[Abierto - Salón en desuso] Después de ese último pensamiento, - TopicsExpress



          

[Abierto - Salón en desuso] Después de ese último pensamiento, deja salir un profundo suspiro, que más que sonar cansado, sonaba bastante triste. Sacude un poco su cabeza, mirando de un lado a otro la extensión de la habitación que compartía, notando que habían serias diferencias entre el espacio que le pertenecía y el que correspondía a sus compañeros. La cama y pertenencias de su más reciente compañero se encontraban en perfecto orden, las de JunHyung gege estaban un poco empolvadas por la falta de uso, y las propias eran un pequeño desastre. Se prometió arreglar y acomodar sus cosas una vez que hubiese terminado con todo. Saca de debajo de la cama una larga caja de madera, con la pintura algo cuarteada por el tiempo, sonriendo por la familiaridad que le brindaba la arrugada textura. Sin perder más el tiempo, saca de la caja una de sus más preciadas espadas, una que le pertenecía desde que había ganado su primer campeonato, regalo de su abuela. Mira con cariño el brillante acero, tan pulido que podía usarlo como espejo, pero tan afilado que podía fácilmente cortar cinco troncos de bambú como si de simples barras de mantequilla se tratasen. Con cuidado, toma el arma y la deja sobre la cama, guardando de nuevo la caja para después levantarse del suelo, sacudiendo sus pantalones de gimnasia para quitar el exceso de polvo. Se quita la camiseta y la deja sobre un montón de ropa que había apilado a un costado de su cama durante toda esa semana, dedicando un segundo a tomar nota de hacer la lavandería uno de esos días. Camina por la habitación y toma de una de sus maletas una camiseta blanca de tela delgada, sin mangas y pegada al cuerpo, poniéndosela sin más miramientos. Finalmente, toma sus llaves, su teléfono, unas pequeñas bocinas portátiles y por su puesto su espada, abandonando la habitación con el ligero clic que hizo la puerta al cerrarla. Avanza con rapidez por el largo pasillo, pidiéndole a la suerte el no encontrarse con nadie, pues sabía que daba una imagen bastante impresionante, con una reluciente espalda de mango intrincado, el cabello desordenado y un gesto de casi molestia en el rostro. Esta vez, la suerte estuvo de su lado y no se topó con nadie, por lo que pudo llegar a un salón en desuso que ya había utilizado con anterioridad como sala para practicar. Entra a la vacía estancia, respirando profundamente antes de quitarse los zapatos, para caminar descalzo por la empolvada duela, colocando su teléfono y las bocinas sobre un escritorio -único mobiliario del lugar-, conectando ambos antes de comenzar el reproductor de música, con el volumen más alto que las pequeñas bocinas portátiles podían otorgar. Sonríe de manera algo siniestra -o así lo parecería para personas externas-, tomando un segundo para admirar de nuevo la brillante y fría superficie de su arma, colocando la parte plana contra su frente, sonriendo ante el abrupto contraste de temperaturas. I need a hero...-tararea junto a la canción que en ese momento resonaba, haciendo que el aire de la habitación pareciera vibrar por momentos. Inhala profundamente una vez, caminando con lentitud hacia el centro de la sala, sin importarle que el polvo se pegara a la planta de sus pies. Inhala profundamente una vez más, antes de girar la espalda, colocando el afilado perfil contra su nariz, afilando también la mirada antes de comenzar con una serie de saltos y maniobras, donde la espada, más que un arma, parecía una extensión de su cuerpo, como una pieza faltante que hacia que los movimientos furiosos cobrarán sentido. Lanza una palmada alta, usando la extensión de su pierna como base y fuerza para girar su torso, trazando un círculo perfecto a su alrededor con la plateada punta, el sonido del metal cortando el aire le era tan familiar que no pudo evitar sentirse de nuevo en el antiguo salón donde le habían dado las primeras clases con la espada, mucho antes de que toda esa locura de agenda dominara su tiempo y su espacio. Deja que su frustración, cansancio y enojo hacia si mismo salgan por medio de los ágiles y fuertes movimientos, aterrizando con gracia cada vez que sacia algún tipo de maniobra, manteniendo la hoja en una posición de ataque complicada, cercana a su torso. Continúa con los arriesgados movimientos hasta que el cansancio por el abuso al que estaba sometiendo a su cuerpo le cobrara una mala pasada, pues en la patada final, en lugar de mantener la espalda firme contra su brazo, esta resbaló por un ligero temblor de, que fue presa su mano, cortando sólo un poco la piel de la parte superior de su brazo izquierdo. Gruñe y cierra los ojos, deteniendo sus movimientos por completo después de terminar la serie, respirando profundamente un par de veces, para calmar un poco su agitado corazón. Sonríe levemente, pues a pesar de haberse lastimado, el ejercicio había cumplido su propósito, ahora se encontraba mucho más calmado y tranquilo, los pensamientos negativos habían abandonado su mente por completo y ahora sólo le quedaban las ganar de darse una larga ducha. Fue en ese momento que recordó la herida en su brazo y la mira con detenimiento, viendo que no era profunda, pero si era algo larga...¿Díez centímetros tal vez?, y una línea de brillante líquido rojizo resbalaba desde la mitad superior de su brazo, hasta la palma de su mano. Hace una leve mueca y decide irse de ahí, para poder cubrir y curar el corte, así que toma la espada, toma su teléfono con cuidado de no mancharlo y deteniéndose la reproducción de canciones, decidiendo dejar ahí las bocinas, para la próxima vez que decidiera practicar un poco. Se coloca los zapatos sin mucho cuidado, y sale del salón, esperando que en verdad nadie se encontrara en los pasillos, pues sería difícil de explicar el porqué tenía una espada en mano y su brazo se encontrará manchado de sangre.
Posted on: Mon, 01 Jul 2013 01:41:35 +0000

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