CRÓNICA DEL SHOW DE KISS EN EL “VIKING STADIUM”, STAVANGER, - TopicsExpress



          

CRÓNICA DEL SHOW DE KISS EN EL “VIKING STADIUM”, STAVANGER, NORUEGA. La nueva gira Monster de KISS por Europa era una buena excusa para, justo casi un año después, volver a tierras Noruegas para ver a la banda más caliente de la tierra, o como KISS diría, un “Second Coming”, de modo que, todavía con el recuerdo de mi anterior visita fresco en la mente, hice todas la reservas para este viaje allá por Enero. Avancemos rápido hacia adelante y por fin, cinco interminables meses después, y tras realizar una escala y visitar 4 aeropuertos en pocas horas, me encontraba, el viernes 7 de Junio en la ciudad de Stavanger, ubicada en la costa oeste del país y punto de referencia para cualquiera que quiera visitar los famosos fiordos. Una vez me reuní con mi amigo Tore, al que conocí el año pasado en Oslo, nos apresuramos en ir al hotel, dejar las cosas y dirigirnos a la KISS Expo que KISS Army Norway había organizado con Tommy Thayer y Eric Singer como invitados especiales. El local estaba tan solo a unas pocas calles de nuestro hotel, de modo que llegamos rápido, pero obviamente algo tarde. La sesión de preguntas y respuestas ya había terminado, pero la de firmas y autógrafos afortunadamente no. Previamente, en la mencionada sesión de preguntas y respuestas algún fan debió mencionarle a Tommy algo del estado de la voz de Paul, a lo que el guitarrista respondió explicando que Paul tenía bronquitis, motivo por el cual en el Sweden Rock Festival, días antes, habían cambiado “Heaven’s Of Fire” por “Calling Dr. Love”. La Expo fue todo un éxito, ya que por la mañana Stig Karlsen, presidente de KISS Army Norway y organizador del evento, había anunciado que solo quedaban 15 entradas disponibles de las 250 que habían puesto a la venta. Allí se encontraba también Keith Leroux, webmaster de Kissonline. Lo saludé y me presenté y se mostró realmente cordial. Estuvimos charlando un rato que aproveché para “sonsacarle” información, y me contó, entre algunas cosas, la verdadera razón de esta mini-gira europea de tan solo 12 conciertos. Allí solo quedaban ya los restos del merchandise que la gente no había arrasado, entre ellos los nuevos oficiales de un tamaño más que considerable. Saludé a Stig también y su amigo Lars, persona de peso en el mundo KISS en Noruega, ambos geniales y muy simpáticos. Fotos de rigor, vistazo general al recinto, cervezas digeridas y a ponernos en la cola para subir al piso superior donde estaban Tommy y Eric. Finalmente nos llegó el turno y allí estaban, junto con más merchandise oficial de ellos (baquetas, parche de batería, púas y fotos) a la venta. Ambos, de riguroso negro se tomaban cierto tiempo con cada fan. Desde el principio me di cuenta que Tommy estaba mucho más amable y hablador que Eric, cosa que pude constatar cuando me llegó el turno. Me dio las gracias por todo, por asistir, etc… y le dije que de ningún modo, que gracias a ellos por seguir en la brecha y por venir a Europa, aunque solo sea para 12 fechas. Tommy se disculpó riéndose, no queriendo dar detalles… Me comentó que me recordaba del año anterior, y le dije que esperaba verlo por España pronto. Eric estuvo algo más seco. Ambos firmaban todo lo que les pusieras, sin límite, aún cuando previamente KISS Army Norway había anunciado que solo firmarían 2 objetos por persona. Fotos con los 2, saludos y vuelta al piso inferior a seguir con la fiesta, en donde vendían el nuevo vino oficial KISS al módico precio de 60 euros la botella, y en donde empezó a tocar una banda tributo, que aunque sin maquillaje, ni trajes ni puesta en escena, no lo hacían nada mal. Tras terminar su repertorio decidimos irnos a dormir ya que el día siguiente prometía ser largo e intenso… El sábado me dediqué a hacer un poco de turismo por la ciudad, aprovechando las horas tempranas en las que no había mucha gente para visitar el casco antiguo, el puerto, y hacer fotos de los sitios más pintorescos. Hacia el medio día, la ciudad, de solo 120.000 habitantes, ya se iba llenando de fans venidos de todas partes del país y de Europa. En nuestro hotel había una legión de fans hospedados. Sobre mediodía llegó Miguel, el cantante y líder del grupo tributo español, EXKISSITOS. Qué buen tipo y qué majo es. Tuve oportunidad de conocerlo en el concierto de KISS de Barcelona del 2010, pero esta vez compartimos más tiempo (y algunos momentos agónicos; él sabe bien por qué) y pude apreciar lo gran persona que es. Un saludo desde aquí al bueno de Miguel. Después de comer y solucionar algunas “gestiones imprevistas” nos fuimos a tomar cervezas. La ciudad entera ya estaba invadida a esas alturas. Cientos de fans, muchos maquillados, con trajes, familias enteras pintadas como sus ídolos, en los bares frente al puerto ponían música KISS, en definitiva, el ambiente era 100% KISS. Después de la ingesta de varios zumos de cebada fermentada, nos dirigimos a la estación para coger el tren que nos llevaría al Viking Stadion, a las afueras de la ciudad. Al llegar allí, la marabunta KISSera ya lo inundaba todo, dentro y fuera del estadio. Mucha seguridad en todas las puertas, todo muy coordinado y muy bien controlado. Intentaron impedirme el acceso con la cámara de fotos, pero conseguí convencer al guarda y finalmente me salí con la mía. El estadio ya estaba lleno en un 70% sobre las 19:00 h. de la tarde para ver a las dos bandas locales, y es que, este evento, aunque camuflado con el nombre de Viking Festival, la verdad del asunto es que de festival solo tenía el nombre, ya que sencillamente se trataba de un concierto de KISS con dos teloneros locales, uno de ellos recientemente muy de moda. Curiosamente, el puesto del merchandise oficial de KISS se encontraba en el centro del campo de juego, solo accesible a la gente que tuviera entrada general de pista. El escenario era brutalmente enorme: muy ancho, altísimo, sobresaliendo por encima de la grada superior del estadio. Sin embargo y por alguna razón desconocida (al menos por el que suscribe) solamente colgaron una de las dos pantallas de vídeo gigantes externas que siempre hay en todo concierto de KISS, la del lado izquierdo. Como todavía había tiempo de sobra, me acerqué hasta uno de los accesos al backstage, donde puede ver la sala del catering del personal de KISS y también todo el montaje del escenario desde un lateral y a los operarios ultimar detalles. Keith Leroux así como los técnicos de guitarra y el road manager de KISS iban y venían sin parar. Llegaba la hora de KISS de modo que lo mejor era buscar mi asiento con tranquilidad y empezar a prepararse para lo que se avecinaba. La temperatura era bastante fresca y el estadio estaba ya casi a rebosar: 25.000 fans aclamaron cuando por fin desplegaron el telón negro con el logo plateado cubriendo el frontal del escenario para que la banda se preparase. Uno de los dos chicos senegaleses que había a mi lado me ofreció tapones para los oídos, unos tapones que mucha gente llevaba debido al alto volumen del sonido. Yo le dije que ni de coña; no me he recorrido 3.000 km. para escuchar a KISS a través de un trozo de goma de mierda, debió leerme en la mente, por la cara que le puse, ya que no volvió a hablarme más. A las 21:00 h. y extrañamente sin el “Won’t Get Fooled Again” de The Who ni el “Inmigrant Song” de Led Zeppelin habituales, pusieron el zumbido de costumbre y empezó el “All right Stavangerrrrrr!!!!! You wanted the best….”, y justo cuando llega a la parte de “The hottest band in the world…” antes de que la voz pudiera decir “KISS!!!” la banda ya empezó con “Psycho Circus”, como si tuvieran frío y quisieran empezar pronto. El inicio del show fue impresionante, con la araña gigante descendiendo desde arriba del todo con la banda subida a lomos del invertebrado, al ritmo de explosiones, fuegos artificiales y luces por todas partes. Desde ese mismo instante me percaté del gran inconveniente que tiene realizar conciertos al aire libre en estos países. KISS, el grupo más visual e impactante de la historia del rock, basa una gran parte de ese encanto visual en su iluminación, y eso pierde gran parte de su atractivo cuando actúan en lugares ubicados a casi 60º de latitud norte, donde a las nueve de la noche en Junio hay tanta luz como en nuestro país a las 6 de la tarde. Por ello, no fue hasta los últimos 45 minutos de concierto cuando realmente toda la impresionante iluminación pudo causar el efecto deseado. Hablando luego con Keith Leroux coincidió conmigo en que efectivamente toda la iluminación se pierde al haber tanta luz ambiental. El repertorio, recuperando otra vez “Heaven’s On fire”, fue calcado al del resto de la gira. La voz de Paul Stanley, debo decir muy a mi pesar, que se encuentra en un estado realmente lamentable, casi crítico, sobre todo en las primeras 4 o 5 canciones. Luego, al igual que un deportista, pareció entrar en calor y se notó una mejoría palpable durante el resto del concierto, pero muy lejos, no obstante, de su registro habitual de siempre. No obstante sigue moviéndose, bailando, brincando y animando al público como suele ser habitual en él. Gene Simmons sigue siendo una apisonadora, un panzer nazi, un camión Dumper, una bestia de batalla que aunque gordo, viejo y podrido de millones, cuando se sube al escenario se transforma, convirtiéndose en ese engendro demoniaco agresivo, provocador y grotesco, dando el 110%. Cuando canta, su poderosa voz te traslada al más puro y mítico KISS de los años ’70. Sobre el escenario, su imponente presencia domina sobre el resto con una diferencia evidente, sobre todo ahora que Paul lleva un tiempo flojeando. Al término de “War Machine” Gene hizo su habitual rutina de escupir fuego. Gracias a la mezcla de sonido que realizaron desde la mesa se escuchaba bastante el bajo y un poco menos la guitarra de Tommy. Tommy y Eric en su línea habitual: impecables en su trabajo y sin salirse ni un milímetro del guión preestablecido, son fiables como ingeniería alemana de alta precisión, y sobre ellos descansa la base rítmica de KISS como unos sólidos cimientos. Quizá algunos fans, después de que Tommy lleve 11 años como guitarrista y Eric 15 como batería en KISS, sigan viéndolos como unos actores secundarios o incluso como unos impostores; qué duda cabe que estar junto a las dos leyendas de la talla de Gene y Paul no es nada fácil, y obviamente carecen de la magia y el carisma de Gene y Paul, pero creo sinceramente que en todos estos años se han ganado sobradamente nuestro total respeto, dentro y fuera del escenario. Todo el estadio disfrutó y vibró con cada canción, pero sin duda alguna, quedó patente que “Lick It Up” y “I Was Made For Lovin’ You” son las favoritas para el público noruego. Las 25.000 personas allí presentes cantaron, saltaron y explotaron literalmente con esos dos temas. Fue como si se hubieran vuelto locos de repente, como si hubieran estado esperando única y exclusivamente a esas dos canciones. Durante el concierto la araña va moviéndose, sube y baja y adopta diferentes posturas y realiza distintos movimientos, a destacar dos de ellos: durante “Lick It Up”, a mitad de la canción, el arácnido desciende hasta el escenario posándose para que Paul y Tommy se suban a su lomo, y durante el solo de guitarra, finalmente Eric saca un bazooka y le dispara a la araña, arrancándole dos patas de cuajo. Eric no realizó esta vez solo de batería para mi sorpresa. Previo a “God Of Thunder” Gene realizó el número de la sangre para luego volar hasta la araña y cantar desde allí arriba la canción. Resulta curioso ver al técnico de bajo de Gene, un rato después, limpiar inmediatamente su AXE con una toalla, quitándole la sangre, mientras con otro ojo vigila al bajista por si necesita asistencia en escena. El turno de cantar de Tommy llegaba con “Shock Me” en donde solo interpretaron la mitad de la canción, pasando a continuación a lo que fue, para mi uno de los puntos álgidos del show, “Outta This World”, del disco nuevo. Tocada, cantada e interpretada a la perfección, la canción me supo a gloria divina, que junto con “Hell Or Hallelujah”, fueron los únicos dos temas de Monster que la banda está tocando en esta gira, al menos hasta la fecha. En “Love Gun” le tocaba el turno a Paul de asumir el protagonismo total y cogió un aparejo que, colgando de unos cables, le llevó volando hasta una plataforma ubicada en el centro del escenario. A su regreso, debido al balanceo lógico del cable, hubo unos momentos en que algunos fans tocaron y cogieron la bota del Starchild, pero consiguió continuar su camino de vuelta al escenario, haciendo luego Paul un comentario gracioso sobre la anécdota. El final del concierto fue total y completamente apoteósico, descargando todo lo que les quedaba en la recámara (que no era poco) en forma de cañones de confeti, explosiones, chorros de fuego, humo, cohetes y las dos plataformas nuevas que ahora, elevan a Gene y Tommy y los meten hacia adelante sobre el público, mientras la batería de Eric se eleva también, para luego Paul terminar rompiendo la guitarra que ya no lanza al público. Tras una hora y cincuenta minutos acababa el mayor espectáculo que Noruega ha visto en su historia y también el mayor concierto en asistencia de público que KISS ha dado allí en sus 40 años, y la banda estadounidense se despedía mostrando en la pantalla gigante el mensaje de “KISS LOVES YOU STAVANGER” con el humo de la pirotecnia inundando todo el estadio. Volví a dirigirme a la puerta que daba acceso al backstage para disfrutar observando cómo los roadies empezaban ya con el desmontaje del escenario. Al rato aparece Keith y le entrega la caja de la batería de Eric a un fan Noruego, que la había comprado, con el parche firmado y con una dedicatoria. La caja es realmente preciosa con ese acabado tipo bola de espejos de discoteca. A continuación llegó allí otra pareja de fans y Keith vino y les entregó el micrófono de Paul Stanley, el que lleva el refuerzo con cinta aislante blanca, firmado y con la fecha, junto con sus 8 o 10 metros de cable y más fotos de rigor de estos fans con sus preciados tesoros. Después de una media hora deambulando por allí, viendo la maquinaria que se esconde detrás de un show de KISS, y después de arrancar algunos carteles como buen fanático mitómano confeso, Miguel y yo salimos a la calle y casualmente nos encontramos con cuatro monovolúmenes negros, con las lunas tintadas y precedidos de una escolta policial, aparcados junto a la puerta de backstage, al más puro estilo película de Hollywood, como si de una misión del FBI se tratase. Era el séquito de KISS, esperando a que saliesen para marcharse, según parece al aeropuerto, pues corría el rumor de que KISS no se hospedaría en la ciudad, sino que tenían su base en Estocolmo. La policía y los guardas de seguridad hacían esfuerzos para contener a la multitud de fans allí congregados que esperaban a los músicos. Tras breves minutos, todos fueron saliendo poco a poco, vestidos de calle, y sin maquillaje, saludaban a los fans y se iban metiendo en los diferentes furgones, hasta que por fin arrancaron y la policía pudo abrir camino entre la multitud. Texto y fotos por Mauricio Vázquez para kissarmyspain kissarmyspain/2013/06/9311/
Posted on: Mon, 10 Jun 2013 18:22:41 +0000

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