Y así fue como el alba nos sorprendió, sus ojos se deslizaron - TopicsExpress



          

Y así fue como el alba nos sorprendió, sus ojos se deslizaron como sombras perforando mi ligera coraza de hielo hasta situarse en el umbral de mi corazón. Mis dedos buscaron tímidamente sus manos. Admiré y adulé su sortija, era como ella, simple y natural. En un eterno y delicado segundo entrelazamos las manos, mi sangre avanzaba por cada una de mis venas consumiendo -en una especie de agonía- a la razón. Las puntas de sus dedos se detuvieron en el mágico puente que dividía nuestros propios infiernos desconocidos, -los cuales- se escondieron tras la perfidia apacible del filo de cada copa. Así, acarició mi mano que -con temor- la llevé hasta mi rostro. Con un ligero suspiro la invité a mi lado, se acostó y mi nariz acarició con ternura su mejilla. En ese instante todo el mundo se paró y un silencio sepulcral inundó la habitación, tan sólo se escuchaba el retumbar de ambos corazones latiendo con fervor. Sus ojos de miel -entre su cálido aliento- se clavaban en mis negras pupilas. Sus alas abrazaron mi humanidad y mi mundo, me atajé en una luna imaginaria con el temor de un niño y sentí sus labios de terciopelo eróticos embriagando cada espacio de mí. Me acurruqué en sus sueños un instante y la noche se cubrió de nostalgia, un cometa acarició con delicadeza el cielo, y la luna –siempre cómplice- comenzó a sonreír encendiendo una a una las estrellas. Y así, lentamente besé su recuerdo que me embriagó, y agónicamente volvió a treparse como una erótica enredadera en mi cuerpo y -sobre todo- en mi corazón. -Alejandro Mora.
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 00:39:32 +0000

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