―Porque hasta en lo que a nosotros nos parece desorden existe una pauta, aunque no sepamos verla, pues todo efecto tiene su causa. Todo lo que debemos hacer es plantearnos posibles lógicos que puedan llevarnos a su resolución, id autem quod possibile est esse, possibile est non esse (*), como bien dice Avicena, el ilustre infiel, para luego ir eliminándolos a todos hasta que sólo quede uno imposible de refutar. Entonces ésa y nada más que ésa será la verdad elemental e inmutable que dará todas las respuestas. Requiere gran esfuerzo, es cierto, pues se deben inferir las causalidades de los hechos dados recorriendo en sentido inverso el orden natural de las cosas, obligándonos, por así llamarlo, a recordar algo que nunca vimos pero que sólo pudo pasar de esa manera inferida y no de ninguna otra. Como cuando nos despertamos y vemos el suelo mojado deducimos que ha llovido durante la noche, e incluso, si nos fijamos bien en las zonas húmedas, sabremos en qué dirección soplaba el viento mientras llovía. Ítem más, por la obra de Isidoro de Sevilla conoceremos muchas cosas interesantes con ese dato, pues, por ejemplo, si se trató del cierzo, lo que con la amanecida vemos como agua debió caer en forma de nieve o granizo, en cambio el austro nos hablará de lluvia abundante y el africus de truenos y relámpagos en el cielo. Y no necesitamos haber visto llover para llegar a esas conclusiones, sólo ser observadores y estudiar las huellas que ha dejado la tormenta a su paso: charcos, riachuelos, ramas rotas, todo ello narrará una crónica de lo acontecido tan clara como las que narran las imágenes de los tímpanos de las iglesias, siempre que sepamos interpretar los signos que se nos muestran. (*) Aquello que puede ser y puede no ser. Metaphysicae, Avicena. TIERRA DE DIOS LEM RYAN
Posted on: Sat, 09 Nov 2013 12:09:04 +0000
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