BRUJAS, CALABAZAS Y DEMONIOS. Todavía hay padres que no quieren darse cuenta del enorme peligro que corren sus hijos celebrando esta fiesta pagana, edulcorada con caramelitos, mientras lucen juguetones sus disfraces de brujas, calabazas y demonios. Puede parecer una exageración, pero los mayores expertos en sectas satánicas, ya han advertido que la noche de Halloween es el período de mayor actividad anual de las sectas demoníacas. A menudo se aprovecha este día para señalar (como ellas mismas anuncian en sus medios de comunicación) “el comienzo del Año Nuevo satánico”. ¿Se puede ser más explícito? No hay peor ciego que el que no quiere ver, aunque tarde o temprano el Señor nos abrirá a todos los ojos de par en par... La Conferencia Episcopal Española ha sugerido en estos últimos años animar a los niños a disfrazarse de santos en lugar de vestirse de brujas o calaveras para que les sirva como estímulo para seguir con su vida cristiana. Así se hace ya en algunos colegios católicos. Se trata de realizar actividades divertidas para los niños y disfrazarse de santos como San Jorge, San Francisco, Santa Lucía o Santa María. El objetivo es rechazar como cristianos el vestirse de calavera, de muerto viviente o disfrazarse con atuendos relacionados con el terror. Además no es nada pedagógico para los niños, ya que ni siquiera encuentran una respuesta educativa lógica a lo que celebran ni lo hacen con un sentido religioso (de rezar por los difuntos) sino que simplemente se enmascara la muerte y se banaliza su sentido mientras se exalta el espiritismo, lo macabro, el absurdo y la falta de esperanza. Finalmente, no olvidemos que vestirse de algo horrible, aunque sea una noche, conlleva un cierto mimetismo y empatía con el personaje que representamos.
Posted on: Thu, 31 Oct 2013 19:15:48 +0000
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