Veinticuatro horas de oración por milagros "El fuego sobre el altar no deberá apagarse nunca; siempre deberá estar encendido". Levítico 6:13 "Estén siempre alegres...". 1 Tesalonicenses 5:16 Creo en milagros porque creo en Jesús. La fe está creciendo en el corazón de la Iglesia para edificar altares que estén encendidos las 24 hs. del día y, en respuesta a ello, poder ser testigos de milagros hechos por nuestro Señor. Milagros que traigan salvación, sanidad, restauración, protección y provisión a las personas. Los adoradores y los intercesores, en estos días, saben que la fe que no confronta es estéril; en cambio la fe comprometida confronta hasta sus propias expectativas en espera de milagros divinos y hasta publica abiertamente que verá, en circunstancias especiales, la suspensión de las leyes naturales para que intervengan las sobrenaturales. Estas poderosas obras de Dios forman parte de creer en el milagro más grande que consiste en ver a las multitudes venir a Cristo para ser salvas. Es un desafío inmenso levantar altares de oración ininterrumpida. Me he dedicado a buscar a personas que lo hicieron, como los hermanos Moravos quienes oraron continuamente durante cien años, o como Rees Howells quien pasaba horas y horas orando y, cuando no lo hacía, tenía un espíritu de oración permanente. En tiempos más cercanos, fui impactado por una ilustre desconocida: la hermana Eiizabeth Dabney, una mujer de Dios que literalmente vivió ayunando y orando y fue testigo de la continua manifestación del Señor con miles que venían a encontrarse con Jesús. Entonces pude ver que estas personas que edificaron altares tenían algunas características en común: Tuvieron un encuentro donde conocieron al Señor personalmente y este definió sus vidas, porque en la práctica es imposible servir, adorar o esperar en un Dios desconocido. En estos días, Él se nos revela de una manera especial y, detrás de esas revelaciones, hay mucha gente que levanta un altar. Tenían celo por el nombre y la fama de Dios, deseaban que Él fuera conocido y honrado y trabajaron apasionadamente para lograrlo. Estaban enamorados del Señor y, a la vez, sentían rechazo abiertamente por todo ídolo y por las obras del mal. Se ataron al sueño de Dios que no es otra cosa más que traer a Jesús al corazón de cada persona. Creyeron por ciudades enteras donde miles vinieron a Cristo. Ellos lo hicieron. En Argentina, ya se comienza a vislumbrar creyentes con el deseo extremo de hacerlo. ¿Lo harás tú también? Gertrudis y Pedro Ibarra Quilmes, Buenos Aires Motivos de oración Que el Señor ponga en nuestros corazones el deseo ardiente de levantar un altar de oración continua por la salvación de Argentina. Que el Señor derrame sobre nuestra nación milagros de salvación y sanidad nunca antes vistos. Que el Señor lleve a cada creyente a un encuentro personal con El que transforme por completo su vida. Acción práctica Comprométete hoy a poner tu vida en servicio de Aquel que te rescató de las tinieblas, a enamorarte del Señor cada día un poco más. Ver los videos devocionales en: oramos.ar
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 02:17:28 +0000