Ópalo funesto Una piedra considerada particularmente funesta es - TopicsExpress



          

Ópalo funesto Una piedra considerada particularmente funesta es el ópalo, a pesar de que durante muchos siglos se creyó que era uno de los más poderosos talismanes. Los antiguos griegos creían que concedía a su portador el don de la premonición y para los romanos solo estaba por debajo de las esmeraldas en cuanto a la capacidad de atraer fortuna. Los cesares se los regalaban a sus esposas y Plinio cuenta que un senador romano llamado Nonius optó por el exilio para evitar venderle un hermoso ópalo de su propiedad a Marco Antonio, que quería regalárselo a su adorada Cleopatra. Los árabes creían que el ópalo llegaba a la Tierra transportado por el rayo y muchas tradiciones orientales se refieren a él como "el ancla de la esperanza". También se pensaba que era capaz de curar las enfermedades de los ojos (de ahí su nombre, derivado de Oplitalnnis lapis, piedra de los ojos) y de volver a su portador invisible ante sus enemigos. Sin embargo, el ópalo cayó en desgracia cuando se comenzó a relacionar con la supuesta capacidad de las brujas para producir la muerte de quien desearan con tan solo mirarlo -lo que popularmente fue conocido como "mal de ojo" o "aojamiento", pues sus características físicas recordaban a los ojos de los animales clásicamente asociados con las hechiceras, como los gatos, los sapos y las serpientes. Según otras versiones, su pésima reputación tiene su origen en una epidemia de peste acontecida en Venecia en 1348 que en pocos meses acabó con dos terceras partes de sus habitantes. En este tiempo el ópalo era una gema muy apreciada, pero comen/ó a correr entre el pueblo una curiosa historia. Se decía que al ponerlo en contacto con el enfermo resplandecía con una extraordinaria intensidad, como un siniestro presagio para los desventurados afectados por la "muerte negra" y que su resplandor se apagaba hasta llegar a parecer completamente opaco en el momento de la muerte del enfermo. Este hecho ha intentado abordarse desde el punto de vista racional y se ha alegado que, probablemente, con la fiebre y el sudor del enfermo el brillo de la piedra parecía mucho más vivo, al contrario de lo que ocurría en el momento de la muerte del mismo. En 1829 el popular novelista sir Walter Scott contribuyó a certificar su mala fama de forma decisiva cuando en su novela Anne de Geierstein relacionó irrevocablemente el ópalo con la desdicha. En ella, lady Hermione es una suerte de princesa encantada cuya vida está íntimamente ligada al ópalo que siempre lleva engarzado a su pelo. Brilla cuando está contenta y lanza destellos rojos cuando se enfada. Y cuando un día caen sobre él unas gotas de agua bendita se vuelve completamente opaco. Su propietaria se desmaya y es llevaba a su alcoba a reposar. A la mañana siguiente se descubre con horror que de la desdichada joven tan solo queda un montón de cenizas. Fue tal la popularidad de esta obra que hizo caer el precio de los ópalos a la mitad en tan solo un año y prácticamente paralizó el mercado europeo de estas joyas durante décadas. Otra explicación mucho más prosaica es la que atribuye la mala fama del ópalo a su fragilidad, que hacía que en muchas ocasiones los joyeros los rompieran en el momento de tallarlos. Al tener que hacerse responsables del daño, no resulta extraño que se negaran a trabajarlos alegando que eran "joyas malditas". Algunos sostienen que los tratantes de diamantes de mediados del siglo XIX y principios del XX temieron que su negocio se viera amenazado por los hermosos ópalos australianos de gran calidad que comenzaron a llegar a los mercados en esa época y que fueron ellos quienes hicieron correr los rumores acerca de que eran joyas malditas para impedir su creciente popularidad. Hunter
Posted on: Sat, 14 Sep 2013 01:58:28 +0000

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