YO SAQUE MIS CONCLUSIONES Y TOME MIS RECAUDOS , ME GUSTARIA QUE SAQUES LAS TUYAS .... La estafa que afectará a 8 millones de argentinos Será uno de los mayores fraudes financieros de los que tengamos memoria. Afectará a millones de ahorristas. Sepa cómo no ser una de las víctimas. Una de las estafas financieras más grandes de las que tengamos memoria está teniendo lugar en estos momentos en la Argentina. El lado oscuro de las finanzas del país quedará finalmente expuesto. Hay gente que ya empezó a padecer los primeros coletazos de esa irresponsabilidad. Pero lo peor está por venir. Nadie saldrá impune de esto. Lloverán críticas y acusaciones. Pero será tarde, porque el robo ya estará consumado. De hecho los argentinos hemos sufrido esta estafa por lo menos dos veces en el pasado. Tal vez con diferencia de estilos. Pero aunque este fraude fue más “elegante” que los anteriores, ha sido una estafa lisa y llana. Le estamos hablando de un engaño que dejará 8 millones de damnificados. De un robo edulcorado con sonrisas y anuncios rimbombantes. Pero un robo al fin. Ahora bien ¿Usted se imagina que este fraude se realizó en forma oculta y secreta? No, de ninguna manera. No solamente se realizó a la luz del día…sino que mucho peor: ¡Se publicó en todos los diarios del país! Por ejemplo, en el año 2009 se llevaron un total de 9.000 millones de pesos. Pero esto es “poco dinero” al lado del que se robaron hasta ahora. Escuche bien: Hoy sólo queda un 27% del dinero que había originalmente. El 73% restante se “evaporó”. Ya no existe más. O mejor dicho, algunos pocos se lo llevaron… Hace un momento le comentaba que el “modus operandi” de esta estafa se repitió dos veces en el pasado en nuestro país. En 1970 ocurrió por primera vez: se llevaron “sólo” el 65% del dinero. En 1986 volvió a pasar. El saqueo fue aún mayor que el anterior. Pero no tanto como el del 2013. Hoy le contaré en detalle todo lo que debe saber sobre este nuevo robo. Y mucho más importante aún: le enseñaré algunos pasos concretos que debe tomar ahora mismo para que los efectos de esta estafa lo perjudiquen lo menos posible. Cuando revise cómo fueron las estafas de 1970 y 1986 y luego conozca cuáles fueron las consecuencias que tuvieron en millones de argentinos, entenderá por qué usted hoy se encuentra en riesgo. Los primeros indicios del saqueo El origen del fraude se remonta a enero del año 2007. En ese momento nos llegaba el discurso de una economía sin problemas. En pleno auge. Con superávits abrumadores. Mientras mucha gente veraneaba, el Gobierno anunció con bombos y platillos una reforma que daría luz verde al saqueo. Nos estamos refiriendo a la reforma del sistema previsional argentino. La novedad principal era que los afiliados al régimen de capitalización tenían ahora la posibilidad de pasarse al de reparto. un pesoEn otras palabras, se podían cambiar de las AFJP (Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones) a la jubilación del Estado. Una vuelta al sistema de solidaridad, que en sus inicios había sido exitoso. Los contribuyentes podrían optar entonces por uno u otro régimen. Hasta aquí no había nada raro. Se abría el juego a la posibilidad de elegir entre sistemas distintos. Si bien entregar los aportes directamente a un Estado con una historia económica sombría como el nuestro fue siempre riesgoso, no dejaba de ser una opción más. El mercado de pases se abrió. Pero el resultado estuvo lejos de ser el esperado por el Gobierno: menos de un 25% de los aportantes de las AFJP se traspasaron a Reparto, que era administrado por la ANSeS. Solamente 1.200.000 de un total de más de 5 millones de trabajadores. Un número insuficiente para los planes que tenía en mente el Gobierno. Pero en ese momento, el plan maestro ya estaba en marcha. Las complicaciones externas, como anillo al dedo En el medio del vendaval de noticias sobre la crisis internacional que amenazaba al mundo y con las principales Bolsas derrumbándose, el Congreso decretó la estatización de las AFJP en tiempo récord. De esta manera, los aportes jubilatorios de los argentinos pasaron a manos del Estado nacional, bajo el control del flamante Fondo de Garantía de Sustentabilidad. ¿Cuáles fueron los argumentos del oficialismo para semejante decisión? Sostuvieron que las comisiones que cobraban las AFJP para administrar las jubilaciones eran “demasiado altas”. Los políticos afirmaron que ellos iban a “proteger” los fondos de los trabajadores de las repercusiones de la crisis financiera. Algo así como un “blindaje” de la plata de los argentinos de cualquier complicación externa que pudiera afectarla. O sea que aquellas personas que aportaban al sistema privado y que no deseaban pasarse al Estado, ya sea por desconfiar de él o por simple preferencia de una AFJP, vieron cómo sus ahorros eran expropiados. El que no se traspasó por las buenas, lo tuvo que hacer por las malas. El Estado, “preocupado” por el elevado costo de las comisiones que cobraban las AFJP, decidió quedarse con sus aportes individuales. “Es una recuperación de la administración de los recursos de los trabajadores”, declararon los funcionarios oficialistas. Una especie de “nosotros le cuidamos la plata”. Bueno, esa movida “protectora” le garantizó al gobierno más de $200.000 millones de pesos. El tema es que los “guardianes” tenían en mente otro destino para esos fondos: el financiamiento de la política. La caja previsional empezó a financiar la caja política. Antes usted recibía un resumen trimestral actualizado con su capitalización e información disponible, ¿verdad? Como habrá comprobado, esto ya no sucede. Desde la estatización ya no existen datos personales sobre las jubilaciones. Al aportante únicamente le queda hacer cálculos sobre la plata que le correspondería cobrar cuando se jubile. Porque al gobierno le resulta funcional que usted no lo sepa y así poder de esta manera manejarla y darle otros destinos. Sus ahorros financian a los políticos. Su plata fue una tentación a la que el Gobierno no se pudo resistir. Sin ir más lejos, situémonos en lo que fue el caótico 2009, el año de la estatización de las AFJP. Nos encontrábamos en un escenario de incertidumbre, sumado al mal clima por el conflicto con el campo y con vencimientos de la deuda. Algunos proyectos polémicos que tenían como objetivo un aumento de la recaudación, no prosperaron. Como la Resolución 125. Bueno, en ese año financieramente convulsionado, el Gobierno perdió plata. Gastó más de lo que ingresó. Y como el Estado no puede pedir prestado luego del default del año 2001…. La única salida que se encontró para financiar el gasto excesivo fue quitarle sus ahorros. Teóricamente los políticos se encargarían de “proteger” sus aportes. Pero hicieron todo lo contrario. Fueron apropiándose de un porcentaje cada vez mayor de esa plata. Hoy casi no quedan fondos disponibles. Por ello, el fraude pronto no se podrá ocultar más. Lo preocupante es que la fecha del colapso está más cerca de lo que usted cree. ¿La caja de las jubilaciones alcanza para todo? Los ahorros jubilatorios no solamente fueron usados para financiar el déficit del Estado. Otro de los usos irresponsables que se le dio a esa plata fue el de proveer de fondos al Tesoro para costear otros gastos que vayan surgiendo. ¿A qué nos referimos con “gastos que vayan surgiendo”? El 18 de diciembre de 2012, una nota del diario Clarín titulaba: La ANSeS amplía su rol como el principal soporte financiero de YPF. A continuación explicaba el protagonismo de la entidad como colocadora de deuda de la compañía e informaba sobre la compra de $2700 millones en Obligaciones Negociables. Es decir que su plata financia la petrolera estatizada desde hace meses. Usted le compra deuda a una empresa en ruinas como YPF con su jubilación. O sea que las deudas millonarias de las empresas estatales se están financiando con la plata de los aportantes. Sin que nadie les consulte. Ni se las devuelva. un pesoEsta información llega sólo unos meses después de que el Estado anunciara el otorgamiento de una línea de créditos hipotecarios para viviendas con fondos de la ANSeS. Es decir, con dinero que usted ahorró para su futura jubilación. Lo terrible es que el Estado pretende prestar ese dinero a una tasa promedio del 10% anual. Mientras que la inflación ya está cerca del 30% anual. ¿Se puede imaginar usted una mejor forma de perder dinero? Yo no. Si los políticos hicieran esas inversiones con su propia plata, sería un tema menor. El problema es que están jugando con nuestros propios fondos. Algunas personas que manejan buena información, como el Ombudsman de la Tercera Edad, han puesto el grito en el cielo. El Dr. Eduardo Semino sostuvo que no es el plan de viviendas lo que se critica, sino la utilización de la plata de las jubilaciones para costear otros menesteres. Ya le contaré en qué otras cosas se están gastando la plata. Estamos hablando de un dinero que en los países más desarrollados no se toca. Como por ejemplo en Alemania, país que mantiene un modelo admirable. Son fondos que deben resguardarse para que los que aportaron durante toda una vida laboral tengan un retiro apacible y sin sobresaltos. Pero lamentablemente este dinero está desapareciendo y pronto no quedará nada. Cuando la olla se destape habrá un gran revuelo. Las acusaciones volarán de un lado para el otro. El “circo” de la política nos brindará otra función… Pero mientras, no sólo los jubilados sufrirán sino también todos los argentinos. Antes de profundizar en las consecuencias de esta estafa y en cómo hacer para evitarla, sigamos repasando un poco de historia. ¿Saqueos eran los de antes? La seguridad social surgió como resultado de la necesidad del hombre de protegerse de las enfermedades y de los inconvenientes que causa la vejez. En 1904, se creó por ley la primera Caja, que empezó a cubrir a empleados públicos. Su administración estaba en manos del Estado. Se basaba en los aportes obligatorios de empleadores y trabajadores con el fin de dar una cobertura a quienes no podían continuar con sus trabajos habituales. Se hacían deducciones de los salarios y se otorgaban beneficios a los contribuyentes de acuerdo a las contribuciones realizadas. Los beneficiarios obtenían una prestación del 80% de las últimas remuneraciones percibidas. El sistema se denominaba “solidario”, ya que los trabajadores activos no aportaban a cuentas individuales de capitalización sino a Cajas Previsionales que disponían de esos fondos. Durante los primeros años este sistema fue muy rentable. Tan rentable que empezó a ser visto por el gobierno como una fuente de fondos a los cuales se podía acudir para hacerse de recursos. Con ese excedente empezó a financiarse el déficit fiscal y el gasto público a partir de 1955. Después, el dinero de la Caja fue utilizado para financiar planes de viviendas. Siempre a cambio de títulos públicos, que reemplazaban los fondos que eran extraídos. De esta manera, el excedente en poco tiempo se convirtió en deuda con el Estado. O sea, en la Caja quedaba cada vez menos plata de jubilaciones y cada vez más títulos públicos, que de poco servían. Como producto de esta irresponsabilidad, en 1962 se registró el primer déficit del Sistema Previsional, que imposibilitó cumplir con el 82% móvil, que había sido decretado en 1958. El daño al sistema fue de tal magnitud que a partir de ese primer déficit, los problemas financieros fueron una constante. La seguridad social pedía a gritos una reforma, que finalmente se hizo entre 1968 y 1970, durante la presidencia de Onganía. Esa nueva estructura perjudicó al aportante, por supuesto: incluyó aumentos de la edad jubilatoria y de las contribuciones. Pero lo más grave fue que el Tesoro debió rescatar los títulos públicos que se encontraban en las cajas de jubilación, lo que provocó una pérdida enorme para sus tenedores (o sea los jubilados). Ya que los nuevos títulos públicos que entregó el Tesoro se pagaron en cuotas iguales a lo largo de 10 años sin interés y sin actualización. Como la inflación de la época estaba en más del 30% anual, el Estado terminó pagando menos del 10% de la deuda reconocida. Según el libro La Reforma Previsional en la Argentina, de FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), la acumulación de los títulos en las cajas de jubilación durante esos años llegó a representar el 47% del PBI. La reestructuración de fines de los 60 no solamente fue un saqueo sanguinario sino que no sentó las bases para una mejora del sistema, ni mucho menos. Porque se establecieron nuevos haberes jubilatorios en sólo un 70%, se redujeron las contribuciones patronales y se abrió la puerta a una gran evasión impositiva, hecho que afectó la natural fuente de financiación de las cajas jubilatorias. Además, se sumaron al sistema trabajadores que hasta ese momento no habían aportado. Gente que nunca había pagado jubilación. ¿Sabe cuántos? 1 millón. O sea, cada vez menos plata para cada vez más jubilados. Todas estas cuestiones confluyeron en una nueva bancarrota del sistema a mediados de los 80. Sí, en poco tiempo los jubilados argentinos volvieron a sufrir un golpe. Pero mucho peor que el de los 70. La urgencia que generó esa bancarrota apuró el decreto de Estado de Emergencia del Sistema Previsional, en 1986. Esto golpeó a los jubilados argentinos de dos maneras. En primer lugar implicó una fuerte disminución de las jubilaciones. Los haberes cayeron hasta mínimos históricos. En este gráfico puede constatar cómo disminuyeron los haberes: grafico Valor Global La disminución de los haberes a mediados de la época del 80 fue del 36% en términos reales. Podrá imaginarse el daño que un ajuste semejante puede causar en una economía personal. Cuánto puede llegar a afectar el poder adquisitivo. El segundo efecto que tuvo la “reforma” de 1986 fue la suspensión del pago de todos los juicios que miles de jubilados le habían ganado al Estado. Es que la ley indicaba que se debían actualizar las jubilaciones a medida que crecía la inflación. Pero esto, por supuesto, no se cumplía. Este deterioro en los haberes dio lugar a una ola de juicios en contra del Estado. La mayoría de éstos eran ganados por los jubilados. Por eso en el año 1986 no quedó otra alternativa que suspender el pago de todas esas sentencias. O sea que aquellas personas que trataban legítimamente de cobrar sus haberes a través del Poder Judicial, tuvieron que dejar de hacerlo. Los años de saqueo y de mala administración generaron una deuda imposible de pagar en una época de hiperinflación. En ese contexto de crisis previsional fue cuando el entonces presidente Carlos Menem propuso otra reforma de las jubilaciones. En esta oportunidad se introdujo junto al sistema público de reparto otro de capitalización individual administrado por entes privados específicos denominados Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Como usted puede apreciar, el fraude que enfrentamos ya tiene antecedentes. Y en todos ellos, los jubilados se llevaron la peor parte. La historia se repite El economista Roberto Cachanosky sostiene: “El Estado toma el ahorro de la gente, de la misma forma que se hizo en su momento con los depósitos. Pero esta confiscación de los ahorros está agravada porque no nos entregan nada a cambio. No va a haber un bono que represente lo que cada uno tiene ahorrado en las AFJP. Directamente optan por confiscar la propiedad privada que son los ahorros de la gente. En el futuro Dios dirá quién nos paga la jubilación dado que nos estarían confiscando lo que llevamos ahorrado para el momento de nuestro retiro”. Nuevamente, como en el pasado, la demora del Estado en actualizar los haberes es el principal indicador de la situación en la que se encuentra hoy la caja de las jubilaciones. Dicha situación dio lugar a los juicios masivos de los jubilados a la ANSeS, que como usted comprobará, han sido utilizados históricamente como último recurso para cobrar. Todos ellos se basan en el “fallo Badaro”, donde la Corte Suprema intimó al Ejecutivo y al Legislativo a instrumentar la movilidad de las jubilaciones. El fallo estableció que entre enero de 2002 y diciembre de 2006 el reajuste de haberes debió haber sido del 88,3%, de acuerdo a la evolución de los salarios. En ese período, los aumentos generales que dio el Gobierno fueron solamente del 11 y del 21%. Nuevamente los jubilados se ven perjudicados porque la inflación alta les licúa los haberes. La relación entre lo que se cobraba como sueldo y lo que se cobra como haber se pierde cada vez más. Actualmente, los haberes que perciben están muy lejos del 82% que deberían cobrar. Para que se haga una idea, en el 2001, solamente el 16% de los pensionados y jubilados cobraban el haber mínimo. Hoy, ese haber mínimo es percibido por más del 75%. El Estado paga mucho menos a un número mayor de jubilados. La pirámide se ensanchó en su base por el número de jubilados nuevos en el sistema que nunca aportaron. Aquellos a los que no les han aumentado los haberes y cobran una plata miserable son los que inician juicios al Estado en busca del aumento que se les adeuda. La cantidad de juicios que enfrenta el Estado es impresionante: terminó el año 2012 con más de 500.000 expedientes. Cada día se suman 480 juicios nuevos. ¿Cuál es la respuesta ante la ola de sentencias en contra? La de apelar. El Estado es un apelador compulsivo. Sus abogados tienen “la orden y la obligación” de apelar, aseguró Diego Bossio, el Director General de la ANSeS, en declaraciones citadas por el organismo. De esta manera especula y gana tiempo para no pagar una plata de la que no dispone. Esto se hace para equilibrar el sistema cuando ya no hay fondos. El Estado lo hizo en el 70, en los 80 y lo está haciendo ahora. Es preocupante, pero es real. Si no le está ocurriendo a usted, seguramente tendrá algún allegado que se encuentra en esta situación, luego de haber aportado durante toda una vida laboral y contar con una plata que le corresponde cobrar. Con un cinismo sorprendente, los funcionarios nacionales se jactan de pagar alrededor de 2500 sentencias por mes. Como si esto fuera un gran número. Esta dinámica es insostenible. Como lo fue en los 60 y en los 80. En qué se gastaron la plata de las jubilaciones La gran “trampa” de este nuevo saqueo de la caja de jubilación se llama “Proyectos Productivos o de Infraestructura”. Este nuevo concepto que a fines del año 2008 representaba sólo el 2% del total del fondo jubilatorio hoy representa casi el 14% del total de ese fondo. En este cuadro podrá ver cómo están distribuidas las inversiones de los fondos que “garantizan” nuestras jubilaciones: grafico Valor Global Entre los conceptos “Títulos y Obligaciones Negociables” y “Proyectos Productivos o de Infraestructura”, el fondo tiene “invertidos” un 72,8% de las jubilaciones. Esto significa que el 72,8% del fondo de jubilación ya fue tomado por el Estado. Ya que cuando se refiere a títulos estamos hablando de títulos públicos. ¿Y qué cree que significa el pomposo nombre de “Proyectos Productivos o de Infraestructura”? No es ni más ni menos que una forma elegante y diferente de nombrar a la deuda adicional que el Estado toma con el fondo de garantía de las jubilaciones. Se trata de una deuda que toma un Estado que está nuevamente quebrado. Por lo tanto, un Estado que no devolverá ni un solo peso de ese dinero. ¿Cuánto dinero “real” le queda al fondo de las jubilaciones? Queda solamente un 27,2% de fondos en disponibilidades y acciones. El resto ya fue tomando por el gobierno. Muy pocas veces en la historia de la Argentina existió tanta iliquidez en la caja de las jubilaciones. En el siguiente gráfico podemos observar cómo cambiaron las inversiones desde que el Estado confiscó los ahorros depositados en las AFJPs.: grafico Valor Global Fuente: sitio web de la ANSeS La cantidad de títulos públicos estuvo más o menos constante desde que se confiscaron los fondos. El único ítem que creció de una forma asombrosa es el de “Proyectos Productivos o de Infraestructura”. En el año 2009 no había más de $5.000 millones invertidos en este tipo de proyectos. En la actualidad ya supera los $32.000 millones. Solamente entre la Central Atucha y Enarsa se encuentran invertidos $13.685 millones de los fondos jubilatorios. Según la descripción de la ANSeS, los proyectos en los que el Estado invierte las jubilaciones “son caracterizados por su elevada rentabilidad social y efectos multiplicadores directos e indirectos”. No se me ocurre un eufemismo más grande. Resumiendo: ¿Usted cree que un fondo que tiene un 72,8% de su cartera invertida en deuda con un Estado quebrado puede sobrevivir mucho tiempo? Los jubilados argentinos están muy cerca de una súbita y fulminante pérdida de su poder adquisitivo. Pero esto no es todo… Aportan cada vez menos personas Además, enfrentamos un problema que agrava aún más la situación. Una complicación que no existía en la década del 60 o 70. Enfrentamos un problema demográfico muy serio. Observe cómo decayó la cantidad de aportantes al sistema y por qué la crisis previsional que enfrentamos es mucho más grave que las anteriores: grafico Valor Global En 60 años se ha reducido drásticamente la fuerza de trabajo que contribuye a la seguridad social. La fuerza laboral resulta cada vez menor en relación a la población pasiva. Tenga en cuenta que el sistema se financia con las deducciones de los salarios de los trabajadores. Si disminuye el número de aportantes, disminuye la financiación. ¿Por qué aporta cada vez menos gente? Por cuestiones demográficas (menos nacimientos y más jubilados) pero más que nada, por el trabajo en negro, que según nuestros números llega a ser de un 40%. Argentina no tuvo un proceso de absorción significativo de los trabajadores no registrados cuando su economía creció en la última década. Al no integrarlos al sistema formal, esto derivó en una menor financiación. Por lo tanto, estamos ante dos problemas muy graves: 1 – El Estado se apropió del 72,8% de nuestros fondos para la jubilación. 2 – Entra cada vez menos dinero para financiar el pago de las jubilaciones. Es fundamental anticiparse a lo que puede pasar muy pronto. Debe hacerlo no solamente si usted o un familiar viven de la jubilación. Sino también si es un futuro jubilado. E inclusive si usted no contaba con este ingreso futuro, tenga en cuenta que cuando la situación explote no sólo va a perjudicar a los jubilados. Va a perjudicar a todos los argentinos. Ya que la economía puede entrar en una tremenda crisis financiera nuevamente. Dos caminos dolorosos Ahora ¿qué puede pasar cuando las consecuencias de la estafa sean de público conocimiento? Dos cosas: 1- Lo que ocurrió en 1970, cuando el Estado tuvo que comprar los títulos que había en las Cajas y terminó pagando un porcentaje mínimo de lo que le debería haber pagado a los jubilados. 2- Una disminución acelerada de los haberes y una cancelación de las sentencias judiciales pendientes, tal como sucedió en la década del 80. En uno u otro caso, para usted el resultado será similar: no tendrán con qué pagarle. En el mejor de los escenarios, le pagarán un porcentaje ridículo, tal como le pasó a los jubilados en las fechas que citamos. Se lo resumo: el organismo previsional financió medidas proselitistas durante los últimos 5 años. Fue saqueado hasta el punto de pagar hoy haberes miserables, que son más bajos incluso que los que se pagaban en 1986, año de la bancarrota del sistema previsional. Sí. En 1986, que fue uno de los peores años de la seguridad social, las jubilaciones eran más altas que ahora, que vivimos en una supuesta época de prosperidad. Lamentablemente la estafa de las jubilaciones que atravesamos no es producto de una mala administración. A ver: ha sido mala para los jubilados, pero para los gobernantes oficialistas ha sido una administración brillante. Gracias a la plata que aportamos mes a mes ellos han financiado deuda, campañas proselitistas, empresas quebradas y gran parte de su política. Ahora ha llegado del momento de sacar conclusiones sobre el costo y la repercusión que tendrá este saqueo en nuestras economías. Usted deberá actuar para proteger su patrimonio. En momentos le indicaré exactamente cómo puede hacer para no ser arrastrado por la debacle financiera que directa o indirectamente nos afectará. Pero antes, permítame presentarme. Mi nombre es Pablo Galloni. Soy el Director de Investigaciones de InversorGlobal, una compañía que realiza investigaciones financieras desde hace 10 años. Junto a mi equipo de profesionales nos dedicamos a elaborar reportes de recomendaciones de inversiones, además de editar la revista InversorGlobal y de dictar cursos sobre finanzas personales. Durante 10 años hemos ayudado a miles de personas a cuidar sus ahorros. Además, les hemos revelado estrategias para incrementar su patrimonio en tiempos económicos inciertos. Nuestro Informe “El Fin de la Argentina” fue visto por más de 2 millones de personas. Allí hicimos referencia a las complicaciones económicas que venían. Muchos se ofendieron y se escandalizaron. Pero aquellas personas que nos escucharon y actuaron en consecuencia, lograron salvar sus ahorros. Algunos incluso lograron ganancias de hasta un 18% en dólares, mientras la mayoría perdía la mitad de sus ahorros. Nuestras investigaciones llegan a miles de suscriptores en Argentina y América Latina. No dependemos de entidades bancarias ni de fondos de inversión de ningún tipo. Y como se habrá dado cuenta, tampoco dependemos de la publicidad oficial… Esa independencia nos da la libertad para hacerle llegar información clasificada, sin importarnos si la misma afecta a entidades privadas o públicas. El único compromiso que tenemos es con nuestros lectores. Después de investigar la situación del sistema previsional argentino durante meses, decidimos armar este Informe Especial para que usted sepa lo que está pasando y cuándo puede estallar la situación. Y sobre todo, para acercarle formas de protegerse. Cuál es el límite de la estafa y qué es lo hay que hacer para protegerse La Defensoría del Pueblo reclama desde 2008 que el aumento de los haberes se extienda a todos los jubilados. Tal como ordenó la Corte en el 2006 en el fallo Badaro. El pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia sobre este tema está al caer. Todos lo estamos esperando. De hecho, lleva una demora de 5 años, en los que ha acumulado, como ya le contamos, más de medio millón de demandas realizadas por jubilados. Pero la estafa del Estado tiene un límite: los próximos meses, cuando la Corte finalmente se expida, en una decisión que es inminente. Una vez que se pronuncie, los 2 escenarios posibles serían negativos: 1- Si la Corte se expide en favor del millón de jubilados, la ANSeS tendría que admitir su descapitalización y enfrentar el pago de AR$14136 millones anuales. Ya ha dejado en claro que no dispone de esa plata. Si se decide a cumplir el compromiso y pagar, el costo para los jubilados sería alto igual, porque al tener la caja de las jubilaciones vacía, el Estado deberá recurrir a la maquinita para imprimir pesos. Eso generaría una inflación aún mayor que el 30% actual. Por lo que al porcentaje que llegara a cobrar, debería sumarle una pérdida del poder adquisitivo de la inflación que provoque la emisión de pesos. 2- Si la Corte se expidiera a favor de la ANSeS y no exigiera la extensión del fallo Badaro, los haberes seguirían en su mínimo histórico y se cancelarían las sentencias judiciales masivas. La Caja seguiría funcionando pero con haberes jubilatorios que acelerarían su pérdida de poder de compra. La estafa ha sido tan grande que ni siquiera un fallo judicial favorable podría atenuar las consecuencias. Una caja saqueada no tiene remedio. Los haberes no se actualizarán y caerán en una disminución acelerada. Durante parte del Informe pusimos el acento en que la crisis previsional actual es más delicada que las que vivimos en 1970 y 1986. No hay evidencias que nos indiquen que no viviremos lo que sucedió en esas dos debacles previsionales. El año 2013 será recordado como el de la descapitalización brutal de la ANSeS. Y el de las dificultades de miles de jubilados y trabajadores que se quedarán sin sus ahorros, viendo como cae aún más su poder adquisitivo. Las economías personales de muchos argentinos quedarán jaqueadas en un lapso menor a un año. Esta estafa es algo serio. No corra riesgos innecesarios. Por eso no puede demorar en tomar medidas para proteger su patrimonio. Usted debe tener un plan. Es aquí donde yo puedo ayudarlo. Como le comenté en mi presentación, en InversorGlobal ayudamos a argentinos interesados en su futuro financiero. Nos especializamos en preparar Informes Especiales con información clasificada en materia de finanzas e inversiones, a los que acceden nuestros suscriptores. Preparamos nuestras recomendaciones teniendo en cuenta las dificultades y las restricciones locales. En una crisis financiera como la que se viene, la información con la que se cuente y la rapidez con la que se actúe son claves para lograr estabilidad. Es por eso que quiero hablarle de los Informes que hemos preparado para que usted proteja sus ahorros de los problemas que se vienen. En nuestros Informes Especiales encontrará recomendaciones sobre qué estrategias puede tomar para ahorrar más y cómo lograr mantener un flujo de ingresos pese a las complicaciones financieras. Ya es hora de que usted quede del lado de los ganadores en las constantes crisis que sufrimos. En el Informe titulado “Cómo proteger su dinero de un Gobierno argentino desesperado”, le revelaré 2 estrategias simples para que pueda resguardar su plata de las reacciones del Gobierno. A esta altura no creo que usted desconozca la necesidad de fondos que tiene el oficialismo. No respetaron ni las reservas del Banco Central ni las jubilaciones. Por lo tanto, consideramos que debe extremar medidas antes de que el Gobierno implemente más avances confiscatorios. Las estrategias que le mencionaremos son transparentes y legales. Le contaré cómo usarlas en el Informe. Otra de las investigaciones que le enviaré le describirá una técnica de inversión que hoy está dando ganancias enormes a miles de argentinos. Me refiero a una herramienta accesible para usted que le podrá hacer ganar mucha plata. Es un método infalible que le hemos enseñado a utilizar a muchos inversores de todo el mundo en épocas de crisis como las que atravesamos. Esta técnica la encontrará en el Informe Especial “El secreto para duplicar su Capital”. Créame, el potencial de beneficios es enorme. También me gustaría enviarle información sobre cómo comprar un activo que ya lleva un 500% de crecimiento durante la última década. Me refiero al oro. Nunca olvide una de las reglas fundamentales de los mercados: cuando el dólar sube, el oro baja y viceversa. Y el dólar está bajando. Cuando deje de ser una moneda de reserva, el oro subirá más aún. Según nuestros estudios, llegaría a US$ 3 mil la onza en los próximos años. Hoy la onza está por debajo de US$ 2 mil. Esta información la encontrará en el Informe “La Biblia del oro de los Inversores”. Pero una vez que la Corte Suprema emita su fallo y las consecuencias de la estafa repercutan en las economías de millones de personas, usted precisará un activo que pueda protegerlo del caos. Incluso hacerle ganar plata. Un activo que le resulte cómodo y que le brinde seguridad necesaria como para vivir tranquilo. En el Informe “El activo más valioso del mundo en tiempos de crisis”, le voy a contar cuál es ese activo que usted puede comprar fácilmente. La mayoría de las familias millonarias lo tiene y le ha sido de muchísima utilidad en tiempos complicados. Me gustaría enviarle todos los Informes Especiales que le comenté para que se pueda proteger de la crisis previsional e inclusive ganar plata. No hay manera de que los haberes se puedan actualizar, porque la plata ya no alcanza. Yo le propongo que se suscriba a nuestra Revista Mensual así le doy acceso a: 1- Informe Especial #1: Cómo proteger su dinero del Gobierno argentino desesperado. 2- Informe Especial #2: El secreto para duplicar su capital. 3- Informe Especial #3: La Biblia del Oro de los Inversores. 4- Informe Especial #4. El activo más valioso en tiempos de crisis. Además de los Informes, todos los meses le enviaremos la edición de la Revista InversorGlobal en formato digital. Por medio de ésta lo mantendré informado sobre cómo va evolucionando la crisis previsional y le revelaremos nuevas ideas y conceptos de fácil aplicación para que usted implemente. A los Informes y a la Revista le debe sumar la Carta para suscriptores, que le mandaremos todas las semanas por email con comentarios de nuestros colaboradores sobre el rumbo de la economía. Es de vital importancia que usted comprenda que nuestros reportes no están pensados ni redactados en un lenguaje técnico para especialistas en el mundo de las finanzas. Tenemos suscriptores de todas las edades. Desde jóvenes adolescentes interesados en formarse para entrar al mercado laboral de la mejor manera posible a jubilados que buscan proteger sus ahorros e incrementar su patrimonio. Usted se suscribirá a una publicación financiera inusual, con recomendaciones concretas e ideas y estrategias fáciles de implementar. Herramientas que le darán tranquilidad y lo mantendrán al margen de las idas, vueltas y manejos turbios de las finanzas nacionales. Lo bueno es que si usted acepta hoy esta invitación, sólo está aceptando PROBAR nuestras investigaciones, para chequear si ésta es la clase de información que necesita. Porque si usted está disconforme con las ideas o con las recomendaciones de la Revista InversorGlobal y piensa que no es para usted, sólo nos tiene que avisar y le devolveremos la plata que abonó. Por eso tiene la ventaja de estar probando nuestros Informes por dos meses. La suscripción por un año a la Revista InversorGlobal, incluyendo los Informes Especiales tiene un precio de lista de AR$ 515. De todas formas, si prueba hoy nuestras investigaciones, podrá acceder a un descuento de hasta el 42% en el precio de la suscripción anual. Podrá disponer de nuestros reportes solamente por AR$ 24,75 por mes. Esto incluye todos los reportes de regalo. La Revista InversorGlobal sería sin dudas una de las decisiones financieras más inteligentes y seguras que usted podría tomar. Nuestro equipo de expertos lo ayudará a protegerse de las repercusiones de la crisis previsional. Todos sabemos lo complicado que es ahorrar plata en Argentina. ¿Está dispuesto a perder lo que en tanto tiempo y con tanto esfuerzo le costó conseguir? Haga clic abajo para empezar y nos encontramos del otro lado. ¡Buenas inversiones! Pablo Galloni. Director de Investigaciones Inversor Global
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 18:21:55 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015