Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco - TopicsExpress



          

Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios" Texto Áureo: (Génesisn.5:21-24) "Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Bien hermanos les saludamos en el nombre del Señor Jesucristo; esperando que la gracia y la unción del Espíritu Santo sea derramada abundantemente en nuestros corazones para poder así exhortar en esta hora la palabra del Señor. Introducción: ¡Cuánto daño hace el orgullo en nuestra sociedad, en los hogares y lamentablemente también en las iglesias! Haríamos bien en ser más humildes con lo cual haríamos mucho bien a nuestro entorno y a nosotros mismos. ¡Aprenda del ejemplo más grande de humildad: JESUCRISTO. Hermanos y amigos, vamos mirar nuevamente a la vida de Enoc que mucho más todavía tiene para enseñarnos. Enoc, era un hombre humilde y de esta humildad Jesús habló cuando anduvo en esta tierra, una característica que destacó cuando habló con sus discípulos. En (San Mateo 11:29) Jesús dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas". El yugo comúnmente era una madera que se ponía sobre el cuello de una yunta de bueyes para tirar de un carro. Si Jesús dice que lleváramos su yugo, no significa que Él se lo quita y nos lo impone. ¡No! Más bien quiere llevar el yugo con nosotros. Aunque también está el aspecto del ejemplo que nos pone delante: el suyo propio. Él ya llevó este yugo y ahora nos anima a hacerlo también. Pero, nunca iremos solos, Él nos ayudará. Él irá con nosotros. El yugo demuestra humildad y sujeción, y esto era lo que Jesús quería enseñar. Él fue el máximo ejemplo en humildad y mansedumbre, y el que quiera caminar con Él tiene que tener esta característica. En el libro de los (Hebreos 11:5.) se nos dice que Enoc "tuvo testimonio de haber agradado a Dios". Si Enoc agradó a Dios la humildad fue una de sus características, porque en muchas citas de la Biblia vemos el principio de que "Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes" (1P.5:5). Enoc jamás podría caminar con Dios en una actitud soberbia u orgullosa. Dios no lo hubiera aceptado. Ilustración: Se cuenta del presidente George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, juró su cargo el 30 de abril de 1789, a los 57 años. Después de este acto, celebrado en el balcón del Federal Hall de Nueva York, fue aclamado por miles de ciudadanos. Más tarde, Washington pronunció su discurso de toma de posesión en la Cámara de Senadores. que cuando un día se encontraba en el campo con su ejército, a causa del clima se puso un sobretodo que tapaba completamente su uniforme lleno de condecoraciones, y su cara estaba semi- oculta bajo su sombrero. Así recorrió el campamento. En un extremo del mismo vio una escena que quedó observando. Un par de soldados intentaban subir un pesado tronco a una carreta bajo la supervisión de un sargento. Tomaban impulso y cuando les faltaba unos centímetros sus fuerzas no alcanzaban y el tronco se venía a bajo. Empezaron de vuelta y otra vez sucedió lo mismo. El sargento de mientras les gritaba: "¡Más fuerza! ¡Hagan más fuerza!". Ahí Jorge Washington se acercó y puso su hombro al pesado tronco y con esta fuerza extra pudieron subirlo. Luego le preguntó al sargento, por qué no había ayudado a sus hombres. Este le replicó: "¡Yo soy sargento!". Washington, se desabrochó su sobretodo para que el sargento viera su uniforme cubierto de condecoraciones y le dijo: "La próxima vez que necesite ayuda para subir un tronco, llámeme". Evidentemente no hubo necesidad de llamarlo. ¡Cuánto daño hace el orgullo en nuestra sociedad, en los hogares y lamentablemente también en las iglesias! Haríamos bien en ser más humildes con lo cual haríamos mucho bien a nuestro entorno y a nosotros mismos. Justamente el ejemplo del yugo nos muestra la consecuencia que trae el andar en los caminos de Dios: "hallaréis descanso para vuestras almas". Este mundo es estresante en todos los aspectos. Lo que el hombre más busca es paz y descanso para el alma atribulada y no lo encuentra. La solución que ofrece Jesús parece ilógica, porque en vez de ofrecernos una cama, reposera o hamaca, nos ofrece un yugo. Parece contradictorio. Pero estando en humildad y sujeción a Su voluntad, encontraremos paz y tranquilidad para el alma, porque sabemos que Él se encarga de todo; Él es el que guía. Ya no necesitas preocuparte, desesperarte, porque Él maneja todo y su yugo está forrado de amor, y si esto fuera poco, Él va al lado tuyo. El andar en humildad agrada al Señor, y tu recompensa será el "descanso". Si en tu orgullo quisieras tomar las riendas en tus propias manos - aparte de vivir preocupado, quizás desesperado porque las cosas no se dan como las imaginabas -, para colmo de males tendrás la oposición de Dios mismo a tal andar. Creo que no te conviene hacerlo de esta forma. Se cuenta que a fines del siglo XVIII el gerente del mayor hotel de Baltimore (EUA) rehusó a un forastero vestido de campesino la estadía en este lugar. Por la tarde del mismo día el hotelero descubrió que aquel hombre era el vicepresidente Thomas Jefferson. De inmediato envió una nota pidiéndole que volviera como un invitado suyo, pero recibió la siguiente respuesta: "Ya he tomado una habitación en otro hotel; aprecio sus buenas intenciones, pero si no tiene sitio para un granjero americano, tampoco lo puede tener para el vicepresidente de los Estados Unidos". Si quieres andar con Dios, si quieres agradar a Dios, tienes que tener el sentir de Cristo que "...estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil.2:8). Por lo tanto: "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará" (Stgo.4:10). Un antiguo misionero contó la historia de dos toscas cabras monteses que se encontraron en un estrecho pasaje. Por un lado había un precipicio de 1.000 pies de profundidad; por el otro, un inclinado peñasco recto y alto. No había espacio para dar la vuelta y las cabras no podían dar marcha atrás sin caerse. ¿Qué iban a hacer? Finalmente, en vez de pelear por el derecho a pasar, una de las cabras se arrodilló hasta ponerse lo más plana posible. La otra entonces caminó por encima de ella y ambas procedieron con seguridad. En cierto sentido, eso es lo que Jesucristo hizo por nosotros cuando dejó la gloria del cielo y vino a la tierra a morir por nuestros pecados. Nos vio atrapados entre nuestro pecado y la justicia de Dios sin ninguna posibilidad de ayudarnos a nosotros mismos. Vino como humano y tomó la forma de siervo (Filipenses 2:5-8). Luego, al morir por la humanidad pecadora, nos dejó «caminar por encima de Él» para que pudiéramos experimentar el perdón y recibir la vida eterna. Pedro puso a Cristo como ejemplo de humildad: "también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas." (1P.2:21). Cuando nos maltratan por causa de Cristo, debemos aprender a ser lo suficientemente humildes como para dejar que los demás nos pasen por encima, si es necesario. Eso no es señal de debilidad, sino de fortaleza y verdadera humildad. Tal respuesta, cuando se hace por causa de Cristo, trae gloria a su nombre. "Enoc" es una figura del arrebatamiento de la Iglesia; Desapareció, porque Dios se lo llevo. Sabemos que la venida de Cristo está cerca, por una infinidad de pasajes y promesas al respecto y también por el cumplimientos de profecías relacionadas a este evento. La Biblia habla muy claro. ¿Qué hacemos con esta revelación? ¿Nos quedamos callados, o levantamos nuestra voz, como siervos fieles al Señor? ¡Aprendamos del ejemplo de Enoc! Enoc servía a Dios Para entrar a este tema le quiero leer un pasaje bíblico en (Judas 14-16). Dice así: "De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho". La Biblia nos habla de Enoc como un profeta. Evidentemente se trata del mismo Enoc de Génesis 5, sucede que justamente es la séptima generación después de Adán como lo afirma este pasaje. Él tuvo una revelación de parte del Señor acerca de la venida del Señor en gloria. Es el primer profeta que habló sobre este tema, el gran día del Señor. Tenemos que aclarar que no estaba profetizando acerca del arrebatamiento. Son dos cosas diferentes aunque a veces se las confunde. Primero viene el Señor a buscar a Su Iglesia en el aire. Nadie le verá en la tierra. Luego vendrán los siete años de tribulación en los cuales el Anticristo reinará sobre este mundo llevando la maldad al clímax. En este tiempo el Señor enviará los grandes juicios descritos en Apocalipsis sobre este mundo. Al final El Anticristo se levantará con las naciones del mundo para luchar en contra de Israel. En este momento aparecerá el Señor en forma visible y juzgará al Anticristo, el falso profeta y a las naciones. Después levantará su reinado de mil años de paz aquí en la tierra. De esta venida del Señor para juzgar las naciones profetizó Enoc. Realmente es increíble que un hombre que vivió en el primer milenio de la historia de la humanidad estuviera profetizando acerca de un acontecimiento que aún para nosotros es futuro. Pero como era común en los profetas, ellos no veían cuánto tiempo había entre su profecía y su cumplimiento. Pero esto no importaba. Enoc recibió una revelación y la estaba anunciando. Además muchas profecías tienen dos o inclusive tres cumplimientos en momentos diferentes de la historia. Nosotros conocemos la historia y sabemos que en parte también se puede haber referido al juicio de Dios por el diluvio. Enoc recibió un mensaje y lo estaba anunciando. Había recibido de Dios una tarea y la estaba ejerciendo. Creo que en esto Enoc vuelve a ser un magnífico ejemplo para nosotros. También el Señor nos ha dado un mensaje y nos ha enviado; el mensaje es el Evangelio y el mandato lo conocemos de memoria: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Mr.16:15). A veces ponemos la excusa de los tiempos terribles en los cuales estamos viviendo. Realmente es así como dice el pasaje de Judas que acabamos de citar más arriba "...que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho". Creo que podemos identificar estas características perfectamente con nuestra sociedad actual. La impiedad, la rebelión, la murmuración, la vida licenciosa, mucha altanería y engaño, son las características de nuestra sociedad. Es evidente que no es fácil predicar en un momento como éste. Pero quizás sería bueno observar en qué tiempo predicaba Enoc. Su sociedad se estaba corrompiendo cada vez más, la maldad crecía de forma impresionante, de tal manera, que mientras todavía vivía su hijo, la observación de Dios sobre la situación en la tierra fue la siguiente: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal" (Gn.6:5). Y sigue diciendo: "Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra" (Génesis.6:11,12). Por esta razón Dios tuvo que mandar el juicio del diluvio sobre la tierra, y el canal de advertencia para la gente en este momento resultó ser otro hombre del cual se dice que caminó con Dios. Este hombre fue Noé. Vemos entonces, que la situación de Enoc no era nada envidiable. Él era el justo en medio de un mundo saturado de maldad. Pero a pesar de las circunstancias adversas, siguió predicando enérgicamente en contra del pecado; y siguió hasta que se lo llevó el Señor. ¿Cuál fue el detonante para que se convirtiera en vocero de Dios? Evidentemente, tiene que haber sido con relación a la revelación recibida. Algunos inclusive ven alguna relación con su hijo Matusalén. Ilustración: He procurado averiguar en varias fuentes el significado del nombre Matusalén. Como es de suponer de nombres tan antiguos, su significado es muchas veces difícil de saber con certeza. Este es el caso del nombre Matusalén. En algunas fuentes se indica que este nombre significa: "el hombre de la jabalina, hombre del dardo". En otras, en cambio, le dan el significado de: "cuando él muera será enviado". No sé si es el significado correcto, pero es llamativo calcular el momento de la muerte de Matusalén que vivió 969 años. Murió en el año del diluvio. Ahí caben dos posibilidades: o murió antes del diluvio o con el diluvio dado que no entró al arca. Por esto algunos comentaristas suponen una profecía dada a Enoc con el nacimiento de Matusalén. Dios le hubiera revelado, que cuando su hijo muriera vendría el juicio sobre este mundo, lo que en definitiva pasó. Ahora, es bastante irrelevante si esto fue así o no. La cuestión es que Enoc habló de lo que Dios le había mostrado. En este pensamiento quiero meditar. ¿Cuánta revelación de Dios escrita, tenemos en la Biblia? Por sus páginas podemos conocer perfectamente cuál fue el plan y el medio por el cual se llevó a cabo la oferta de salvación para el mundo entero. Sabemos perfectamente lo que el hombre tiene que hacer para no ser juzgado. Inclusive sabemos que la venida de Cristo está cerca por infinidad de pasajes de promesas al respecto y de cumplimientos proféticos relacionados con este evento. Nosotros, más que cualquier ancestro nuestro, estamos en la condición de conocer, comprender y dar a conocer el plan de Dios para la humanidad en su totalidad. Ahora bien, ¿qué hacemos con este conocimiento? ¿Qué hacemos con esta revelación? ¿Nos quedamos callados, pensando que bien merecido tienen la condenación por sus pecados, o vemos la tremenda necesidad, y la tragedia de millones de almas que pasan a la eternidad sin Cristo y sin esperanza? En mis primeros años de cristiano era un gran cobarde. Temía hablar de Cristo. Nadie de mis compañeros sabía que yo era creyente. Cuando me invitaban a participar de sus actitudes pecaminosas, aunque normales para el mundo, yo inventaba excusas en vez de decir que como hijo de Dios yo no participaría de esto. De esta manera negué muchas veces al Señor. Esto siguió por varios años, hasta que el Señor me habló muy fuerte por los pasajes de Romanos 1:16 y sobre todo 2ª Timoteo 1:7,8a: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree...". "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por lo tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor...". Querido hermano, debemos llegar a sentir este ardor como lo tenían Pedro y Juan cuando bajo presión se les quería impedir que hablaran de Cristo: "no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hch.4:20). Que podamos cumplir con la gran comisión y se cumpla lo que debería ser la tarea de los hijos de Leví, el sacerdocio: "La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad" (Mal.2:6). Quizás digas que no sabes predicar, pero tu vida puede hablar. De hecho, tu vida habla más que miles de palabras. Pero si con tu vida no impactas a otros, evidentemente algo en tu testimonio anda mal. También puedes ayudar en la extensión del evangelio por medio de la oración específica y por medio de las ofrendas a los hermanos que realizan esta tarea. Por otro lado, hay infinidad de áreas que son necesarias cubrir en la obra de Dios. Cada uno tiene su lugar. ¿Ya has descubierto el tuyo, y Le estás sirviendo fielmente? Dios va pedir cuentas de tu fidelidad de siervo. Sabemos que la venida de Cristo está cerca, ¿Qué hacemos con esta revelación? ¿Nos quedamos callados, o levantamos nuestra voz, como siervos fieles al Señor? ¡Aprendamos del ejemplo de Enoc! "Enoc" fue arrebatado Estimado amigo, volvemos a leer el pasaje bíblico del cual partíamos en este estudio bíblico, Génesis 5:24: "Caminó, pues, Enoc con Dios, y despareció, porque le llevó Dios". El escritor de Hebreos completa el relato diciendo en el capítulo (Hebreos 11,5): "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios". Enoc fue la primera persona en la Biblia que fue arrebatada, o sea, que no pasó por la muerte. El nombre de Enoc significa: "iniciación, inauguración". Realmente inauguró un nuevo hecho, algo trascendental, algo único, lo cual relativamente muy pocas personas lo experimentarán: el arrebatamiento o el rapto para muchos. El arrebatamiento: Este "llevó Dios" es la misma expresión que se utiliza del traslado de Elías (2ªReyes.2:3,5), el segundo personaje del Antiguo Testamento que fue arrebatado aparte de Enoc. La palabra "traspuesto" se puede intercambiar con "arrebatado". Para que podamos entender lo que es el arrebatamiento, podemos referirnos a una inscripción en un hallazgo arqueológico cerca de la ciudad de Éfeso. Allí aparece esta palabra. La inscripción encontrada es la siguiente: "Cuando el César Domiciano llegó a la capital provincial de Éfeso en el quinto año de su reinado, el magistrado de la ciudad fue a su encuentro hasta aquí". El arrebatamiento justamente es esto: un ir al encuentro. Es esto lo que describe Pablo en (1ª Tesalonicenses 4:16,17): "Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". Podemos completar con 1ª Corintios 15:51,52: "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados". En otras palabras, el Señor viene al encuentro de su Iglesia, y la Iglesia va al encuentro de su Señor. Los muertos en Cristo resucitados y los creyentes que estén vivos para este momento obtendrán un cuerpo glorificado. Entonces nos encontraremos con el Señor. Este encuentro no será en la tierra, sino en el aire y de allí partiremos a la gloria celestial. Todos los creyentes serán atraídos al instante por un poder divino a la presencia del Señor. Alguien lo demostró una vez de la siguiente forma: Mezcló viruta de hierro con arena, y luego a unos centímetros de distancia por encima de la arena puso un poderoso imán. De repente la arena se movió, pero sólo para dar lugar a las astillas y virutas de hierro que quedaron pegadas al imán. ¿Anhelas la venida de Cristo, este momento cuando el Señor llame a los suyos de todo el mundo? Como ya vimos, Pablo esperaba la corona de justicia (2Ti.4:8). Pero esta corona no estaba reservada sólo para él, sino "a todos los que amen su venida". ¿Amas la venida de Cristo? Bueno, estimado amigo, puede ser que usted dice: "Sí, amo la venida de Cristo. Pero quizás pensando, que ojalá Cristo viniera hoy, así no tengo que estudiar para el examen de mañana, no tendré que enfrentar otra vez a mi jefe, no tendré que pagar la cuenta de la luz o enfrentar los innumerables problemas y decisiones que tenemos que tomar a diario. Esto no es amar la venida del Señor. Amar la venida del Señor es vivir en sintonía con la inminencia de este evento. Supongamos que Jesús volviera dentro de una semana. Piensa, ¿cómo sería tu actuar en la última semana en la tierra...? ¿No sería así, que estudiarías la Palabra de Dios todos los días, tendrías un excelente y profundo tiempo de oración cotidiano, estarías presente en todas las reuniones de la iglesia, te involucrarías en todas las tareas necesarias en tu iglesia, estarías evangelizando a todo tu entorno porque sabes que se irán al infierno, evitarías el pecado a toda costa, demostrarías amor a todo el mundo, le pedirías perdón a los que has ofendido? ¡Claro que harías esto y mucho más, porque sabes que Jesús viene la semana que viene! Pero, ¿por qué no actúas así? Jesús podría volver la semana que viene. Es más, ¡podría volver hoy! ¿Qué harás? Te dejarás impactar por la seguridad del inminente regreso del Señor? Se puede comprobar a lo largo de la historia de la iglesia o aún a nivel local, que cuando la Iglesia vivía en la expectativa de la pronta venida de Cristo era una Iglesia viva y pujante. Así fue al principio. Pablo y la Iglesia en general tenían la esperanza que Cristo viniera durante sus vidas. Lo mismo sucedió en los siglos XIX y comienzo del XX. Hubo auge de evangelización en el mundo. Se fundaron muchas agencias misioneras y miles de misioneros fueron enviados a todo el mundo. Pero lamentablemente hoy en día, el amor por la venida del Señor ha sido ahogado por el consumismo, el bienestar, la posición social, los pasatiempos, en síntesis: el amor al mundo. No está mal buscar superarnos, pero pregúntate qué lugar ocupa el pensamiento de la venida de Cristo en tu vida en relación a otras cosas, y sabrás qué es lo que tiene prioridad. Una vida llena de expectativa de la pronta venida de Cristo será diferente. El deseo del apóstol Pablo tiene que ser el nuestro: "Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos" (1ªTesalonicenses.3:12,13). En esta misma carta Pablo escribe de una doble función de cada cristiano desde el momento de la conversión: "os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero y esperar de los cielos a su Hijo..." (1ªTesalonicenses.1:9-10). La función del creyente es el servicio a Dios y la espera del regreso de Jesús a buscar a Su Iglesia. ¿Estamos cumpliendo con ambas? Entonces sí podrás orar la corta oración que encontramos al final de la Biblia cuando Jesús dice: "Ciertamente vengo en breve." Que podamos contestar íntimamente seguros, y sabiendo lo que estamos diciendo: "Amén; sí, ven Señor Jesús" (Apocalipsis.22:20). "Enoc" y desapareció, porque le llevó Dios" ¡Qué situación será esta, cuando de repente millones de personas desaparezcan! Un caos total - y usted: ¿formará parte de los que se van o de los que se quedan? ¿Es posible tener seguridad de que Jesucristo me vendrá a buscar para el encuentro con El en las nubes? Y después, ¡veremos en quien hemos creído! El seguir a Cristo nos da gozo y satisfacción, es vida en el más amplio sentido de la palabra. "Enoc" La desaparición: La Biblia dice que Enoc "desapareció", y el pasaje de Hebreos dice que "no fue hallado porque lo traspuso Dios". Si quieren lo pueden volver a leer en (Génesis 5:24.) y (Hebreos 11:5.) Este "desapareció" y "no fue hallado" nos hablan de una búsqueda intensa. Con seguridad, los familiares de Enoc lo estuvieron buscando, sin encontrarlo. ¿Cuál sería el sentimiento de los hijos encabezados por Matusalén buscando a su padre, los nietos a su abuelo, la esposa a su esposo? Infructuosa también habrá sido la búsqueda de su padre, Jared. Con seguridad sus vecinos y amigos participaron de la búsqueda, pero ya no apareció. De alguna forma se dieron cuenta que fue un evento espectacular, de manera que se describa la desaparición como un arrebatamiento promovido de parte de Dios. Pensemos por un momento en el arrebatamiento. ¿Qué pasará en este momento? Ya se escribieron muchos libros y se hicieron películas y representaciones de cómo sería, probablemente, ese momento. El denominador común va a ser la "desaparición" de millones de personas en el mundo entero. El mundo entero estará alterado como nunca antes por este hecho y buscarán la solución en todos lados. El caos, la desazón, el miedo y la infinidad de preguntas que surgieron como consecuencia de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 pueden ser tomados como una debilísima anticipación de lo que sucederá en el momento del arrebatamiento. Quizás la respuesta o la solución que ofrecerán los políticos y científicos al dilema será la intervención de los extraterrestres. ¿Te puedes imaginar lo trágico que será para muchos que estuvieron en contacto con creyentes, e inclusive asistían a las iglesias, y saber sobre el arrebatamiento, enterarse que no se fueron con el Señor? Espero que este no sea tu caso. Pero si todavía tienes dudas acerca de si te irías con el Señor si Él viniera ahora, entonces en este momento ora al Señor que te limpie de tus pecados y que lo aceptas como el Salvador de tu vida. Enoc estaba tranquilo porque caminaba con Dios; él estaba listo por eso se lo llevó Dios. Jesús hizo todo para que pudieras ir con Él cuando venga. ¿Estás listo? La historia de Enoc también puede ser la tuya. Estimado hermano y amigo, al ser llevado por el Señor, Enoc pudo disfrutar de la gloria por la cual estuvo dispuesto a pagar el precio de una vida andando en sus caminos. Pudo ver lo que anhelaba y fue premiado por su fidelidad. Esto será para cada hombre que le es fiel. Después de escribir sobra la muerte el apóstol Pablo sigue en la segunda carta a los Corintios, capítulo 5, versículo 11: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Este pasaje de Pablo nos señala que Cristo ha de juzgarnos de acuerdo a nuestros actos y también es el encargado de entregar la recompensa. La idea de este tribunal no es un audiencia dónde se decide sobre vida o condenación eterna. Todos los que aparecerán ahí serán los salvos. Este es un tribunal calificador como se encuentra en las competencias deportivas, en los cuales se decide quién merece el premio por como llevó la competencia. Esta recompensa ya la empezamos a tener incluso aquí en la tierra. Una vida que ha sido entregada por completo al Señor ya conlleva su premio en sí misma. El seguir a Cristo nos da un gozo y satisfacción, que es vida en el más amplio sentido de la palabra. Es vida verdadera: "...yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (San Juan.10:10). Jesucristo dijo reiteradas veces: "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí la hallará". ¿Por qué esto es repetido tantas veces? ¿La razón no será que Cristo nos está mostrando los principios más básicos de la vida cristiana, del discipulado cristiano? ¿Cuál es éste principio? Una vida vivida para uno mismo, a la cual uno se aferra, es una vida perdida. En cambio, una que es entregada al Señor y que se vive en esta entrega, es una vida con propósito, con gozo, con paz aún en medio de la tormenta y es una vida guardada para la eternidad, dónde recibirá su recompensa final. Allí en el cielo será recompensado cada uno de acuerdo a sus acciones e intenciones (1ºCorintios.3:11-15). Estimado Hermanos y amigo, al tener presente que habrá un tribunal de Cristo, ser un cristiano a medias es la más miserable forma de vivir. Los tales se notan insatisfechos, y si estás en esta condición me darás la razón. Es una vida a medias. Participas de la vida cristiana, pero no estás involucrado. Sientes como a otros hermanos les gustaría verte más activo. Te sientes un poco "sapo de otro pozo". No puedes gozarte en sus éxitos porque estás aparte. Por otro lado, disfrutas un poco de los placeres del mundo y de la carne, pero tampoco te sientes cómodo allí, porque sabes que es pecado. ¡Qué dilema! Lo más triste es que Dios mismo no está de acuerdo con tu actuar. A Él tu actitud le da asco. No eres frío ni caliente, sino tibio (Ap.3:15,16). Por lo cual te vomitará de Su boca. Lo que el Señor sigue buscando son personas que anden en santidad y consagración a Él en Sus caminos, porque éstas estarán en Su presencia. Lamentablemente no serán muchos, pero ojalá te encuentre entre ellos. Así dice el Señor de una iglesia: "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas" (Ap.3:4). Por lo tanto, la única persona que verdaderamente es feliz es aquella que puede decir de corazón: "Señor Jesucristo: yo aparto por completo mis manos de mi vida, te la entrego incondicionalmente. Manéjala como desees. Quiero vivir en consagración a Ti y en Tu dependencia. Yo te pongo sobre el trono de mi corazón. Cambia, corrige lo que sea necesario y úsame como te parezca conveniente. Ilustración: Susana estaba disfrutando de su tercer vuelo sin el instructor. Era muy placentero volar en el Cesna 150. De repente, por un error, el avión empezó a caer en picada girando alocadamente sobre sí mismo. Con desesperación ella se aferraba a los controles intentando dominar y enderezar el avión, pero no lo lograba. Veía como la tierra se acercaba con rapidez. Haciendo uso de toda su fuerza intentó nivelar el avión pero no lo logró. Ahí se acordó, que su instructor una vez le había dicho, que si alguna vez pasara algo similar, soltara los controles, dado que este avión estaba hecho de tal forma que se nivelara automáticamente si se encontraba en una situación así. A pesar de esto seguía esforzándose. El sudor le empapó el cuerpo. Y la tierra estaba cada vez más cerca de la avioneta que giraba sobre sí misma. Al final, con mucha fuerza de Voluntad y gritando las palabras "suelta los comandos" levantó las manos al techo de la avioneta. Inmediatamente el avión se niveló. La pregunta es, ¿tienes esta vida plena, o es más bien un languidecer insatisfecho? ¿No quisieras tener esta vida en plenitud ahora y para siempre y recibir el premio? Ya sabes lo que tienes que hacer... Jesucristo dijo: "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra" (Ap.22:12). Esto pronto ha de suceder. Pronto el Señor mismo nos dará la bienvenida. Creo que la mayor satisfacción para nosotros será, ir al encuentro del Señor y ser recibido con los brazos abiertos diciéndonos algo similar a: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (San Mateo.25:21). Allí nos gozaremos por la eternidad en la presencia de Aquél que fue el autor, el consumador, el ejemplo, el ánimo, la meta y el juez de nuestra carrera. ¿Hay consuelo frente la muerte? ¿La Biblia nos habla acerca de lo que nos espera después de la muerte? ¿Qué pasa cuando una persona muere? Muchas preguntas importantísimas. Escuche este estudio bíblico y descubra la segura esperanza en Cristo Jesús. Ilustración: He estado en varios cementerios y es realmente deprimente ver las lágrimas de los que visitan las tumbas o el dolor reflejado en las inscripciones. Es como estar una noche en un hospital Publico, ó un fin de semana de visita, es realmente deprimente y hasta denigrante, Pero he encontrado algunas inscripciones, que son como un faro en la oscuridad. Por ejemplo: "Él no está aquí"; "Yo sé que mi Redentor vive"; "Yo soy la resurrección y la vida..."; "Para mí el vivir es Cristo y el morir ganancia", y algunas otras por el estilo. ¡Esto sí es tener esperanza, esto sí es tener seguridad! Es lo mismo que estamos viendo en la página necrológica de Génesis 5. Allí en vez de decir "y murió" dice de Enoc: "le llevó Dios". Sabemos que Enoc fue arrebatado y no tuvo que morir, pero estas palabras "le llevó Dios" ¿no son profundamente consoladoras? Dios decidió que era el momento en el cual Enoc partiera de este mundo. Uno podría decir, que de todas formas ya había vivido bastante (365 años). Pero si tenemos en cuenta que el promedio de vida era 912 años, equivaldría a un joven de unos 30 años. ¿No asusta y da pena cuando un joven, un niño o inclusive un bebé parte de este mundo? Ilustración: Una noche dieron la trágica noticia que el hijo de, un misionero que trabaja en "Llamada de Medianoche" había muerto. Era un bebé de sólo tres meses. Estaba completamente sano y de repente la madre lo encontró muerto en la cuna. Todo intento de reanimación fue en vano. En el velatorio en la iglesia, el padre se levantó y dijo: "Siempre oramos que nuestros hijos fueran del Señor, aunque nunca nos imaginamos que fuera de esta forma. Pero sé que ahora está con el Señor". Es lógico que en situaciones así uno se pregunta el por qué. Muchas veces no comprenderemos los caminos del Señor. Pero lo que Dios hizo es perfecto. No sabemos por qué Enoc fue llevado por el Señor. Quizás quería quitarlo de un mundo que estaba cada vez más contaminado para evitarle más dolor. Quizás fue una advertencia más antes del juicio. Dios quería invitar a la humanidad de antaño a que fuesen fieles, como lo fue Enoc. No conocemos la razón, pero podemos estar seguros de que Dios conoce perfectamente el futuro, sabe lo que es mejor para cada uno de sus hijos, tanto los que se van, como los que se quedan, y sobre todo, porque Dios lo amaba. "Enoc" Desaparecio, porque se lo llevo Dios. A veces Dios se lleva a alguien para evitarle más oposición, los estragos de la enfermedad, la posibilidad de deshonrarle por una vida en la carne, pero podemos estar seguros, que todos sus caminos están repletos de amor por sus hijos. Sencillamente, fue el momento que Dios tenía designado para llevárselo en Su soberana voluntad. Si reconocemos que "le llevó Dios", que fue el momento que Dios había designado, y que fue Dios mismo el que lo llevó consigo, vamos a ser consolados. Este también fue el consuelo de Job después de perder todas sus posesiones y sobre todo sus diez hijos: "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1:21). La frase "le llevó Dios" es nuestra esperanza; sí, aún más que eso, es la seguridad de una vida con el Señor después de la muerte. Esta seguridad se vio reflejada desde la antigüedad. Job exclamó después de la muerte de sus hijos y sintiéndose al borde de su propia muerte: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán..." (Job.19:25-27). El lugar adonde fue llevado Enoc fue la presencia del Señor porque "le llevó Dios". ¿Dónde y cómo es este lugar? La dirección de Enoc de ahí en más era el cielo, la presencia de Dios. Allí son llevados todos los que fueron rescatados por la sangre de Cristo. Van hacia allí inmediatamente. La muerte es sólo cruzar un umbral: "pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor" (2ªCorintios.5:8). Nos esperan mansiones gloriosas a las cuales el Señor nos anhela llevar. Jesús mismo lo dijo: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis". En este lugar ya no estaremos sujetos a las limitaciones humanas, su dolor y muerte. Tendremos un cuerpo glorificado y veremos al Rey. Por esto, por esta grandiosa seguridad y esperanza Pablo puede decir: "Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1ªTesalonicenses.4:18). Hemos visto como la vida de Enoc, lejos de ser un personaje olvidado de la antigüedad, sigue siendo un ejemplo para el cristiano en la actualidad. En realidad su vida se vuelve cada vez más actual a medida que se acerca la venida de Cristo. Por esta razón, y sobre todo por el hecho de que Enoc fue arrebatado, lo podemos tomar como un símbolo profético de la Iglesia de Cristo. Como ya vimos, de repente todo creyente en Cristo será arrebatado y caminará con Dios por las mansiones celestiales. Pero sabemos que aquí en la tierra sigue la vida en una carrera vertiginosa a la máxima expresión de pecado en la manifestación del "hijo de perdición" o "inicuo" o también conocido por el Anticristo. Los hombres no se arrepentirán a pesar de que millones de creyentes hayan desaparecido. Aquí vemos otro paralelo con la historia de Génesis 5 y 6. A pesar del impacto que produjo la desaparición de Enoc no vemos que los hombres hayan cambiado su forma de ser y se hubieran acercado a Dios. La maldad creció tanto que trascendió todos los límites de manera que Dios tuvo que intervenir. Tanto en el tiempo posterior a la desaparición de Enoc, como en el tiempo que seguirá al arrebatamiento, tremendos juicios de Dios azotarán la tierra y sus moradores. En Génesis se trató del diluvio que devastó la tierra y exterminó a la humanidad pecadora. En Apocalipsis encontramos los tremendos juicios de los sellos, las trompetas y las copas de la ira de Dios. Todo esto para culminar en el juicio anticipado por Enoc sobre las naciones en Judas 14. De esta manera se cumple lo dicho por el apóstol Pablo: "...y esperar de los cielos a su Hijo, al cual Resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera" (1Ts.1:10). El término de "la ira" o similares, en la Biblia siempre son una alusión al día del Señor, o sea, el tiempo que incluye los juicios apocalípticos. No se puede confundir con la condenación eterna. En otras palabras. El arrebatamiento será antes de la tribulación, de la misma manera que Enoc fue arrebatado antes del diluvio. En medio de la tribulación habrá un canal por medio del cual será anunciado el mensaje de salvación. Serán los dos testigos (Algunos hasta suponen que uno de estos testigos sea Enoc, aunque la Biblia no da evidencia de esto), y los 144.000 sellados de las tribus de Israel. De esta manera, Israel volverá a ser el canal de la revelación de la salvación de Dios. La figura profética de estas personas, la encontramos en Noé y su familia. Noé fue el predicador de justicia que durante muchos años advirtió del juicio y ofreció la oportunidad a ser salvos. El único medio de salvación en el tiempo de Noé fue la fe depositada en el arca. En el futuro será la fe en el Señor predicado por los Israelitas sellados. O sea, en Enoc vemos simbolizada la Iglesia de Cristo y en Noé al pueblo de Israel. En medio del juicio Noé y los suyos fueron guardados, de la misma manera que el remanente fiel de Israel será guardado del ataque de los enemigos y luego será llevado a su descanso en una tierra cambiada para el milenio, de la misma forma como sucedió con Noé después del diluvio. Es interesante observar el tremendo paralelismo que existe, que nos demuestra una vez más la unidad e inspiración de las Sagradas Escrituras. Para terminar, si Enoc es un símbolo para la Iglesia, para la vida de todo creyente, de ejemplo para mi vida y la tuya, entonces también deben existir en nosotros las características que vimos en Enoc. Enoc fue un hombre que: caminó con Dios con todo lo que esto implicaba, vivía en santidad, se mantuvo firme, era guiado por Dios, se destacó por su fe, trascendió por su testimonio, se caracterizó por la humildad, servía a Dios predicando el mensaje encomendado y, fue arrebatado. ¡Qué podamos ser imitadores de este gran hombre de Dios que fue Enoc! Y que muy pronto se cumplan las palabras en nosotros que hablan de la Jerusalén celestial, nuestra morada: "...el Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella..." (Apocalipsis.21:23-24). ¡Pronto andaremos con nuestro Señor por las calles de oro! Ahora nuestro andar es por fe, pero ¡pronto lo veremos cara a cara! ¡Cristo viene! "El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven Señor Jesús". José Ponce González Evangelista – Apostólico SIERVO DE JESUCRISTO Escrito: Jueves 03/ Abril/ 2008/01: 35 AM. Revisado: 26/Marzo/2010/19:34-Hrs PM. Revisado: 26-Julio-2013 Programas de Seminarios de Grandes Temas de la Palabra de Dios. Centro de Estudios Bíblicos. Stgo Chile. Correo E- Mail: Jbponceg@ GMail. Fonos: 7-6613617 Congregación Apostólica “Columna De La Verdad”
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 22:14:53 +0000

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