Viernes, 2 de agosto del 2013María del Mar González (Sant Andreu de la Barca) El jueves se produjo la comparecencia de Mariano Rajoy en el Senado. Ha sido un discurso prepotente y altanero, en el cual ha faltado al respeto a las instituciones y ha insultado la inteligencia de los ciudadanos. Ha pecado de soberbia al prácticamente reírse de la moción de censura, presumiendo de que no tenía posibilidades de salir adelante. Indignantes las continuas interrupciones en forma de aplausos desmedidos y a destiempo de la bancada popular. La coletilla "fin de la cita" ha tardado poco en volverse en su contra, ha sido ridícula e insufrible. No vale un "me equivoqué" (al más puro estilo Rey de España) si no va acompañado de su dimisión. Ha pretendido ser contundente y ello ha provocado el efecto contrario, ya que los discursos de la oposición (excepto el de Duran i Lleida, que ha sido extremadamente tibio, quizás por ser consciente de que tiene mucho que callar) han sido mucho más veraces al mostrar hechos contrastados y los ha dotado de la contundencia que pretendía atribuirse el Presidente. Particularmente insoportable han sido las sonrisitas condescendientes de Rita Barberá y compañía en el palco, aún contribuye más al descrédito del discurso del Presidente, que no se molesta en tomar notas mientras está siendo atacado sin piedad por la oposición, quizás porque en el turno de réplica les contestará a todos a través de otro discurso convenientemente preparado pero que tendrá la misma falta de credibilidad que el primero. En definitiva, una vergüenza para este país.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 21:51:48 +0000
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