Ya les dije que mañana nos reunimos los Basewicz. Va a ser en lo - TopicsExpress



          

Ya les dije que mañana nos reunimos los Basewicz. Va a ser en lo de mi primita Miriam, la más chica de los Feldman, hija de mi querido tío Jorge y de mi amada tía Tamara, la cuarta hermana de mi vieja. Lo que no les conté son las homéricas peleas que se armaban entre comuñistn y los anti cada santo 9 de julio. Esa fiesta de concordia y de evocación se transformaba en la batalla de Leningrado en cada aniversario. Del lado rojo, estaban Jorge Feldman, médico de barrio, que tenía que salir rajando cada tanto por la terraza de su casa de la calle Espinoza, huyendo de la Federal y dejando un rastro de Nuestra Palabra por toda la Paternal. La tía Tamara, tan fanática como el hermano del tío, Chitrus, y su mujer Lina, todos stalinistas de fierro. Junto a ellos, en la resistencia soviética, la menor, Shulamis, con su marido el buen tío Bera Pahn, bueno como su apellido y también bolches pero menos gritones que los Feldman porque vivían en El Palomar. Del lado menchevique, mi tío Bernardo Drucaroff, hermano menor del célebre Sansón, casado con mi tía Esther, la segunda de las hemanas. El tío Bernardo, que era EL comunista de la familia, había hecho un viaje a la URSS antes de la guerra y volvió hecho un furibundo anticomunista. De eso no se hablaba en la familia, pero parece que el realismo soviético aniquiló sus creencias. Finalmente mi vieja, Luba, la mayor, que era anticomunista por historia, ya que los bolches le habían sacado la hermosa quinta de Luniniecs en la que vivían todas las hermanas y mis abuelos David y Raquel, pero fuera de una caras de indignación, no participaba demasiado en la brega. Y mi viejo, que era liberal socialista y demasiado inteligente para meterse en ese bombardeo, de modo que se hacía el boludo mientras comía plétzalaj con pastróm y pepinos y chupaba la vodka de papas de 80o que mi zeide destilaba clandestinamente en un cuartito de la terraza de esa casa de la calle Espinosa. La tradición de la pelea política estuvo dormida durante varias décadas de reuniones. Pero gracias al kirchnerismo y a FB ha renacido con más fuerzas que antes. Mi primo Gustavo, que supo ser stalinista como sus papis, me ha acusado por aquí de haber sido cooptado. "Cooptado", palabra que me trae dulces recuerdos de la guerra fría. Pero mañana yo seguire las enseñanzas de mi sabio viejo y me voy a hacer bien el boludo mientras dejo que los demás discutan mientras me morfo todos los plétzalaj, que, si dios manda, va a haber en la mesa de la casa de mi primita Miriam.
Posted on: Tue, 09 Jul 2013 02:54:37 +0000

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