Jesús vivió tan ‘como un hombre cualquiera’ que san Marcos - TopicsExpress



          

Jesús vivió tan ‘como un hombre cualquiera’ que san Marcos deja de lado su infancia, sus orígenes. Mateo y Lucas se dan cuenta que la primera gran palabra fue su largo silencio e intentan asomarse a ese misterio. Juan, con la perspectiva de los años y la hondura de la contemplación concentra todo en una frase “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...” (Jn.1,14). Algo parecido nos pasa en el amor, en la amistad. Tenemos la necesidad de conocer todo de aquel que queremos. No para ver si lo queremos o no, sino para poder amarlo más conociendo donde y como se gesto su persona. La infancia y la juventud, no son solo una etapa cronológica de la vida. Son etapas ontológicas, constitutivas. Allí comienza lo mejor, allí se dan grandes heridas, se despiertan capacidades y surgen profundos bloqueos. Por eso al hablar de la infancia a algunos se les despierta el corazón, se les enciende el rostro y a otros se les estrecha el pecho de angustia. Es el primer gran encuentro con el amor y con el dolor, y todo esto sin defensas. Así se asomó Jesús al mundo que lo recibió con inseguridad (Belén), pobreza (pesebre), con violencia (inocentes), con el exilio (Egipto). Pero también en María lo acogió con inmenso amor. Nazaret es un misterio de amor. Allí encontró el clima de amor necesario para crecer, el ceno materno donde se constituyen las personas plenas, el único ámbito donde se puede crecer y aprender. Se sometió a la ley humana, es decir, despertó al amor desde el amor de María y José. Dios no se contradice, por eso Jesús no resistió al tiempo y a las circunstancias. Aceptó transcurrir en el tiempo con su ritmo implacable y aceptó entrar en la historia, tener destino, es decir, quedar a merced de otras libertades. Jesús consintió la existencia como un don del Padre digno de ser abrazado con confianza y gratitud.
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 12:25:19 +0000

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