¿Lo conoce Dios a usted realmente? “Oh Jehová, [...] te has - TopicsExpress



          

¿Lo conoce Dios a usted realmente? “Oh Jehová, [...] te has familiarizado hasta con todos mis caminos.” (SALMO 139:1, 3.) ¿HAY alguien que en realidad comprenda las inquietudes, las presiones y los problemas que usted afronta? Por toda la Tierra hay millones de personas, jóvenes y ancianos, que no tienen familia ni parientes a quienes les importe lo que les ocurra. Incluso hay muchas esposas —y también esposos— que creen que su cónyuge no comprende exactamente las presiones que las agobian. En ocasiones se sienten frustradas, y se quejan: “Pero es que no comprendes”. Y muchos jóvenes han llegado a la misma conclusión de que nadie los comprende. No obstante, la vida de algunas de esas personas que anhelaban que se les comprendiera mejor ha cobrado mucho significado. ¿Cómo ha sido eso posible? 2 Lo han logrado porque, prescindiendo de si sus compañeros humanos comprenden plenamente sus sentimientos o no, confían en que Dios sí entiende lo que están sufriendo y en que, como siervos de él, no tienen que hacer frente a sus problemas solos. (Salmo 46:1.) Además, la Palabra de Dios, junto con la ayuda de ancianos cristianos discernidores, les permite ver más allá de sus dificultades personales. Las Escrituras les ayudan a comprender que su fiel servicio es precioso a la vista de Dios, y que hay un futuro seguro para los que cifran su esperanza en él y en las provisiones que ha hecho mediante Jesucristo. (Proverbios 27:11; 2 Corintios 4:17, 18.) 3 Puede que recuerde Salmo 100:2, que dice: “Sirvan a Jehová con regocijo. Entren delante de él con un clamor gozoso”. ¿Cuántas personas realmente adoran a Jehová de esa manera? El versículo 3 nos da buenas razones para hacerlo, al recordarnos: “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. Somos su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento”. En el texto hebreo se le llama ʼElo·hím, denotando así su gran majestuosidad, dignidad y excelencia. Es el único Dios verdadero. (Deuteronomio 4:39; 7:9; Juan 17:3.) Sus siervos no llegan a conocer su Divinidad simplemente como una verdad que se les ha enseñado, sino como algo que experimentan y de lo cual dan prueba mediante obediencia, confianza y devoción. (1 Crónicas 28:9; Romanos 1:20.) 4 Dado que Jehová es el Dios vivo y puede ver hasta nuestro corazón, no hay nada oculto a sus ojos. Está completamente al tanto de lo que sucede en nuestra vida. Comprende las causas de las dificultades que afrontamos, así como los trastornos mentales y emocionales que pudieran producir. Como Creador, nos conoce mejor que nosotros mismos. También sabe cómo ayudarnos a encarar nuestra situación y proveernos alivio duradero. Si confiamos en él con todo el corazón, nos ayudará amorosamente, como lo hace un pastor que carga a un cordero en su seno. (Proverbios 3:5, 6; Isaías 40:10, 11.) Un estudio del Salmo 139 puede fortalecer esa confianza en gran manera. Aquel que ve todos nuestros caminos 5 El salmista David escribió con profundo agradecimiento: “Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y me conoces”. (Salmo 139:1.) David confiaba en que Jehová no lo conocía superficialmente. Dios no veía a David como lo veían los hombres, que solo se fijaban en su estatura física, su elocuencia o su talento para tocar el arpa. (1 Samuel 16:7, 18.) Jehová había “escudriñado completamente” lo más recóndito de su ser, y lo había hecho debido a su interés amoroso por el bienestar espiritual de David. Si usted es un siervo devoto de Jehová, él lo conoce tan bien como conoció a David. Ese hecho hace que sintamos gratitud y temor reverente, ¿no es cierto? 6 Todas las actividades de David estaban manifiestas a la vista de Jehová, y David lo sabía. “Tú mismo has llegado a conocer mi sentarme y mi levantarme —escribió el salmista—. Has considerado mi pensamiento desde lejos. Mi viajar y mi yacer tendido has medido, y te has familiarizado hasta con todos mis caminos.” (Salmo 139:2, 3.) El que Jehová esté en los cielos, muy lejos de la Tierra, no impedía que supiera lo que David hacía y pensaba. ‘Medía’, es decir, examinaba con cuidado, las actividades de David, tanto durante el día como por la noche, para determinar su naturaleza. 7 Cuando el amor a Dios y la confianza en Su poder para libertar a sus siervos impulsaron al joven David a ofrecerse para luchar contra el gigante filisteo, Goliat, Jehová conocía ese hecho. (1 Samuel 17:32-37, 45-47.) Después, cuando la hostilidad de algunos hombres causó dolor fuerte al corazón de David, y la presión llegó a ser tan grande que cedió a las lágrimas durante la noche, se consoló al saber que Jehová oía su súplica. (Salmo 6:6, 9; 55:2-5, 22.) Asimismo, cuando el corazón de David, lleno de gratitud, lo movió a meditar en Jehová durante una noche de insomnio, Jehová estaba muy al tanto de ello. (Salmo 63:6; compárese con Filipenses 4:8, 9.) Jehová también supo lo que ocurrió al atardecer de cierto día en que David observó a la esposa de su prójimo bañándose, y vio lo que sucedió cuando David permitió por un corto período que el deseo pecaminoso excluyera a Dios de sus pensamientos. (2 Samuel 11:2-4.) Luego, cuando el profeta Natán fue enviado para exponer delante de David la gravedad de su pecado, Jehová no solo oyó las palabras que salieron de la boca de David, sino que también percibió que procedían de un corazón arrepentido. (2 Samuel 12:1-14; Salmo 51:1, 17.) ¿No deberían estos hechos impulsarnos a pensar seriamente en cuanto a los lugares adonde vamos, lo que hacemos y lo que hay en nuestro corazón? 8 Puesto que Dios sabe todo lo que hacemos, no debe sorprendernos que esté al tanto de cómo utilizamos incluso un miembro tan pequeño del cuerpo como es la lengua. El rey David reconoció esto y escribió: “Pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando, ¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo”. (Salmo 139:4.) David sabía muy bien que Jehová recibiría como huéspedes en su tienda a las personas que no lanzaran calumnias contra otros y que no utilizaran la lengua para esparcir chismes sabrosos que pudieran difamar a un amigo íntimo. Aquellos a quienes Jehová favorecería serían personas que hablaran la verdad incluso en el corazón. (Salmo 15:1-3; Proverbios 6:16-19.) Nadie puede dominar la lengua a la perfección, pero David no se rindió ni dijo que no podía hacer nada para mejorar al respecto. Pasó mucho tiempo componiendo y cantando salmos de alabanza a Jehová. También reconoció abiertamente que necesitaba ayuda, y pidió a Dios que se la diera. (Salmo 19:12-14.) ¿Necesitamos orar también para que él nos ayude a usar la lengua de manera apropiada? 9 Jehová no nos ve a nosotros ni nuestra situación desde una perspectiva estrecha. Ve el cuadro completo. Usando una ciudad sitiada como ejemplo, David escribió: “Detrás y delante, me has sitiado”. En el caso de David, Dios no era un enemigo que estaba al asedio; era, más bien, un guardián vigilante. “Pones tu mano sobre mí”, añadió David, refiriéndose al control y la protección de Dios para el beneficio duradero de aquellos que lo aman. “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí. Tan alto es, que yo no puedo alcanzarlo”, reconoció David. (Salmo 139:5, 6.) El conocimiento que Dios tiene de sus siervos es tan completo y pormenorizado, que no somos capaces de comprenderlo cabalmente. Pero sabemos lo suficiente como para confiar en que Jehová nos entiende de verdad y que la ayuda que da es la mejor. (Isaías 48:17, 18.) Dios puede ayudarnos dondequiera que estemos 10 El salmista analiza a continuación el cuidado amoroso de Jehová desde otro punto de vista, y dice: “¿Adónde puedo irme de tu espíritu, y adónde puedo huir de tu rostro?”. No tenía ningún deseo de intentar alejarse de Jehová; más bien, se daba cuenta de que dondequiera que estuviera, Jehová lo sabría y podría ayudarlo con su espíritu santo. “Si ascendiera al cielo —continuó—, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú estarías allí. Si tomara las alas del alba, para poder residir en el mar más remoto, allí, también, tu propia mano me guiaría y tu diestra me asiría. Y si yo dijera: ‘¡De seguro la oscuridad misma prestamente se apoderará de mí!’, entonces la noche sería luz en torno a mí. Aun la oscuridad misma no resultaría demasiado oscura para ti, sino que la noche misma brillaría tal como lo hace el día; lo mismo daría que la oscuridad fuera luz.” (Salmo 139:7-12.) No hay circunstancia que tengamos que afrontar ni lugar al que podamos ir que esté oculto de la vista de Jehová o más allá del alcance de su espíritu de modo que este no pueda ayudarnos. 11 Hubo un momento en que al profeta Jonás se le olvidó ese hecho. Jehová lo había asignado a predicar a los habitantes de Nínive. Por alguna razón pensó que no podía cumplir con esa asignación. Es posible que la reputación cruel de los asirios le hiciera sentir temor de servir en Nínive. De modo que trató de ocultarse. En el puerto de Jope consiguió un pasaje en una nave que se dirigía a Tarsis (que por lo general se relaciona con España, a más de 3.500 kilómetros al oeste de Nínive). No obstante, Jehová lo vio embarcar y dormirse en la cala. Dios también sabía dónde se encontraba cuando más tarde fue arrojado al mar, y lo oyó cuando, estando en el vientre del gran pez, prometió pagar sus votos. Una vez que se le devolvió a tierra seca, Jonás recibió otra oportunidad de cumplir con su asignación. (Jonás 1:3, 17; 2:1–3:4.) 12 Cuánto mejor hubiera sido que desde el principio Jonás hubiera confiado en que el espíritu de Jehová le ayudaría a cumplir con su asignación. Sin embargo, después Jonás escribió humildemente su experiencia, que desde entonces ha ayudado a muchos a confiar en Jehová de un modo que el propio Jonás encontró muy difícil de hacer. (Romanos 15:4.) 13 La experiencia de Elías es algo diferente. Había proclamado fielmente el decreto de Jehová de que Israel sufriría una sequía como castigo por sus pecados. (1 Reyes 16:30-33; 17:1.) Había defendido con denuedo la adoración verdadera en la prueba entre Jehová y Baal en el monte Carmelo, y había ejecutado a 450 profetas de Baal en el valle torrencial de Cisón. Sin embargo, cuando la reina Jezabel se enfureció y juró matar a Elías, este huyó del país. (1 Reyes 18:18-40; 19:1-4.) ¿Estaba Jehová allí para ayudarle en ese momento difícil? Claro que sí. Si Elías hubiera subido una montaña tan alta que llegara hasta el cielo, o se hubiera escondido en una cueva muy profunda en la tierra como si estuviera en el Seol, o hubiera huido a una isla remota a la velocidad de la luz del alba que se extiende por toda la Tierra, la mano de Jehová hubiera estado allí para fortalecerlo y guiarlo. (Compárese con Romanos 8:38, 39.) Y Jehová, en realidad, fortaleció a Elías, no solo con alimento para su viaje, sino también con las maravillosas demostraciones de su fuerza activa. Fortalecido así, Elías emprendió su siguiente asignación profética. (1 Reyes 19:5-18.) 14 Las palabras proféticas de Salmo 139:7-12 no significan que Dios sea omnipresente, que esté en persona en todos los lugares a todo tiempo. Las Escrituras muestran con claridad que no es así. (Deuteronomio 26:15; Hebreos 9:24.) Sin embargo, sus siervos nunca están fuera de su alcance. Esto es cierto en el caso de aquellos cuyas asignaciones teocráticas los han llevado a lugares distantes. Fue cierto en el caso de los Testigos leales en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial, y en el de los misioneros que estuvieron incomunicados en China a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. Fue cierto en el caso de nuestros queridos hermanos de un país centroafricano que tuvieron que huir en varias ocasiones de sus aldeas e incluso del país. De ser necesario, Jehová puede alargar la mano al Seol, la sepultura común, y devolver la vida a sus siervos fieles mediante una resurrección. (Job 14:13-15; Lucas 20:37, 38.) Aquel que nos comprende de verdad 15 El salmista inspirado dirige nuestra atención al hecho de que Dios nos conocía aun antes de que naciéramos, al decir: “Porque tú mismo produjiste mis riñones; me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma”. (Salmo 139:13, 14.) La combinación de los genes que nuestros padres aportan en el momento de la concepción produce el código que influye profundamente en nuestra potencialidad física y mental. Dios comprende esa potencialidad. En este salmo se alude específicamente a los riñones, que muchas veces se mencionan en las Escrituras como representación de los aspectos más íntimos de la personalidad. (Salmo 7:9; Jeremías 17:10.) Jehová conocía estos detalles nuestros aun antes de que naciéramos. Él también es quien creó con interés amoroso el cuerpo humano de tal manera que una célula fecundada en la matriz de la madre pueda producir una estructura protectora que envuelva el embrión y lo proteja mientras se desarrolla. 16 Luego, recalcando el poder penetrante de la visión de Dios, el salmista agrega: “Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto, cuando fui tejido en las partes más bajas de la tierra [debe haberse referido poéticamente a la matriz de su madre, pero haciendo alusión al hecho de que Adán fue creado del polvo]. Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas [las partes corporales] y todavía no había una [parte corporal definida] entre ellas”. (Salmo 139:15, 16.) No cabe ninguna duda de que, nos comprendan o no nuestros compañeros humanos, Jehová sí nos comprende. ¿Cómo debe afectarnos este hecho? 17 El escritor del Salmo 139 reconoció que las obras de Dios de las que estaba escribiendo eran maravillosas. ¿Concuerda usted con él? Cuando algo es maravilloso, las personas reflexionan profundamente sobre ello y quedan extasiadas. Es muy probable que usted reaccione así cuando contempla las obras creativas de Jehová. (Compárese con Salmo 8:3, 4, 9.) ¿Es esa su reacción cuando piensa en lo que él ha hecho al establecer el Reino Mesiánico, lo que está logrando al hacer que se prediquen las buenas nuevas en toda la Tierra y cómo su Palabra transforma las personalidades humanas? (Compárese con 1 Pedro 1:10-12.) 18 ¿Concuerda usted en que el contemplar las obras de Dios es inspirador de temor, produce un temor saludable que motiva profundamente y tiene un efecto muy grande en su personalidad y su modo de vivir? (Compárese con Salmo 66:5.) Si así es, el corazón lo impulsará a elogiar a Jehová, a alabarlo y a crear oportunidades para hablar a otros de su propósito y de las maravillas que les esperan a los que lo aman. (Salmo 145:1-3.) [Nota a pie de página] Véase Perspicacia para comprender las Escrituras, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc., volumen 2, página 855 ¿Qué diría usted? □ ¿Cómo nos ayuda a servir a Dios con gozo el saber que “Jehová es Dios”? □ ¿Cómo debe afectar nuestra vida el hecho de que Dios sabe todo lo que hacemos? □ ¿Por qué es animador saber que Dios siempre nos ve? □ ¿Por qué puede comprendernos Dios como ningún ser humano? □ ¿Por qué nos sentimos deseosos de elogiar a Jehová cuando disfrutamos de un estudio como este? [Preguntas del estudio] 1. ¿Cuántas personas creen que ‘otros no comprenden’ las inquietudes, los problemas y las presiones que afrontan? 2. ¿Qué puede ayudar a los adoradores de Jehová a llevar una vida muy satisfactoria? 3, 4. a) ¿Cómo puede ayudarnos a servir a Dios con gozo el comprender que “Jehová es Dios” y que él nos “ha hecho”? b) ¿Por qué confiamos plenamente en el cuidado amoroso de Jehová? 5. ¿Qué se quiere decir con que Jehová nos ‘escudriña completamente’, y por qué es deseable que lo haga? 6. ¿Cómo muestra Salmo 139:2, 3 que Jehová conoce todo lo que hacemos, incluso nuestros pensamientos? 7. a) Basándose en incidentes de la vida de David, mencione algunos aspectos de nuestra vida de los que Dios está al tanto. b) ¿Cómo debe afectarnos el saber este hecho? 8. a) ¿En qué sentido afectan ‘las palabras en nuestra lengua’ nuestra relación con Dios? b) ¿Cómo pueden superarse las debilidades en el uso de la lengua? (Mateo 15:18; Lucas 6:45.) 9. a) ¿Cómo muestra Salmo 139:5 lo bien que Dios conoce nuestra situación? b) ¿En qué nos ayuda a confiar esto? 10. ¿Qué verdad animadora nos comunica la descripción vívida de Salmo 139:7-12? 11, 12. a) ¿Cómo se demostró en el caso de Jonás la capacidad de Dios de ver y ayudar, aunque a Jonás se le olvidó ese hecho por un momento? b) ¿Cómo debería beneficiarnos la experiencia de Jonás? 13. a) ¿Qué asignaciones cumplió fielmente Elías antes de huir de la reina Jezabel? b) ¿Cómo ayudó Jehová a Elías incluso cuando trató de esconderse fuera del territorio de Israel? 14. a) ¿Por qué es incorrecto decir que Dios es omnipresente? b) ¿En qué circunstancias ha sostenido amorosamente Jehová a sus siervos en tiempos modernos? c) ¿Cómo puede explicarse que aun si fuéramos al Seol, Dios estaría allí? 15. a) ¿Desde cuándo empieza Jehová a observar nuestro desarrollo? b) ¿Hasta qué grado nos conoce Dios, según se indica por lo que dice el salmista en cuanto a los riñones? 16. a) ¿Cómo destaca Salmo 139:15, 16 el poder penetrante de la visión de Dios? b) ¿Por qué debe animarnos este hecho? 17. ¿Qué nos sentimos impulsados a hacer cuando vemos las obras de Dios como algo maravilloso? 18. ¿Cómo nos afectará el reconocer que las obras de Dios son inspiradores de temor?
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 19:28:05 +0000

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