Es díficil hacer un post así, Gero Y Adolfo, porque es difícil entender algunas cosas. Santiago es un amigo que me hice en aquellas noches de los 80s de Córdoba, militante del PST en los 70s, hippie de los originales, vivió hasta el último día tratando de ser coherente con su ideología, cultor de la agricultura orgánica de Fukuka, que soñaba con implementar en el campo que había comprado en las sierras cordobesas. Eran muchas también las diferencias que teníamos, quizás por un tema generacional, por las diferentes infancias que tuvimos, pero durante años en su departamento del monoblock donde vivía, pasamos noches mágicas de filosofía, humor, confesiones, creatividad, sueños, autenticidad, y alguna que otra vez, discusiones, pero fueron más los días de plena libertad que compartimos, como un territorio tomado en medio de la rutina y el mercantilismo. Acompañados a veces por su compañera Silvia, que siempre estaba ahí con su presencia de amor constante, y cuando venía, la amiga Adela. Mucho de mi formación de filosofía, psicología, humanidad, de poder entender la computadora, religiones orientales, etc., se lo debo a él, y posiblemente tendría que citarlo constantemente en muchas cosas que digo. De golpe una enfermedad, fue minando su salud hasta el fin, y hace unos dias Silvia, su compañera, también se nos fue.Ante cosas así, uno se siente abrumado y no sabe muy bien que decir. Me acuerdo una anécdota que contaba, que una vez fue a la casa de uno de los hijos más grandes, y sintió a todo volumen este tema y se asustó. Claro, reflejo de la dictadura, parecía imposible que ahora se pudiera escuchar a todo volumen. Por eso, dedicado al amigo Santiago Andrada y su compañera del alma, Silvia Cabanillas, el tema del que hablo en un tardío y díficil homenaje,¡Hasta siempre Comandante¡ ¡Hasta la victoria siempre! youtube/watch?v=in5C4qIPR_g
Posted on: Sat, 15 Jun 2013 19:22:03 +0000