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by -inframundo- MADDIE parte 3 Como si nada, siguieron examinando la habitación de Amadine, una antigua residente del pueblo, según los agentes de bienes raíces, una solterona antisocial que no salía de su casa si no era necesario y fiel seguidora de una religión africana de la cual no se tenían datos. Con esa información, pudieron comprender por qué en los roperos se escondían grandes cajas de velones de colores blancos, negros y rojos, junto con frasquitos con colonias, esencias y otros tipos de sustancias caseras que al destaparlos, despedían un olor asqueroso. También, entre la colección de posesiones de la señora Tussaud, había inciensos, sahumerios y materiales extraños que posiblemente usaba para ofrendas o trabajos especiales. A la tarde, todo eso fue tirado a la basura, incluido los muebles. Ninguno de los dos era supersticioso ni nada por el estilo, pero pensaban que era correcto apartar todas aquellas cosas relacionadas con la extraña Amadine y sus prácticas diabólicas, pero nunca pensaron la furia que desataría ello. Cuando las acciones del hombre son manejados por el deseo de la carne, la mente muere. Era justo lo que le había sucedido a Axel, que aprovechando el turno nocturno de Edith en el hospital, llevó una amiga a su habitación. Edith dormía tranquilamente abrazada a Maddie. Luego, durmió sola. Axel pasó de la mano de su amiga, Deborah, una rubia voluptuosa que había visto en internet y prometía dar un intenso momento de placer si de por medio había un moderado monto de dinero. Atravesaron el living rápidamente por si por esas ruines casualidades Edith se despertaba y los veía, pero no, estaba sumergida en un sueño profundo, sola hasta hace unos segundos. Subieron las escaleras, los pies golpeándose sigilosamente en los escalones parecían el galope de un caballo. Al atravesar el pasillo corto, ingresaron a la habitación. Axel, la tomó de la cintura y le besó el cuello, luego sus manos enfurecidas apretaron sus senos y luego sus nalgas. La desvistió rápidamente mientras ella le bajaba el cierre de su jean y sacaba su pene erecto. Una acción llevó a la otra y cuando quiso acordar, Axel estaba sobre Deborah, penetrándola con fuerza, vigor e ira en el piso de la habitación. Los gemidos aminorados se retumbaban en las paredes pero no las atravesaban. Después, todo terminó. Y volvió a empezar, una vez más. Creyeron que la puerta estaba cerrada, pero en realidad estaba entreabierta y a través de la fina pero agraciada rendija se proyectaba la visión fantasmal de un ojo de plástico tan curioso, como diabólico. Maia volvió a las tres de la mañana, antes de hacer nada, fue hacia la habitación de su hija para verificar que se encontraba bien. La vio plácidamente dormida, su rostro perfecto otorgaba ternura a quien lo veía. Fue hasta ella y le dio un beso en la mejilla, la arropó y acomodó a Maddie, quien descansaba sobre su brazo pero mantenía su cara pícara. Subió las escaleras y vio a Axel dormido en la cama, por un momento, pareció darle la misma ternura que Edith y por primera vez pensó en lo difícil que era su lugar como esposo, padre y hombre de la familia; "si hubiese sido otro hombre, seguramente ya me habría votado o se buscaría a una amante para que le dé el placer que no le puedo dar", pensó valorándolo y poniéndolo en el pedestal de "El hombre perfecto". _ Ya todo mejorará, amor. Estoy dispuesta a buscar ayuda médica. El sol se comenzó a asomar por el horizonte medio campestre cerca de las seis y media de la mañana, corría un viento fuerte, atónito y tormentoso. Maia decidió dejar en la cama a Edith, se podría enfermar si la llevaba a la escuela con una helada como la que cruzaba sobre ellos.
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 03:44:15 +0000

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