en el barrio del Naranjo tomé una buena amistad con Antonio mi vecino con el que en bicicleta las madrugadas de invierno, salíamos a poner trampas (aquí le llaman perchas) a los pajarillos, de cebo normalmente eran alúas (hormigas de ala) pero cuando se nos acababan recurríamos a gusanos de los cardos a los que hay que saber sacar. No se me daba mal la caza de pajarillos y caían, petirrojos, bisbitas (lavanderas), cañameros, cabecitas negras… y algunas veces zorzales y mirlas. Recuerdo una vez que empezó llover suave y entre niebla y claros en la mesa de la Balanzona había un bando de sordillas, son insectívoros parecidos en el plumaje a los zorzales pero pequeñitos, pusimos la mitad de las trampas y no fuimos a la otra parte del llano, pusimos la otra mitad y cuando volvimos a las primeras casi todas tenían pájaro, repusimos el cebo y revisamos las del otro lado y estaban también llenas, de modo que dimos cuatro vueltas y como llevaba cuatro docenas de trampas hice un buen acopio. Entonces se perseguía menos que hoy la captura de insectívoros además de estar los pájaros mas sanos y menos contaminados. Con Antonio además de los pájaros también cogíamos peces (barbos) con un garlito, especie de saco de tela metálica, para ello nos metíamos en el arroyo y mientras uno con un palo removía el barro otro mantenía pegado a filo sumergido debajo de los juncos o los ramajes el saco abierto para cuando notaba que entraba algún pez levantar. Estaban buenos frititos, pero se me quitó la afición el día que al sacar el garlito apareció dentro un culebra de agua, inofensiva, si, pero mi miedo a las bichas es superior al razonamiento. Posiblemente ese miedo fue inducido por mi padre, contaba que yendo de espárragos, al lado de la esparraguera en la que se agachó para coger uno, encima de una piedra plana, vio muy cerca una culebra y que le hizo cara levantándose silbando, decía que la boina se le levantó un metro sobre su cabeza. Batallitas
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 17:00:37 +0000
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