—...solamente elefanta —completé. —Ahora es Mara. Blas - TopicsExpress



          

—...solamente elefanta —completé. —Ahora es Mara. Blas tomó un paquete cualquiera. —Si su hijo no se decide, puede llevar el bal­decito con surtido. Viene con las etiquetas, para no confundirse. —¿Cuánto sale? —Cinco pesos. Miré adentro del baldecito. Algunas galletas eran cuadradas, otras eran triangulares; otras, redondas o con forma de anillo. —Se fija en la indicación del balde y después la compara con la forma de las galletas. Buscar mediante la indicación era más difí­cil que localizar una empanada de pollo en una fiesta de cumpleaños. Las galletas que mi madre me compraba cuando era chico estaban hechas con más inteligencia: no sólo correspondían a la dieta de todos los animales; la misma forma correspondía a la de los animales. Si uno que­ría, podía tirarle una lechuza a un león, con to­tal conocimiento de causa. En las de ahora, las de los monos eran cuadradas y las del alce cali­forniano, anulares. Vi que BIas se estaba deci­diendo por el surtido y me apuré a decirle al vendedor: —El chico eligió las más baratas. Quiero, también, una bolsa de tutucas. El mendigo se quedó con la palma vacía. Cuando íbamos caminando, BIas me dijo: —Tío, ¿voy a poder darle a la foca galletitas de jabalí?—...solamente elefanta —completé. —Ahora es Mara. Blas tomó un paquete cualquiera. —Si su hijo no se decide, puede llevar el bal­decito con surtido. Viene con las etiquetas, para no confundirse. —¿Cuánto sale? —Cinco pesos. Miré adentro del baldecito. Algunas galletas eran cuadradas, otras eran triangulares; otras, redondas o con forma de anillo. —Se fija en la indicación del balde y después la compara con la forma de las galletas. Buscar mediante la indicación era más difícil que localizar una empanada de pollo en una fiesta de cumpleaños. Las galletas que mi madre me compraba cuando era chico estaban hechas con más inteligencia: no sólo correspondían a la dieta de todos los animales; la misma forma correspondía a la de los animales. Si uno quería, podía tirarle una lechuza a un león, con total conocimiento de causa. En las de ahora, las de los monos eran cuadradas y las del alce californiano, anulares. Vi que BIas se estaba decidiendo por el surtido y me apuré a decirle al vendedor: —El chico eligió las más baratas. Quiero, también, una bolsa de tutucas. El mendigo se quedó con la palma vacía. Cuando íbamos caminando, BIas me dijo: —Tío, ¿voy a poder darle a la foca galletitas de jabalí?....(continuara)
Posted on: Thu, 05 Sep 2013 02:33:01 +0000

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