Vamos a dejar claras algunas premisas que por la locura de algún - TopicsExpress



          

Vamos a dejar claras algunas premisas que por la locura de algún resentido o víctima de la LOGSE, nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino de que la ley de memoria histórica es lo mejor que tenemos. Confundir la democracia con la II República e incluso identificar la forma de gobierno republicana con la II República es un error y una falsificación de la realidad. Dejémoslo claro: la II República intentó ser en sus inicios una democracia excluyente. En la mentalidad de los republicanos el régimen era concebido de forma patrimonial, de tal modo que sólo los partidos republicanos y los de izquierda tenían derecho a detentar el poder y todos los demás eran considerados antirrepublicanos y por tanto debía negárseles la legitimidad para gobernar, independientemente del resultado de las urnas. La II República dejó de ser, en su desarrollo, una democracia: mantuvo, por ejemplo, un régimen de censura de prensa y cuando quiso se permitió cerrar periódicos fundamentalmente derechistas, lo que resulta incompatible con la democracia; proscribió la libertad de educación, prohibiendo los colegios religiosos; persiguió a los católicos… y discriminó a los españoles en función de sus creencias… Pero, además, una parte importante de los que trajeron la República, formada por la mayor parte del PSOE y los anarquistas -porque los comunistas eran muy pocos hasta 1936-, siempre consideraron la República, o mejor dicho la democracia liberal, como un estadio hacia la revolución. Reiterémoslo, el objetivo político de los anarquistas, del PCE, de la inmensa mayoría del PSOE (el sector socialdemócrata era ínfimo y despreciado), del POUM, era hacer la revolución, poner fin a la democracia e instalar el comunismo libertario o la dictadura del proletariado. Pero la izquierda lleva cincuenta años intentando borrar que entonces su objetivo era derribar la democracia y para ello cuenta con la inestimable ayuda de la cobardía moral del centroderecha hispano, de los periodistas paniaguados y de la censura ejercida contra quienes sostienen tesis distintas. Y la izquierda continua dictando la “memoria” sin renunciar a exaltar el valor de la revolución, evitando siempre cualquier condena a sus desmanes y a su intento real de destruir la democracia. En esta línea, resulta curioso que se reconozca como válido y se legitime el “derecho a la revolución” -la izquierda nunca considera violencia su violencia-, pero al mismo tiempo se condene el derecho de los demás a defenderse de dicha agresión. laestanteria.blogia/2013/071701-18-de-julio-de-2013-entre-la-falsa-memoria-y-la-verdad-historica..php
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 05:58:11 +0000

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