Ya me tengo que ir minna ;w;...Pero les dejo éste One-shot - TopicsExpress



          

Ya me tengo que ir minna ;w;...Pero les dejo éste One-shot original que escribí . es entre un vampiro y un sacerdote *v*...Escribo más o menos pero espero que ojala les guste aunque sea un poquito "Bajo el manto de la noche" Se estremeció al sentir aquellas frías manos colarse bajo su sotana, rozando su piel. Una húmeda lengua recorrió su clavícula con lascivia, haciéndole proferir un ligero gemido mal contenido. Intentó desviar su mirada de aquellos intensos orbes carmesí pero fue tomado con firmeza por su mentón, obligándole a mirarle, haciendo que sus cálidos ojos ambarinos chocaran con esa infernal y penetrante mirada. - Mírame...- ordenó con voz sensual y profunda; aquel ser de pálida piel, cabellos rubios y orbes sangrientas - Quiero que me veas mientras te lo hago...- ronroneo relamiéndose el labio inferior, contemplando el juvenil rostro del sacerdote. Tez blanca, cabellos castaños y orbes de tonalidad ambarina; que en esos momentos mostraban un leve dejo de temor mezclado con un incipiente deseo que intentaba ocultar...Una "presa" realmente tentador...Aquel sacerdote de tan sólo diecinueve años poseedor de un angelical rostro. - S-suél...- intento forcejear débilmente, empujando con sus manos en el pecho de ése rubio de aura seductora y atrayente pero lo único que consiguió fue que le atrajera más hacia sí, tomándole con algo de fuerza por los cabellos y recorriendo nuevamente con aquella endemoniada lengua su cuello; en donde sintió posarse unos fríos y perfectos labios y unos filosos colmillos perforar su carne...¡¿Cuánto tiempo llevaba permitiendo aquello?!...Cada noche, dentro de aquel viejo campanario se repetía lo mismo...Él un siervo de Dios caía una y otra vez ante aquella criatura de la noche. El vampiro solamente bebió unos pequeños sorbos de aquel exquisito líquido, para luego pasar su lengua por las pequeñas marcas que había dejado. - ¿Por qué siempre intentas hacerte el difícil?...- le atrajo más hacia sí, manteniendo el agarre en sus cabellos, haciendo que le viera fijamente a los ojos - Sabes que jamás consigues resistirte...- hablo con mirada arrogante y lujuriosa, besándole con pasión. El castaño mantuvo sus labios sellados, intentando débilmente no corresponder a aquel ósculo; aunque en el fondo todo su ser lo ansiara. El rubio hincó uno de sus colmillos en el labio inferior del menor, acción ante la cual éste abrió la boca para emitir un pequeño quejido de dolor, lo cual fue aprovechado por el vampiro para introducir su lengua dentro de aquella boca, explorándola con frenesí, incitando a la contraria a una candente danza, en la cual le permitió percibir el sabor de su propia sangre. Volvió el beso aún más apasionado, empujándole contra la pared de aquel frío campanario. Sus manos ansiosas comenzaron a despojarle de sus vestimentas al oji-ámbar; casi desgarrándolas. Serpenteo aquella suave y tibia piel expuesta, rompiendo el ósculo, observándole, contemplando su respiración agitada y sus mejillas teñidas en un ligero carmesí...Tan deseable que sólo incitaba a poseerlo... - ¿Sabes una cosa?...- comenzó a mordisquear con algo de fuerza el hombro del menor, sintiéndole empezar a temblar de deseo entre la pared y su cuerpo - Me gusta cuando te haces el difícil...Así es más divertido cuando al final logro hacerte gritar de placer...- le observó con mirada ladina, enroscando de manera algo fuerte su mano alrededor del miembro del castaño, haciéndole proferir un pequeño gemido de dolor y placer. El vampiro le atrajo junto consigo hacia el duro suelo, posicionándose sobre él. Sintió aquella infernal lengua recorrer su torso, succionando con deleite sus sonrosados botones, logrando que emitiera débiles gemidos. Las uñas de aquel ser rasgaron ligeramente la piel de su abdomen, haciéndole sangrar un poco; observando como el rubio lamía de manera costal los pequeños hilillos de sangre que emanaban. El mayor descendió hasta su vientre, clavando desde allí su mirada en la del menos que le veía con una mezcla de deseo, un pequeñísimo rastro de temor y un ligero orgullo...¿Podría existir una expresión más exquisita?...Quizá sí...la de éste cuando esos orbes ambarinos se nublaban de absoluto placer... Su mirada carmesí destello un brillo lujurioso, al contemplar el miembro del castaño, el cual comenzaba a erguirse. Acerco su rostro hasta aquella hombría, pasando su lengua por el glande empapado en líquido preseminal, ante lo cual el sacerdote se mordió el labio para intentar acallar un jadeo de placer. El mayor sonrío ladinamente, comenzando a lamer desde la base hasta la punta, divertido por la forma en la cual ese obstinado chico intentaba reprimir sus gemidos. Engulló sorpresivamente toda la extensión del miembro del menor, logrando que éste finalmente no pudiera evitar proferir un fuerte jadeo, al sentir la boca del rubio bajar y subir con frenesí por su hombría, utilizando su lengua con verdadera maestría. Una corriente de absoluto placer recorrió todo su ser, al momento en el cual los colmillos del vampiro se hincaron ligeramente cerca de la punta de su pene, haciéndole venirse ante aquel orgásmico placentero dolor. El rubio bebió gustoso aquella esencia, relamiéndose los labios con satisfacción mientras observaba a su adorada presa...Mejillas ardientes, respiración agitada y la frente perlada por el sudor...Un perfecto cuadro que incitaba al total descontrol... El mayor le beso con pasión, siendo su lengua enredada con la ajena. Percibió el sabor de su propia semilla, entremezclado con el ligero sabor de su sangra. Aquellas manos le acariciaban con lascivia, haciendo que el calor de su cuerpo aumentara nuevamente...Inconscientemente aferro sus manos a la camisa del vampiro cómo deseando tenerle más cerca...Siempre le era imposible resistirse ante él, sin embargo, una pequeña pizca de orgullo en su interior intentaba negar esa realidad... -Pídemelo...Pide que te haga mío...- hablo con voz lujuriosa...Deseaba oírle suplicar que le poseyera, pero lo único que obtuvo fue un mutismo de parte del sacerdote contrastado con la forma que le sentía estremecerse bajo su cuerpo...Tan obstinado...Tan delicioso... Con sonrisa ladina y arrogante liberó su miembro; separándole las piernas, tomándole por las caderas adentrándose en el interior del oji-ámbar sin ninguna preparación, ante lo cual éste dejó escapar un grito de dolor. - Eres tan obstinado...y tan deliciosamente estrecho...- mordió el lóbulo de la oreja del castaño, comenzando con un lento vaivén...A pesar de todo había desarrollado algo en su interior que le impedía lastimar realmente a aquel chico. Poco a poco el dolor inicial fue convirtiéndose en puro placer, las caderas del oji-ámbar se movieron ligeramente, ansiando un contacto más profundo...más rápido...pero todo lo contrario a lo que esperaba del rubio, éste no aumento la velocidad de sus embestidas; al contrario, las mantenía tortuosamente lentas... - A-ah...M-más...- cada lenta pero certera estocada era una tortura de placer. Daban con potente precisión en aquel punto en su interior que le hacía perder la razón por completo...anhelando solamente el placer. - Uhmm...¿deseas algo?...- lamió el contorno de su oreja, continuando con sus parsimoniosas embestidas, disfrutando de aquella estrechez y calidez del interior del menor y la ansiedad que se incrementaba en éste - Si lo deseas...suplícame... Ya no podía pensar, la pequeña fracción de orgullo que había intentado mantener desapareció...Ya no podía negar nada...Sólo quería sentir más de todo aquello que le podía hacer sentir el vampiro... - M-más rápido...Por favor...- jadeo suplicante con sus hermosos ojos ámbar cubiertos de lágrimas de deseo - ¡Aahh!...- sonoros gemidos de placer comenzaron a brotar de su garganta cuando finalmente, haciendo caso a sus súplicas el rubio comenzó con potentes y rápidas estocadas; casi brutales que conjuntamente con la fricción de su miembro entre ambos abdómenes le daban una orgásmica sensación entre cierto dolor y el más exquisito placer. Corrientes eléctricas intensamente placenteras recorrieron su cuerpo, y fundiéndose en medio de un apasionado beso, en el cual el mayor le mordió el labio inferior con cierta fuerza, se corrió entre ambos vientre; arqueándose eróticamente mientras profería un profundo gemido. El vampiro le embistió un unas pocas y frenéticas veces más, y sintiendo como aquel cálido interior se contraía de forma absolutamente deliciosa sobre su hombría; terminó llegando al clímax, derramado toda su semilla en el interior del menor. Le sintió salir de su interior, creándole una extraña sensación de vacío e inconscientemente aferro sus manos a los lados de la camisa del rubio -la cual se encontraba abierta, permitiendo apreciar torso su definido; aunque no demasiado-. - T-te odio...- dijo el castaño aún debajo del cuerpo del mayor, casi en un hilillo de voz que denotaba enfado fingido, volteando su rostro hacia un lado para desviar su mirada de la del vampiro mientras sus ojos se cubrían con un ligero flequillo de su cabello. - Oh...¿En serio?...- el rubio río de cierta forma burlona, algo divertido ante lo dicho por el oji-ámbar - Pues yo creo lo contrario...- susurro acercándose al oído del sacerdote para luego tomarle por el mentón y hacer que le viera a los ojos - Tú jamás podrás odiarme...sólo puedes desearme con ansias, imaginar mis manos sobre mi piel, el cómo te hago mío una y otra vez...- su tono de voz fue algo arrogante mientras acercaba su rostro aún más al del sacerdote, el cual había adquirido un leve rubor en sus mejillas ante aquellas palabras - Así que te es imposible fingir... Mejor ríndete ante lo que sientes porque aunque intentes negarlo me perteneces...jamás podrás ni desearas escapar de todo lo que te puedo ofrecer...- su mirada y su voz eran sensuales y profundas, totalmente hipnóticas. No importaba cuanto intentara negarlo aquel chico pero éste le pertenecía por completo...Hace tiempo había dejado de convertirse en solamente una más de sus presas con quien jugar y se había convertido en algo diferente...Algo que jamás permitiría que se alejara de su lado y quizá más adelante lo convertiría de una forma que haría que estuviese para siempre junto a él. El corazón del oji-ámbar latía ante aquella mirada y esas palabras. El rubio le beso con nueva pasión serpenteando otra vez cada rincón de su piel, haciéndole estremecerse...Ya no tenía ninguna salvación...Quisiera o no desde casi el primer día en el cual se conocieron y le hizo caer en el pecado todo su ser le pertenecía a él...Pasó sus brazos alrededor del cuello del mayor correspondiendo a aquel ósculo pasional, dispuesto a entregarse con fervor...Había pecado en contra de su Dios, al que una vez le juro absoluta fidelidad y devoción...Ya no le quedaba ningún camino...sólo dejarse arrastrar por aquel ser, ocultos siempre bajo el sensual y misterioso manto de la noche... *Naomi* -deseando que aunque sea a alguien le gustar su locura ewe-
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 19:58:17 +0000

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