Vivir y aprender D. B. Sabnis “El ser humano no nace tan - TopicsExpress



          

Vivir y aprender D. B. Sabnis “El ser humano no nace tan solo para comer, beber, crecer y morir, sino que también para elevarse espiritualmente y aclarar su futuro. “Ahora o nunca” debe ser nuestro lema. La mayoría de las personas concluye rápidamente que n o existe significado para la vida, porque jamás se preocuparon en investigar el verdadero propósito de la vida. Según ellas, la muerte es el final, y eso es todo. Establecemos metas muy cortas para nosotros mismos. Contando que tengamos una meta, sentimos que nuestra vida es significativa. Mas casi todas nuestras metas son transitorias. Alcanzamos una meta y después salimos en pos de otra. Debemos comprender que la búsqueda del significado de la vida es una búsqueda espiritual que cada uno debe de emprender. La vida de todas las personas es significativa, desde que cambiemos nuestra actitud con relación hacia lo que la vida nos presenta. La vida de un profesor o de un estudiante, de un médico o de un ingeniero, de un hombre de negocios o de un barrendero – la vida de todos – podría ser significativa desde que cada uno viviese con un objetivo de la autorrealización y de la autoconsciencia. De ahí la importancia de comprender la vida como una película, una escuela de peregrinación, y el ser humano como actor, alumno y peregrino. ¿Pero qué ser humano? La individualidad, o ego que es el actor o experimentador y también el eterno peregrino. Es ese ego o autor quien elige el mundo como palco, telón o plataforma para representar la película de la vida, antes de nacer. Elige las circunstancias, la familia, los padres, los coautores, la personalidad, etc. La palabra “personalidad” deriva de la palabra latina persona, que significa “máscara” y era utilizada por los actores. Por detrás de esa máscara el actor permanecía oculto y anónimo. Esos diferentes papeles interpretados por el autor son nuestras personalidades. Permanecemos tan absortos en la representación de nuestro papel en esa vida mundana que raramente percibimos nuestro verdadero yo. Es de resaltar que el ego aquí mencionado no debe ser confundido como el ego de la psicología moderna, que se refiere a la personalidad mortal, conforme lo denominaba San Pablo, que aún lo subdividía en cuerpo natural (abarcando el cuerpo físico y el etérico) y el cuerpo psíquico. En una determinada vida representamos el papel de madre, padre, hermano, hermana, empleado, funcionario, magnate de los negocios o barrendero. Debemos intentar desempeñar nuestro papel de la mejor manera, no importa lo insignificante que pueda parecer. A veces, en una película, vemos que el desempeño de un actor secundario es más aplaudido que el de un héroe – un papel aparentemente insignificante gana prominencia. En cierto modo, no existen papeles insignificantes. Lo que importa es nuestra actitud. El éxito de una película depende de que cada uno de los actores desempeñe bien su papel; también de pendemos de otros actores en la vida real. Hace mucho tiempo, se realizó una investigación a fin de descubrir las causas de una derrota en una batalla. La investigación reveló que la batalla fue perdida porque los soldados quedaron desmoralizados cuando el caballo resbaló, matando al general del ejército. ¿Pero por qué resbaló el caballo? Porque la herradura se desprendió debido a que el herrero no la fijó adecuadamente. Así dice la historia que “la batalla se perdió a falta de un clavo”. De ahí la importancia del cuidadoso desempeño del propio deber en la vida. La vida es también una escuela. Existen algunas experiencias, como la maternidad o la pobreza, que cada ego tiene que experimentar en una vida o en otra. Tal vez lo mejor que podamos aprender en la escuela de la vida se la importancia de dar en vez de recibir, sin esperar nada a cambio. El arte de cuidar, una sonrisa, una palabra amiga, un gesto cariñoso pueden realizar milagros. Aprender es un proceso que no tiene fin. En la escuela de la vida tenemos todos los tipos de estudiantes. Algunos fracasan y desisten; otros fracasan pero continúan intentándolo. Uno puede completar un curso que le fue designado en 700 nacimientos, otro en setenta años o en siete meses, otro en siete minutos o en siete segundos. Mas, para la mayoría de nosotros, el proceso de aprender en la escuela de la vida es mucho más lento. Vivimos bajo la errónea impresión de que una vida no es suficiente para completar ese curso, y continuamos prolongando nuestro proceso de auto liberación. ¿Si no es ahora, entonces cuando? Si la media de vida de una persona es de 70 años, esta pasa casi 68 años haciendo cosas como jugar, estudiar dormir, comer, bañarse, hacer compras, trabajar, divertirse, etc. Escasamente le sobran dos años para el progreso moral y espiritual. Pero incluso pasa ese tiempo ocupada en cosas triviales. El ser humano no nace tan solo para comer, beber, crecer y morir, sino que también para elevarse espiritualmente y aclarar su futuro. “Ahora o nunca” debe ser nuestro lema. La vida es comparable a una peregrinación, y el hombre es llamado el eterno peregrino, acumulando experiencias en cada existencia. En cuanto percibimos el propósito de la vida – evolución y emancipación del alma – comenzamos a asumir esa evolución en nuestras propias manos. No estamos solos en esa peregrinación. Tenemos que llegar al destino en la compañía de otras almas peregrinas, no aislándonos, la interdependencia es un aspecto importante del progreso espiritual. La interdependencia es un aspecto importante del progreso espiritual. Nadie nos puede sacar del atolladero, mas el auto esfuerzo, conjuntamente con la orientación de los guías espirituales, definitivamente ayudarán. D. B. Sabnis. – Miembro de la Logia Blatvasky de Mumbai. S. T. en la India Sophia. Brasil. (Set. – Oct. 2.0
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 07:50:38 +0000

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