------------------------------------------------------------------------
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 15:15:48 +0000

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