Capitulo 2: La casa nueva Josh en el carro, camino a su nueva casa, fue realmente callado, no hablaba mucho, solo miraba por las ventanas y contemplaba el paisaje a su alrededor. Sus padres tomaron una carretera que iba bosque adentro por un sendero por donde podían pasar los carros y que daba a lo más alto de un pueblo desde donde se veía un espeso bosque y más allá de un rio que daba hasta otro pueblo que quedaba colina abajo. El Sr. Vanner se detuvo a hablar con Josh a fin de un rato, mientras tomaba la colina arriba para llegar a las casas que se encontraban en lo más alto de ellas. -y bien Josh, ¿Qué me dices de ti?-pregunto el señor Carson -pues- dijo Josh mientras jugueteaba con sus manos- no lo sé ¿Cómo que quiere saber de mí? -pues, cuántos años tienes, que te gusta, porque quedaste huérfano, cosas así, ya sabes, para conocerte mejor--bueno- dijo Josh mientras le empezaba a poner más atención- mi nombre completo es Josh Loper para empezar, tengo 16 años y quede huérfano porque…-Josh suspiro- mis padres tuvieron una accidente en la carretera, estaba lloviendo y no regresaron y pues ya se imagina el resto. Josh guardo silencio y después de un momento la señora Vanner dijo algo: -pero ya no te preocupes ahora tienes una nueva familia que también te amara tanto como lo hizo tu antigua familia- sonrió Helen. Hubo un silencio realmente en lo que quedaba de camino, ya que Josh empezaba a recordar a sus viejos padres y le entro la melancolía. Las horas pasaron y finalmente entraron al pueblo que estaba en la colina y a lo lejos del pueblo se asomaba una gigantesca casona que parecía inmensa e imponente. Josh quedo boquiabierto y miro asombrado. Después su papa hablo. -ves Josh- señalo a la casona- ahí vamos a vivir de ahora en adelante. -es realmente grande- dijo Josh asombrado. En ese momento su padre freno en una caseta de cobro y le dio algunas monedas al señor que cobraba, dejándolo pasar a el pueblo. Dentro de unos minutos llegaron a la casa y el padre de Josh bajo y dijo: -bonita ¿no? La compramos la semana pasada mi esposa y yo- dijo el señor Carson- ven que esperas entremos todos. Todos se bajaron del auto con las maletas y algunas cosas en la mano que parecía eran unas enormes cajas que traían pesadas piedras y entraron por la gran puerta de madera que tenía en el frente., la puerta era realmente enorme y tenía dos pesadas hebillas con las que se podía golpear la puerta. La familia entro y miraron asombrados a la inmensidad de la casona. -¡bien!, ya estamos aquí- exclamo el Sr. Vanner. Josh no dejaba de ver a su alrededor, porque jamás en toda su vida había visto una casa con gran enormidad como lo tenía esa. -Josh queremos que veas tu cuarto está arriba- dijo Helen y le mostro unas bonitas llaves a Josh.- ¿ves estas llaves? -si- dijo Josh asintiendo con la cabeza -son las de tu nueva habitación- le respondió la señora Vanner y le puso en las manos las llaves y le cerró los puño. -¿Por qué mi habitación tiene llave?- pregunto Josh con una gran duda -porque esta es una casona antigua, y antes la gente acostumbraba a poner firmes cerraduras- le respondió el señor Carson. -bien iré en seguida- dijo Josh Josh subió con mucha dificultad las escaleras, porque la caja que llevaba era realmente pesada, y parecía que tenía piedras. Cuando llego Josh al segundo piso, pudo ver un enorme pasillo, con un candelabro antiguo que estaba colgado en el techo. Tenía capacidad para cinco velas, pero solo tenía cuatro. Josh sintió mucha curiosidad y no pudo evitar preguntar, sobre el candelabro. -señores Vanner, ¿ustedes trajeron este candelabro?-pregunto Josh admirando la enormidad de este. -no- se escucho una vos con eco que venía de abajo-estaba aquí cuando llegamos, pero decidimos dejarlo donde estaba, nos gusto como se veía. Josh siguió avanzando hasta que noto que la planta de arriba era casi tan grande como la de abajo. Josh miro en un pequeño corredor una puerta de madera con una gran cerradura, y al introducir la llave, noto que esta coincidía con la cerradura, así que con cuidado abrió la puerta que aparentaba ser frágil, aunque en verdad era realmente resistente y fuerte. Cuando Josh abrió la puerta, un rayo de sol pareció iluminar toda la habitación. Josh bajo las cajas que tenia, dejándolas en la entrada del cuarto, entrando a recorrerlo y admirando la enormidad de este. _wow es realmente grande- grito Josh pudiendo escuchar su eco. Josh miro el gran espacio que había con un profundo asombro, pues en el orfanato en el que estaba, los cuartos eran pequeños y eran compartibles entre cinco u ocho niños, y ahora el tenia un cuarto enorme solo para él. Josh paseo la vista al techo y vio otro candelabro como el del pasillo de afuera, grande y con solo cuatro velas., Josh también noto una enorme ventana con un rosetón encima de ella. El rosetón era de varios colores y tenía un estilo de diseño gótico, por el entraban los rayos de sol que hacían que toda la habitación se iluminar, y pegada a la ventana estaba una cama de madera grande. A Josh le gusto la ubicación de la cama, porque al lado de ella estaba la gran ventana que ocupaba casi todo el espacio y encima el rosetón, también le agradaba el lugar, porque por la ventana se veía un espeso bosque nevado y mas allá una gran cadena de montañas que parecían no tener fin. -cuanta belleza hay en el mundo- dijo asombrado Josh al ver lo que se apreciaba en la ventana. Josh se volvió y regreso por las cajas que había dejado en la puerta, las puso sobre una mesa de madera que se encontraba enseguida de la cama. De la caja saco un ajedrez, unos libros, unas sabanas, algo de ropa, una almohada y una libreta en blanco que Sally le había regalado en su cumpleaños número diez. Josh volvió a poner la caja al piso y arriba de la mesa acomodo el ajedrez. Josh acomodo el libro en un estante vacio que parecía no tener mucho de que lo hubieran puesto, pues se veía nuevo. Josh echo en el armario de madera toda su ropa y ordeno todo su cuarto para que quedara limpio, pues no quería dar una mal impresión a su nueva familia. La hora de la cena llego y Josh bajo las escaleras para ir a cenar. Josh siguió el olor que la comida que venía desde el piso de abajo y por entre el barandal de la escalera se asomo y fuertemente grito. -¿Qué es ese agradable olor?- dijo Josh mientras bajaba de la escalera y daba un paso en el piso de madera de abajo. -ben Josh, ven a cenar, que la comida esta lista-dijo Helen. Josh bajo corriendo hasta el comedor y se detuvo de un frenon en una silla. Josh se sentó en una silla cerca de una ventana que daba vista al bosque, se acomodo y se dispuso a cenar. Un silencio invadía la gran sala, ni un ruido, nada de nada. Josh se empezó a sentir incomodo, porque nadie hablaba., él pensaba en hablar, o siquiera decir algo para lidiar con la tensión en el ambiente que en ese momento todos sentían. Vale decir, que, independientemente de que nadie hablara, Josh se sentía fatigado y pensaba marcharse a su cuarto para distraerse un poco, en lo que lo arreglaba y lo acomodaba. Josh hablo después de un rato de silencio, pero solo hablo para decir si se podía retirar de la mesa y subir a su cuarto. Sus padres no lo vieron del todo bien, pero decidieron dejarlo ir, porque entendían que tal vez debían darle un poco de espacio, y dejar que se familiarizara con su nuevo hogar, así que sin más Josh se retiro a su cuarto, en donde se quedo dormido. A la mañana siguiente, durante la primera mañana en la casa, Josh descubrió que por el rosetón de la habitación entraba un rayo de sol, que se hizo presente a partir de las primeras horas del alba. A Josh lo despertó el rayo, porque le pegaba directo en la cara, y este le quito el sueño por un rato, así que mientras trataba de conciliar el sueño, miro por la mañana hacia el bosque a través de la ventana, y miro quizá una de las cosas más bellas que jamás había visto en su vida. Un enorme manto blanco que cubría todo el bosque, pues, en la noche del día anterior, habían caído unos centímetros de nieve y esta hizo que todo el bosque se vistiera de blanco. Josh nunca había visto algo así en toda su vida y no paraba de sonreír, solo pensaba en él y lo divertido que sería salir a jugar en la nieve, aun a siendo mayor, pues sentía que su niño interior debía salir a disfrutarlo. Josh decidió finalmente salir a jugar en la nieve y se dirigió al armario a buscar sus botas para la nieve, pero cuando abrió la puerta del armario encontró algo muy extraño. Un diario negro le golpeo en la cabeza a Josh y luego se cayó al piso. -¡ouch!- exclamo Josh y luego se agacho a recogerlo del piso y le dio una hojeada rápida- ¿Qué es esto?- Josh limpio la cubierta del diario y le soplo el polvo que había en el. Comenzó a de nuevo a hojear el diario, pero más lento esta vez y en una de las paginas alcanzo a leer el nombre de Ofelia y regreso a la pagina en donde vio el nombre. Le llamo tanto la atención que decidió leerlo, aun no sabiendo de quién era ese diario. En el diario Josh leyó: “jueves 27 de Marzo de 1932, querido diario, hoy mis padres no me permitieron salir siquiera a jugar afuera, pues dicen que por mi condición, nadie me aceptara, así que me dejaron encerrada en mi habitación, donde lo único divertido es mirar la pared, odio a mi familia, espero que algún día me dejen salir de esta prisión. -qué raro- exclamo Josh- me pregunto de quien será este diario, supongo que debe ser de mis padres o algo así. continuara... gaTto ska
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 04:22:15 +0000