Clase N°9 Spinetta y los Socios del Desierto, Spinetta y los - TopicsExpress



          

Clase N°9 Spinetta y los Socios del Desierto, Spinetta y los Socios del Desierto (1997), Sony Hacia mediados de los 90, las ideas de un nuevo tiempo estaban más que claras. La caída del bloque comunista a nivel global y la emergencia de un pseudo-caudillo patilludo y simpático que gobernaría los destinos del país por diez años, impactaban con fuerza en la vida cotidiana de los argentinos. Por un lado, el manifiesto de Francis Fukuyama “¿El fin de la historia?” venía a decirnos con cinismo que la historia había llegado a su fin. La muestra de ello era que la democracia liberal y la economía capitalista se habían impuesto a lo largo y ancho del globo. Las guerras ideológicas entre el capitalismo y el marxismo llegaron a su fin, según Fukuyama, con la derrota del bloque comunista y la expansión a escala global de la economía de mercado. El cinismo de Fukuyama venía dado por la perspectiva teórica adoptada: hacía uso de una de las herramientas centrales de Karl Marx, esto es, que la historia llegaría a su fin con el triunfo del socialismo. Estas ideas dominantes a nivel global, tuvieron su puesta en práctica en América Latina a través del “Consenso de Washington”. Las ideas contenidas en ese documento resumían los lineamientos generales de políticas de ajuste, liberalización financiera, privatización y protección de los capitales transnacionales, que tanto daño hicieron en los países de la región. En nuestro país, Carlos Saul Menem fue un dócil presidente al servicio de los intereses de las clases dominantes de nuestro país, en sociedad con el capital transnacional. Aquel consenso, también muestra su cinismo: si algo faltó en el “Consenso de Washington” fue, justamente, el consenso. Las políticas se aplicaron con todo el rigor que el poder puede brindar. Frente a este panorama desolador, el 1° de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) toma varias ciudades en el sur de México al grito de “Hoy decimos ¡Basta!”. Específicamente, a la globalización financiera y las políticas económicas neoliberales que ese mismo día entrarían en vigencia junto al tratado de libre comercio de América del Norte. El altermundismo tomaba visibilidad pública y global. Puede decirse que la acción del EZLN inspiró a movimientos políticos como los Sin Tierra en Brasil y a los piqueteros en Argentina. Las políticas neoliberales fueron señaladas, con razón, como las causantes de que la democracia, la justicia y la paz estén ausentes en amplios sectores de la población de nuestra región. El rock no fue inmune a esos movimientos que se daban en la sociedad. En 1994 aparece el disco Casa Babylon del grupo Mano Negra, comandado por el carismático Manu Chao. El mismo año, Todos tus Muertos graba el disco Dale Aborigen, siendo uno de los mayores sucesos de lo que por aquellos años se denominó Nuevo Rock Argentino. En aquellos años, se escuchaba con frecuencia que Mano Negra y TTM formaban parte de la escena “alterlatina”, junto a grupos como Café Tacuba y Los Fabulosos Cadillacs. Ser alterlatino consistía en conocer latinoamérica por fuera de los esencialismos, reconociendo los cinco siglos de dominación sobre este continente, pero desde la realidad contemporánea. Y, particularmente, desde el rock. En esos años, además, estaba surgiendo levemente pero sin pausa lo que luego se conocería como Rock Chabón. Las jóvenes de las clases medias pauperizadas tratan de encontrar la manera de no perder, aunque sea, algo del capital cultural que el neoliberalismo trataba de quitarles. Pero el origen de la canción “Sr. Cobranza”, compuesta en 1995 por Las Manos de Filippi pero que se convierte en un hit de Besuit Vergarabat en 1998, tal vez sintetice éste movimiento: mientras pueda extraerse la mayor plusvalía posible de cualquier mercancía, todo vale. Incluso, durante las crisis. ¿Dónde estaba Spinetta por esos años? Nuevamente, como una constante en su trayectoria, pergeñando su particularísima propuesta estética. En este caso, ponerle letra y música al fin del siglo XX corto -tal como lo definió el historiador marxista Eric Hobsbawm-. Ante la promesa del fin de los conflictos, la salida spinettiana no es la búsqueda de alguna esencia en latinoamérica ni la adopción del lenguaje barrial. Su salida es tensionar aún más el conflicto, anclándose en la historia. El formato sonoro es el power trío y la poética radicaliza sus imágenes de casi veinticico años de trayectoria. La gente “nasty”, el narcogate, Bosnia, locos y fascistas, el dinero que inventa al amor, el lifting, el destino es noche, la falta de solidaridad... La sensación de una época que terminaría muy mal debería sonar, parece decirnos Spinetta, según el oído contemporáneo de lo más básico del rock: guitarra, bajo y batería.
Posted on: Thu, 24 Oct 2013 09:05:59 +0000

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