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grecia sigue estando ausente Tan solo unas horas después de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, lanzase desde Ankara, arropado de miles de seguidores, un ultimátum a los manifestantes de Estambul, la policía ha entrado en el parque de Gezi, junto a la plaza de Taksim, donde permanecían acampados, y ha procedido a desalojarles a la fuerza y de un modo fulminante, con agua y gases lacrimógenos. La policía usó también pulverizadores a presión de gas pimienta, según informa Efe. Los indignados turcos, contrarios a las obras previstas por el Gobierno en el parque, lograron volver tras el último desalojo, llevado a cabo por las fuerzas de seguridad el pasado miércoles. "En el día número 18 de nuestra resistencia, continuamos en guardia por nuestro parque, nuestra ciudad, nuestros árboles, nuestras zonas habitables, nuestras vidas privadas, nuestras libertades y nuestro futuro", con estas palabras anunció previamente el movimiento de Solidaridad con Taksim que los manifestantes que llevan más de dos semanas en el centro de Estambul iban a seguir adelante con sus protestas. "A pesar de las políticas de violencia, hemos visto cómo podemos juntarnos, debatir, asociarnos y luchar juntos en la riqueza de nuestras diferentes tendencias. La resistencia de Gezi ha tenido éxito en mantener su postura pacífica frente a la violencia policial", añadió en un comunicado esta plataforma, que reúne a 117 grupos, algunos de los cuales estuvieron presentes en las sentadas originales contra la demolición del parque Gezi, que más tarde se convirtieron en protestas masivas contra el Gobierno de Erdogan. El anuncio se ha producido tras una serie de discusiones realizadas durante la noche en las siete partes en las que se ha dividido el parque, en el que cientos de personas llevan acampadas desde el 1 de junio y protestando de forma festiva contra la violencia policial y el "autoritarismo" de Erdogan. Los manifestantes responden así al gesto del primer ministro, que ayer dijo que esperarán a una decisión judicial definitiva sobre las obras en el parque y que, si el tribunal les permite seguir adelante, las someterán a un voto popular en Estambul. El movimiento de Solidaridad con Taksim ha elaborado una lista de cinco demandas que son generalmente compartidas por muchos de los ocupantes de Gezi: que el parque se quede donde está, que los oficiales de policía responsables del uso excesivo de la fuerza sean investigados y cesados, que se prohíba el gas lacrimógeno, que los detenidos durante las protestas sean liberados y que se respete el derecho de asamblea y de reunión en los espacios públicos. Además, muchos manifestantes siguen pidiendo además la dimisión de Erdogan y cada individuo tiene su propia lista de peticiones. "El Gobierno ha ignorado las demandas claras y legítimas desde el principio de las protestas. Intentan dividir, provocar y dañar nuestra legitimidad", añadió la plataforma en su comunicado. "La gente debería irse a casa" La presión vuelve así a las autoridades, que ya hicieron un amago de desalojo del parque en la noche del 11 de junio, cuando cientos de policías antidisturbios retomaron la Plaza Taksim usando cañones de agua y enormes cantidades de gas lacrimógeno y retiraron las barricadas que cerraban los accesos a la zona desde el 1 de junio. Los agentes entraron en dos ocasiones en el parque en dos ocasiones, en el que también cayeron latas de gas lacrimógeno, pero no desalojaron a la gente, que aún ahora sigue acampada en Gezi. "El hecho de que los canales de negociación y diálogo están abiertos es un signo de madurez democrática", dijo hoy por su lado el presidente de la República, Abdulá Gul, en su cuenta en la red social Twitter, en la que es muy activo. "Creo que este proceso va a dar buenos resultados. Desde este momento, toda la gente debería irse a casa", añadió Gul, quien desde el primer día ha mantenido un tono mucho más conciliatorio que el de Erdogan. También hoy, está previsto un mitin en del gobernante Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco), al que pertenecen tanto Gul como Erdogan, en Ankara, donde cada noche durante los últimos días han continuado los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Mañana, el AKP realizará otro mitin en Estambul. La crisis empezó con la violenta respuesta policial a una pequeña sentada de activistas en el parque el 27 de mayo, lo que acabó provocando una serie de protestas masivas contra el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y contra las políticas de Erdogan. Los manifestantes lo acusan de "autoritario" y de querer imponer a la sociedad valores conservadores de acuerdo con una agenda islamista moderada. Al menos cinco personas, incluido un policía, han muerto y alrededor de 5.000 han resultado heridas durante las protestas, que tras el 1 de junio se extendieron también a otras ciudades del país. La mayoría de los heridos son de categoría leve y afectados por el gas lacrimógeno, aunque hay también varias en estado grave tras haber recibido el impacto de latas de gas lacrimógeno en la cabeza, según la Asociación Médica Turca. La policía ha detenido a miles de personas desde que se iniciaron las manifestaciones, incluyendo al menos 50 abogados que protestaban en un juzgado en Ankara. La mayoría han sido liberadas a las pocas horas. Las enormes cantidades de gas lacrimógeno usadas y el uso de la violencia por parte de la policía ha preocupado a países europeos, a Estados Unidos y a organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que han pedido al Gobierno turco que respete el derecho a la manifestación de sus ciudadanos.
Posted on: Sat, 15 Jun 2013 21:11:12 +0000

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