Ya después de un mes, público aquí el escrito que hice en memoria de mi Iaia para el libro de fiestas de nuestro pueblo: Josefa Boronat Devesa, más conocida como “Pepita Caragol”, nos abandonó el 3 de julio de 2013, a las 23,50h. Esta enorme persona, medio calpina y nuciera, como ella decía, era hija de Pepe Boronat “Caragol” y Pepa Devesa, además de ser la mayor de cuatro hermanos, entre los cuales se encuentra también Antonio, Vicenta y Maruja. Ella en sí siempre ha sido una persona humilde y sencilla, pero con gran pasión por ayudar a todo el mundo que podía; así como con una gracia para no tardar ni dos segundos a subir a un escenario cuando se la llamaba, era la primera que se ofrecía para cantar o bailar en las fiestas de ambos pueblos suyos, sin importarle quien estuviera, así llegó a participar en la Zarzuela “La del manojo de rosas”, instrumentada por la banda de Calp, y dirigida por el mestre Penella, representando el papel de “Clara” junto a Pepe Tur (más conocido como Pepe Torrat) con el cual hizo el dúo cómico de esta Zarzuela. También participó en un grupo de cantoras de la iglesia, con las que cantaban requiems en los entierros para otras personas del pueblo. Y por está labor se les concedió una conmemoración en “els premis 9 d’Octubre” del 2012 en Calp. Además, hay que destacarla como una persona jovial y llena de vitalidad, que nunca le negaba la ayuda a nadie, tanto si le pedían que curara un esguince al igual que su padre, como si tenía que ir al ayuntamiento para hablar con cualquier persona por algo que ella consideraba que no se había hecho como tocaba o de una manera poco adecuada. Cómo ella nos decía: “Hasta el dia de hui, ningú m’ha dit que no” (hasta el día de hoy, nadie me ha dicho que no) y a todos los favores que ella pedía, siempre se le concedían. Mujer muy querida que siempre ha estado ahí para lo que se la necesitaba, ya desde el día que vine a este mundo, me estuvo cuidando y educando como una madre, siempre por nuestro bien, y para que fuésemos grandes personas. Ella siempre nos tenía una sonrisa en la boca, y un reproche para que nos esforzáramos más en todo, y que no nos conformásemos con lo que teníamos, ya que la vida es siempre luchar hacia delante. Hasta el último momento siempre tuvo esa fuerza que la caracterizaba, no desfalleció ni sufrió, sólo se fue apagando poco a poco, e incluso así, no dejó de apretar mi mano contra su pecho y su sonrisa típica en sus labios. De esta manera se quedó dormida y descansó en tranquilidad. Y con estas palabras, quiero dedicarle unos recuerdos para su memoria, que sepa que no la olvidamos, y que siempre la tendremos todos entre nuestros corazones, porque ella siempre lo quiso así, no le gustaría vernos tristes, sino que quería que comprendiéramos que ella ahora está en un mundo mejor, y sin preocupaciones. SEMPRE ET RECORDAREM, IAIA. Joan Ripoll Sau
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 18:11:40 +0000
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