martes, 17 de septiembre de 2013 EL JUEZ GARZÓN SIN - TopicsExpress



          

martes, 17 de septiembre de 2013 EL JUEZ GARZÓN SIN CALZÓN ¿Quién iba a creer que aquel magistrado español, desconocido para el mundo, de apellido Garzón sería un perfecto desfalco? ¿Quién iba a creer que al verlo con ropas luego aparecería simplemente sin calzón? El fue quien pidió que Inglaterra detuviera a Pinochet en Londres, a quien acusaba de varios crímenes, y usaba el argumento de la moral de las leyes internacionales, y quizás la muerte de algunos españoles. El mundo que buscaba justicia y que se oponía a Pinochet, cantó fuertemente la alegría, y se creía que al fin, comenzaba una nueva era en que la justicia prevalecería aun sobre las fronteras de los países. Pero el pobre Garzón tenía dos problemas: Uno, que era español, y de estos no hay mucha garantía de estabilidad ni coherencia (ahora Barcelona quiere independencia). Dos, que aunque parecía sincero en su accionar, escondía la debilidad de la honestidad. Y su primer problema se le vino encima cuando sin quererlo, lo heredaba. Y con el segundo, se puso en la lista de otros abogados que ya habían obtenido notoriedad al igual que él, contribuyendo así al gran desprecio y ojeriza que siempre inspiran los abogados. William Krunstler era un abogado que defendía las causas más insólitas e innobles del mundo. No había criminal ni delito que él no los defendiera hasta gratis. Era judío, sin embargo, defendía amorosamente a los musulmanes que asesinaran a su gente. No hubo comunista por troglodita que fuera que no defendiera en los tribunales. Ransey Clark es otro abogado, que habiendo sido Fiscal General de EU en el gobierno de Johnson, y habiendo tenido aspiraciones políticas frustradas, también se dedicó a defender las causas tan innobles como las que defendía Krunstler, al punto que se prestó voluntariamente a representar a Hussein antes de que lo declararan digno de la horca y a declarar una especie de guerra abierta en contra de su país, EU. Johnnie Cochran fue otro abogado famoso que aunque era un penalista brillante, el caso en que más notoriedad obtuvo fue con el juicio con O.J. Simpson, aquel deportista de EU acusado de asesinar a su esposa y su amigo en su casa y que ante toda evidencia de culpabilidad, este abogado usó groseramente la Carta Racial para obtener un sentencia de inocencia, explotando un caso en que a un afroamericano, al recibir una golpiza de la Policía, la habían declarado inocente, ante toda evidencia contraria. El manipuló hábilmente al tribunal y al jurado, especialmente con la amenaza de revuelta racial, y Simpson fue “hallado” inocente y de ahí su fama de defender lo indefendible. Garzón comenzó su descarrilamiento cuando, embriagado por su triunfo contra Pinochet, pretendió abrir una herida cicatrizada en la sociedad volátil española, y creyó que su poder era tal, que podía presidir audiencias en que se revisarían los crímenes cometidos en la Guerra Civil Española. Sabiamente, las Cortes Españolas, agarraron por el cuello a Garzón y lo enjuiciaron por extralimitarse en sus atribuciones y buscar problemas nacionales, y atinadamente fue expulsado del ejercicio del Derecho en España. Aturdido, entonces comenzaría a trillar el camino que habían corrido los abogados ya mencionados, y su primer escándalo fue anunciar, sin que lo buscaran, que él defendería a Asange, al de Wikileaks, aquel violador de leyes, que huyéndole a Suecia, publicó documentos a los que no tenía derecho. Se fue hasta Londres a buscar publicidad. Luego comenzaría a esperar cualquier motivo en la que la innobleza sobresaliera para entonces, el Garzón de Pinochet, brincar a salir en la prensa. Y brincó al Caribe, y allí comenzó a defender a personajes que estaban encarcelados por tramposos y tomar lo ajeno como uno De la Renta, con diez años de cárcel y esperando ser enviado a Miami para más acusación. Y a defender al farsante más grande que ha dado ese país, a Leonel Fernández, malversador de lo ajeno y amigo de la infamia, pero allí estaba el Garzón para defenderlo como al efecto lo hace. ¿Quién diría que de un cazador de maleantes iba a cambiar a protector de ellos? La mala fama de muchos abogados más su herencia, hicieron posible ver con dolor a un Garzón sin el Calzón. ANTICRITICA.BLOSPOT.COM
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 13:50:35 +0000

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