¿Como la Siekavizza era de pisto, de alcurnia, de la élite a ella si se le hizo justicia verdad? Es una queja comúnmente repetida por aquellos que gustan de generalizar desde el viernes pasado cuando Barreda fue capturado. Evidentemente, no fueron ellos los que durante más de dos años se paraban a manifestar delante del MP con pancartas que exigían justicia en este caso. No fueron ellos quienes al atestiguar una injusticia en su círculo cercano, decidieron trascender formando un movimiento para presionar vía redes sociales, medios de comunicación y en las calles que las autoridades hicieran su harto deber y no abandonaran el caso. Fue de hecho la influencia de la magistrada Barreda, madre de Roberto la que en varias ocasiones retrasó los procesos de investigación. Muchas nenas con dinero son golpeadas por sus maridos igual que las mujeres sin recursos. Y ni para unas ni para otras, se agrupan sus amigas para exigir justicia en su caso en la forma en que Voces Por Cristina lo hizo. En un caso de violencia intra familiar ocurrido dentro de una familia de escasos recursos donde el marido asesina a la esposa a golpes, comúnmente luego del asesinato ocurren estos hechos que diferencian el caso, de lo que ocurrió en este caso Barreda-Siekavizza: La cultura de silencio se perpetúa y muy difícilmente vemos a las amigas de la víctima agrupándose para exigir justicia por la muerte de su amiga. Sumado a la falta de recursos en que pueda encontrarse el hombre como para no poder escapar hacia otro país, el marido no tiene incentivos de huir puesto que nadie lo está buscando. Lo más probable entonces es permanezca dentro del territorio Guatemalteco sin ser nunca llevado ante la justicia. Aquí la clave no fue el dinero. Sino la perseverancia, voluntad y organización de un grupo de la sociedad civil que decidió exigirle a su empleado el gobierno nada más y nada más que éste HICIERA SU TRABAJO. El arduo trabajo que ha venido realizando Voces por Cristina desde hace 2 años sin dejar que el MP ni que el Organismo Judicial pudieran escapar de cumplir con su deber. Recordemos, con jefes apáticos, ningún empleado tiene por qué cumplir con su deber. Ojalá todas las mujeres que sufren de violencia en Guatemala empiecen a contar con amigas como las que tiene Cristina.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 02:29:52 +0000