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lanacion | Información general Miércoles 23 de abril de 2008 | Publicado en edición impresa Los incendios del Delta El Gobierno no tenía aviones para luchar contra el fuego Los que usa son alquilados; no había previsto incendios Por Daniel Gallo | LA NACION Ver comentarios inShare Más notas para entender este tema Otro trágico choque mortal por el humo Un decreto que nunca se aplicó Picolotti pide embargar a los dueños de campos El fuego en el Delta ha dejado expuestas fallas estructurales. En estos días de incendios y humo se impuso una lógica pregunta: ¿por qué no se usaron desde el comienzo aviones para combatir las llamas? La respuesta es simple. O compleja, si se analizan las necesidades básicas de un país: el Estado no cuenta con aviones propios. El Gobierno tercerizó la lucha contra el fuego al contratar un servicio de aviones. Pero la Secretaría de Ambiente no tenía previsto usarlos este mes debido a que el análisis de sus técnicos determinó que no habría incendios entre abril y junio, según consta en el informe oficial sobre el despliegue anual de aviones hidrantes. Sin embargo, apareció el fuego. Intencional, según investigaciones judiciales, pero fuego al fin. El esquema de respuesta aérea programado por la Secretaría de Ambiente quedó, así, desarticulado. En octubre de 2007 la resolución 607 de la Jefatura de Gabinete aprobó la licitación para el alquiler de aviones hidrantes. Por 7 millones de pesos se contrataron aeronaves de observación y de combate directo contra el fuego, con un cronograma que en su momento de mayor utilización, en enero y febrero, contó con 12 aviones. Pero a comienzos de este mes, el único disponible estaba en un foco en Misiones. En el documento oficial de la Secretaría de Ambiente, que desarrolla el plan de despliegue anual de aeronaves hidrantes se indicó: "En abril, mayo y junio no hay aviones desplegados preventivamente por la nula peligrosidad de incendios, al observarse el patrón de estadísticas". En 1997, un importante incendio en el sur del país provocó un escándalo alrededor de la entonces responsable de la lucha contra el fuego, María Julia Alsogaray. Se informó en ese momento que la Argentina compraría aviones hidrantes. Durante cuatro meses estuvieron en nuestro país dos aeronaves pesadas CL415, con gran capacidad de carga de agua. Pero la operación comercial con Canadá fracasó entonces, y once años después se mantienen las carencias básicas para hacer frente a incendios forestales. La diputada nacional Nora Ginzburg (Interbloque Propuesta Federal) presentó ayer un pedido de informes para conocer qué aeronaves capacitadas para la lucha contra el fuego tiene la Fuerza Aérea. Pero no es esa institución militar la que, aunque parezca raro, encabeza la lucha contra el fuego: el Estado, a través de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, contrata a civiles para esa misión. La dependencia a cargo de Romina Picolotti dividió el país en dos regiones para asignar los recursos aéreos alquilados. Entre Ríos y Buenos Aires integran la zona este, entre otras siete provincias. En esa parte de la Argentina, en ningún mes del año se asignan más de dos aviones hidrantes. Y como se consignó, entre abril y junio no estaba dispuesto ninguno. El contrato de la secretaría establece que puede requerirse un avión de emergencia, con pago por el servicio adicional, pero no se cuenta con el aparato disponible en todo momento. La programación del Plan Nacional de Manejo del Fuego establecía para estos días tener un solo avión en "alerta pasiva", no desplegado. Esa aeronave fue usada finalmente entre el 7 y el 10 del actual en un incendio de 80 hectáreas en Colonia San Jorge, en Misiones. En síntesis, no había aviones para atacar los focos iniciales del fuego en Entre Ríos. ADVERTENCIAS DESDE EL AIRE Alertas no faltaron en la Secretaría de Ambiente. Por casualidad, a comienzos de abril pasaron por la zona incendiada helicópteros del Ejército, que regresaban de una misión de apoyo en Bolivia. Como integrantes del Plan Nacional de Lucha contra el Fuego, los militares reportaron la novedad. Sólo volvieron al lugar dos semanas después, cuando el humo se volvió un problema para los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. La semana pasada, fuentes oficiales que participaron de reuniones de planificación del combate contra el fuego no salían de su asombro: "No hay aviones y no le piden ayuda a Córdoba, que tiene sus propios hidrantes". El ex gobernador cordobés José Manuel de la Sota ideó un plan contra los incendios de su provincia, con el sostén económico de un aporte adicional gracias al impuesto al consumo de energía, que le permitió dotarse de cuatro aviones hidrantes. Córdoba cuenta así con recursos materiales que el Estado tiene que conseguir mediante alquileres. Ahora, las autoridades anuncian la presencia de cuatro aviones hidrantes en la zona de fuego y de otros cinco en reserva. Todos los que faltaron en los momentos iniciales del incendio.
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 02:15:36 +0000

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