“MÁS QUE VENCEDORES JULIO 11 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). Nadie escoge el hogar donde nace, tampoco elige la nación. Pero hay algo que podemos decidir y es el nacer de Dios. Así como en lo natural se debe plantar una semilla, que representa la extensión del carácter del padre, para que una mujer pueda concebir en su vientre y luego dar a luz, en lo espiritual sucede algo similar. Se requiere la semilla de la Palabra de Dios plantada en nuestro corazón, pues la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios. (Romanos 10:17).” “Al nacer de Dios, la fe comienza a ser parte fundamental de nuestra existencia. Dios nos dio una semilla que vino a través de Su Palabra, fue depositada dentro de nosotros y ha ido creciendo. Cuando la semilla de Dios llega a nuestra mente y a nuestro corazón, podemos creer aquellas cosas que antes ni nos imaginábamos. Al nacer de Dios notamos que hay un desprendimiento de los asuntos de este mundo, pues lo que antes nos parecía placentero, ahora se ve grotesco y hasta produce repulsión; sin embargo, aquello que no nos llamaba la atención, como orar o leer la Biblia, viene a ser parte fundamental de nuestras vidas. Al nacer de Dios emprendemos una carrera donde se requiere que mantengamos siempre muy en alto nuestra vida de fe para perseverar porque, de este modo, podremos llegar al final y alcanzar la meta. Es a través de la fe como podemos relacionarnos de una manera permanente con nuestro Dios, quien en la persona del Espíritu Santo estará acompañándonos durante nuestro peregrinaje por este mundo. Según como nos esforcemos por mantener ese contacto con la Palabra de Dios, podremos tener control sobre nuestros pensamientos y sobre nuestros deseos. Aunque no veamos a Dios, Su cuidado y Su protección estarán presentes en nuestro diario vivir.” “ALGO EN QUÉ PENSAR Siendo musulmán, experimenté una conversión radical al Señor; empecé a ganar a otros musulmanes para Dios, Él comenzó a abrir puertas para poder hacerlo en mi comunidad y comencé a evangelizarlos; mi papá, mis hermanos y mis dos mentores el señor Kevin Higens y el señor Er- On me ayudaban. Como es costumbre en mi nación, mi casamiento fue previamente arreglado, yo ni conocía a mi mujer, la primera vez que la vi fue en el altar. Después de tres meses de matrimonio ella se dio cuenta de que yo seguía una religión diferente, entonces, regresó a su hogar y se quejó con su padre quien se molestó mucho por la situación, y durante dos años ella desapareció de la relación. Pasado este tiempo ellos la obligaron a regresar conmigo. Luego de compartir unos meses juntos, un día cuando regresé de trabajar, ella echó veneno en mi comida. Yo tenía por costumbre que cada vez que me sentaba a comer untaba un pan en salsa curry y se lo daba a mi perro. Ese día hice exactamente lo mismo, mientras mi perro se lo comía me levanté de la mesa para lavarme las manos. Al regresar, vi que el perro estaba vomitando y que no podía caminar, se caía. Sentí que había algo en la comida, miré el rostro de mi esposa y la noté perturbada y asustada, entendí lo que estaba sucediendo. Le dije: “¿Por qué hiciste esto?”. Ella no contestó. Me molesté mucho y aunque sentí deseos de golpearla dije: “Dios no me permitas hacerlo”. Decidí llevarla de regreso a la casa de sus padres y le dije: “No me mates, si no quieres vivir conmigo entiendo, pero no me mates”. Continué buscando a Dios y orando por ella y fue cuando me enteré que estaba embarazada. Le pedí al “Señor que le hablara en sueños para que ella volviera al hogar. En el año 2001 el Señor se le reveló en visión y le dijo: “Ve y sigue al Dios que sigue tu esposo”. Volvió al hogar y me contó cómo Dios se había manifestado en su vida. En el momento del nacimiento de mi segundo hijo, mi esposa quedó inconsciente y el Señor nuevamente le habló en visión diciendo: “Tú estás dando a luz a este bebé, pero Yo anhelo darte a ti un nuevo nacimiento, quiero que tú nazcas de nuevo”. Cuando ella me preguntó acerca de esto le dije que Dios quería que lo siguiera de todo corazón. Mi esposa le entregó su vida por completo al Señor y ahora es una excelente esposa y me apoya mucho en el ministerio. (Pastor cristiano de Pakistán, quien prefiere permanecer anónimo). ORACIÓN Padre mío, gracias por enviar a Jesucristo para redimirme y porque mi naturaleza ha sido mudada por medio de la fe. Gracias por haber enviado al sublime Espíritu Santo a morar en mi corazón. Gracias por hacerme partícipe de Tu misma naturaleza. Te amo, Señor Jesús. Amén. DECLARACIÓN “Por la fe conozco a Dios como mi Padre, a Jesús como mi Salvador y al Espíritu Santo como mi Consolador”.”
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 23:41:24 +0000
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