Delirio en Las Venas. (pag 173 a 179) Sucesos sin comprender. Las - TopicsExpress



          

Delirio en Las Venas. (pag 173 a 179) Sucesos sin comprender. Las chicas que quedaban en el suelo se encontraban ensangrentadas, sus manos teñidas de rojo, sus miradas perdidas, todo lo que sus ojos estaban viendo parecía sin duda una pesadilla inspirada en los más profundos infiernos, ya no distinguían más la fantasía de la realidad. Sus corazones latían tan a prisa que parecía que explotarían, querían verlos de cerca, esos seres tan poderosos, tan elegantes, los que les habían aprisionado sin fundamento alguno, la única razón que tenían era que las palabras sañosas se les habían escapado de la boca, creían que eran seres superiores, las pasarelas las hacían especiales, las volvían los seres más bellos del mundo, famosas prendas ataviarían sus cuerpos, que caminan elegantemente sobre los más lujosos escenarios, pero; ¿ya que más daba? Sobre sus miradas estaban verdaderos seres superiores, ellas no eran más que un humano más, indefensas ante aquel poder, más sin embargo añoraban tenerlos cerca, que bajaran y su vida fuera ahora solo un vello momento antes de su inminente muerte, en brazos de los inmortales más despiadados. Los vampiros en el viento como ángeles que descendían del cielo comenzaron a bajar en su vuelo, no tocaron los cadáveres con sus pies y sobre el aire aun, comenzaron a caminar, paso a paso lentamente llegaron a las chicas, estas se acercaron aún más, cinco al lado de ella y cinco más a los brazos de Vlad. El vampiro Vlad clavo sus filosos colmillos en los brazos de dos, Liv lo observaba y prosiguió a hacer lo mismo, cuando cayeron desmalladas, dos brazos nuevos fueron capturados, a través de los cuerpos flotantes se deslizaban hacia el suelo ensangrentado, muriendo lentamente sin dejar de ver lo que sucedía, solo dos jóvenes más quedaban, fueron tomadas en los brazos infernales, Liv mato de prisa a la joven que poseía, tomo también a la chica que sostenía el vampiro entre sus brazos y del otro lado del cuello le clavo su fatal mordida. Lentamente, sorbo a sorbo fueron arrancándole la vida, la sangre fluctuante atravesando las arterias que ya estaban hinchadas, las venas inmortales estaban extasiadas, las venas de sus ojos enrojecidas, la joven no dejaba de abrazarse a ellos, de sentir su brutal fuerza sosteniéndola, y al paso de los minutos su manos decayeron y colgantes quedaron en el viento enrojecido. Su vida estaba a segundos de esfumarse, cuando Vlad, la sostuvo y un beso en la mejilla le dio, entonces aquella joven hermosa murió, sus ojos se apagaron como el de todas sus compañeras, su brillo se hizo pálido completamente, el vampiro y su novia inmortal soltaron el cuerpo que se desvaneció lentamente como el pétalo de una rosa que se desprende en otoño, una rosa roja, y el viento la condujo hasta el suelo liquido donde descanso boca arriba con las manos en el pecho, sus labios sonrientes como si el beso que los toco le hubiesen regalado el momento más feliz de su existencia. La escena era totalmente descabellada, habían pasado ya en aquel sitio varias horas, las clases quizás en la normalidad ya tenían que haber terminado, habría que salir de aquel sitio de inmediato, no querían ver a curiosos entrometidos a los que habría que matar a la salida. Siguieron sostenidos sobre la nada, se vieron fijamente y en un beso sangriento unieron sus bocas, la sangre aún estaba fresca, sus manos se marcaban en las ropas del otro, sus labios compartían aquella esencia apenas bebida. El beso de la sangre los volvió dementes de pasión, decidieron no salir por las puertas; abrazados salieron por una ventana ubicada en lo más alto del edificio, los cristales tronaron al sentir el golpe y cayeron en la calle, entonces los vampiros volaron hacia lo más alto, donde no fueran vistos, las puertas de la escuela ensangrentada, se abrieron solas, las ventanas también, las líneas telefónicas y de celular volvieron a funcionar, todo volvía a la normalidad, menos el hilo de sangre que se deslizaba lentamente por el piso del salón hacia el gran pasillo de la entrada. Un taxista que manejaba lentamente por la avenida se percató de que las puertas estaban abiertas, logro ver al fondo cuerpos en el piso, todos ensangrentados, pensó que aquello había sido su imaginación, pero sus ojos no dejaban de mostrarle aquellas imágenes aterradoras, una cara de mujer cubierta de sangre, volteando hacia la calle; no pudo seguir su camino rumbo a recoger a un cliente a su trabajo, disminuyo entonces la velocidad un poco y busco un retorno para dar la vuelta, lo hizo entonces y acelerando el motor de su auto en franjas regreso a la calle. Se estaciono, bajo corriendo del auto, de un azoton cerró la puerta y corrió hacia la entrada del edificio que aún estaba abierta, a lo lejos en el fondo del gran salón, vio lo que recién había logrado ver apenas de reojo; siempre que pasaba por esa calle bobeaba para mirar a alguna de las modelos que fuese saliendo o entrando, esta vez no había visto a ninguna hermosa mujer vanidosa que se arreglara el cabello con soberbia en cada paso, había visto un rostro de quizás alguna de esas jóvenes a las que alguna vez vio con deseo. ¡Si! ¿Era verdad?, no, no, no; dejo de correr, eran cuerpos que se hallaban tirados frente a la pasarela, paso a paso cada vez más lento y sigiloso el taxista se acercaba, estaban todas muertas, los modelos también, los encargados del inmueble, todos estaban frente a sus ojos, siguió dando pasitos, siguió acercándose, efectivamente, algunas de las chicas eran las mismas que ya había visto en alguna ocasión, solo que estaban ahí, horribles, demacradas, con la piel transparente, cubiertas por sangre. — ¡¿Pero dios mío, que paso aquí!? Gritó, desesperado el pobre hombre no podía reaccionar, quería salir corriendo de ahí, pero no debía hacerlo, aun habría que avisarle a las autoridades; callo de rodillas por la impresionante imagen que tenía en frente, cuando inclino la mirada se percató de que estaba todo lleno de sangre, sus zapatos estaban empapados, sus rodillas también, rápido se levantó y corrió como pudo a las oficinas, marco de ahí un teléfono y llamo a la policía, gritando por ayuda que había tantos muertos en aquel piso, dio el nombre de la escuela, sin acomodar el teléfono salió a prisa, temblando, llego hasta su auto con la cara demacrada, transformado, abrió el auto, intentaba torpemente encenderlo con la llave, pero sus manos temblaban, después de varios intentos logro arrancar su coche, lo acelero lo más que pudo y arranco, su auto iba a exceso de velocidad, no vio el alto de unas cinco calles adelante, choco de lado a otro automóvil, el taxi se comenzó a volcar hasta quedar volteado, el taxista y el conductor del otro auto perdieron la vida unos minutos después del accidente. Varios autos perdieron el control pero no sufrieron mayores daños. Las ambulancias pronto llegaron, las patrullas se dividieron la escena de la avenida Sur y la escuela de modelos, al paso de media hora los vehículos fueron retirados, las declaraciones fueron presentadas. Mientras al mismo tiempo el reporte que ya circulaba por toda la ciudad en las cadenas televisivas y noticieros radiofónicos que estaban al pendiente, un suceso desgarrador, en la escuela de modelos había ocurrido una barbaridad. Los policías atendieron la llamada de un sujeto extraño, la voz era completamente desesperada, no quiso dar su nombre, solo dijo en sus sollozos: — Corran, apúrense, todas las señoritas modelos están muertas, todas ellas, el diablo las mato y las dejo aquí tiradas, ¡cuánta sangre! ¡Dios míos! Apúrense… No dijo más, en el teléfono no se escuchó más que el silencio, entonces la orden de ir a revisar aquella zona fue emitida, pocos minutos después, se avisó de un accidente automovilístico no muy lejos del lugar, habría que ver si había alguna relación entre ambos sucesos. Un puñado de patrullas se dirigieron al lugar del accidente y otro más se desvió a reforzar a las que se encaminaron a la avenida donde se había hecho aquella llamada llena de desesperación. Llegaron entonces las patrullas al edificio, las puertas estaban abiertas, el silencio era abrumador, acordonaron el área, paso a paso se metieron varios policías con las armas en la mano, el teléfono sonaba descolgado, los cuerpos en efecto al fondo se veían, todo era rojo, comenzaron a avanzar más rápido, revisando de oficina en oficina, las puertas estaban arrancadas de la pared, más de uno temblaba con el arma en la mano, un puñado de puertas destruidas al lado de la entrada del gran salón, como si antes la hubiesen bloqueado y sin esfuerzo estuvieran removidas, llegaron al fin hasta donde estaban todos los cadáveres, la sangre comenzó a manchar sus botas, se acercaron cautelosamente, llego una ambulancia y paramédicos fueron detenidos en la entrada, fue dado el aviso para que enviaran a especialistas a analizar la escena, en el interior no había más que chicas muertas y sangre por todo el salón, no había nadie con vida. Al paso de los minutos, llegaron detectives expertos en asesinatos múltiples y especialistas que tomaban fotografías, muestras de sangre que no pertenecían a nadie especifico, sino a todas las víctimas juntas, el análisis se completó y los cuerpos fueron trasportados por el forense para que les hicieran una autopsia, la sangre fue removida y la escuela clausurada. El suceso era comentado por todas partes, el resultado de la autopsia forense fue revelado a unas cuantas horas por la premura que requería el caso, y no apareció nada raro, todos los cuerpos tenían el mismo padecimiento, habían sido drenados y desangrados, era totalmente extraño, no se podía saber de ningún modo de qué forma se les había salido la sangre a los cuerpos, no presentaban ningún tipo de herida, la sangre había sido succionada de alguna extraña forma porque no había tampoco heridas internas, la búsqueda de huellas digitales había sido funesta, había miles de huellas en aquel sitio, de todos los que ahí trabajaban, de los modelos y las modelos, de las personas que habían asistido a algún evento en esa pasarela. Nada de lo que viesen o investigasen, los llevaría a la razón de las muertes, la sangre que estaba en el suelo no tenía explicación de estar regada por todos lados, además de que la sangre que todos habían perdido no era solo la que se encontraba esparcida, ¿Dónde diablos había quedado toda esa sangre? ¿Por qué la directora de la escuela, aquella hermosa rubia por todos conocida, no solo en la ciudad, sino en varias partes del mundo por su buen desempeño en el modelaje internacional, tenía los huesos de la columna rotos? ¡¿Cómo algo, o alguien podría hacer eso?! El caso era completamente inexplicable, no darían aquel veredicto a los medios que de por sí ya habían hecho sus propias conclusiones. Muchos creyentes de religiones había, otros más totalmente escépticos, por primera vez llegaban a la conclusión de que esto no era normal, que el diablo tubo parte en estas atrocidades; recordaron la llamada del hombre desesperado que les aviso sobre las jóvenes muertas. Nunca hubo un vínculo entre o que había sucedido en el accidente del taxista y la extraña muerte de tantas personas, quizás lo único que cuadraba era que el demonio se encontraba o se había encontrado en la misma dirección. — El demonio vino a la tierra y atrapo a todas esas personas, les quito la sangre del cuerpo y después los pobres indefensos comenzaron a vomitar la poca sangre que les quedaba, maldito diablo, a pesar de que les quitó la vida sin piedad les dibujo una sonrisa en su rostro, como para burlarse de su desdicha; Decían varios de los policías. Los más cuerdos no decían nada, ¿Qué podían decir? Nada explicaba aquello, entonces el director del departamento de policía cito a todos; — No podemos asegurar lo que paso allá, dijo — pero nuestra credibilidad está en juego aquí, debemos decir a los medios; que un grupo de delincuentes entro al lugar, desquiciados mataron a todos dentro, huyeron antes de que los descubrieran, que robaron algunas cosas y se marcharon; no había ninguna otra opción y así lo hicieron, más de uno se convenció de que esa era la versión real, solo los que analizaron los cuerpos sabían perfectamente que estos no tenían ninguna herida, de ningún tipo, pero dieron también ese falso veredicto. Hay cosas en el mundo que no se pueden explicar por más que se busque la respuesta, hay cosas que bien en el pasado y en este tiempo quedan en el aire y la explicación no es del todo satisfactoria, más en estas épocas donde la tecnología y la ciencia pretenden explicarlo todo de una manera lógica y objetiva. Ahora el dar ese veredicto como totalmente cierto era quizás la mejor opción y aunque no fuera la realidad, no era mal infundado, nada podía ser la realidad de aquel acto tan irreal. Los cuerpos sin vida, pálidos todos, sin una gota de sangre en su interior fueron entregados a sus familiares, las familias de los fallecidos se reunieron, decidieron que los cuerpos de sus hermosas hijas e hijos, hermanos y hermanas fueran enterrados en el mismo cementerio, el recuerdo de aquel acto tan violento y que por si fuera poco parecía quedaría impune, en el mismo cementerio serian todos sepultados y recordados. Así lo hicieron entonces, contrataron varios servicios fúnebres y en un cementerio lujoso, cubierto por verde pasto y lujosas placas con nombres fueron colocados. Se llevó a cabo una pequeña ceremonia, todos los familiares que reunieron una gran masa, vestidos todos de negro se dieron cita, entonces el momento llego; en medio de lágrimas los cuerpos fueron depositados en la tierra y poco a poco los que acompañaban aquel momento doloroso fueron abandonando el lugar hasta dejarlo vacío, abordaban sus lujosos automóviles, marchándose. Los medios locales y nacionales estuvieron al pendiente de todo lo que sucedía alrededor de aquellas muertes, dieron a conocer al público que un grupo armado de personas no identificadas habían entrado a la escuela aquella mañana, que habían hecho entrar al gran salón a todas las modelos junto con el demás personal y después de robarles sus pertenecías les habían quitado la vida con armas blancas para evitar el ruido fulminante, la policía había dictaminado que no había huellas reconocibles de los maleantes, las cámaras de las instalaciones por alguna extraña razón no funcionaron durante el crimen, por lo que no había modo de identificar a ninguno de los del grupo. Las investigaciones continuarían, pero de momento no podía asegurarse nada más. Y así el caso se cerró desde un comienzo. Vlad y Liv volvieron a casa, entraron lentamente besándose, la sangre fresca aun en sus manos, en su piel, llegaron hasta el baño lentamente, abrieron, entraron a la regadera y siguieron besándose, abrieron la llave del agua y el color rojo se hizo presente, las ropas escurrían hasta que se arrancaron prenda por prenda y desnudos frente a frente quedaron. Live tomo a Vlad por la cara y comenzó a besarlo con sublime pasión, como una fiera, se abalanzo sobre él, aun con la piel roja escurriente de sangre y sus garras afiladas clavo en su espalda, las gotas ardientes de agua no cesaban de caer, sobre sus espaldas y su pelo.
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 06:39:32 +0000

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