Grabada a Fuego. "Son las 5 de la madrugada y hace un calor - TopicsExpress



          

Grabada a Fuego. "Son las 5 de la madrugada y hace un calor infernal, tanto que hasta casi cuesta respirar, me sobresalto de la cama por la angustia y desasosiego de una noche demasiado calurosa, que no me deja pegar ojo, en mi merecido y bien ganado reposo para recargar las pilas y estar listo para el siguiente día de acción laboral. Me meto en la ducha y para que mi cuerpo no se sobresalte por el cambio de temperatura pongo el agua a unos grados intermedios de temperatura. Como si las gotas, las miles de gotas que caen sin cesar sobre mi cuerpo me estuvieran realizando un suave masaje de proporciones épicas, mi cuerpo va cediendo al constante caudal de la ducha y mi mente se va relajando más y más y a medida que todo confluye en perfecta armonía, presiento a alguien que está cerca de mí, casi susurrándome en el propio cogote, con su aliento, ese aliento que provoca que todo mi cuerpo y toda la piel que lo rodea, se erice en una singular sensación de serenidad, estupor y placer. Me giro y allí esta ella, su silueta esta fugazmente tapada, refugiada en una cortina de vapor y agua, se deja entrever una piel casi pálida, como el marfil recién pulido y abrillantado, de larga melena rubia y ojos verdes, muy verdes... Es hermosa, al verla mi corazón se acelera a un ritmo insospechado, y sin vacilar, pego mis labios a su cuello. Hueles a cereza, a frescura y naturaleza, le digo, mientras mis labios, siguen el sendero de su cuerpo de forma muy suave buscando la entrada a otra parte de su cuerpo para poder seguir acariciándola con mis labios, mis brazos la rodean con fuerza y tal suavidad que casi notaba el latir de su desesperación, una y otra vez, latiendo cada vez con más fuerza si cabe que la anterior. Ella también me toca, como si fuera un ángel caído del cielo, donde fuera el lugar donde posara sus manos, la sensación de bienestar que invadía esa zona era inenarrable, imposible de describir en un par de líneas, llegue hasta pensar que la vida se me escapo y alguien de arriba, la mando para cruzar ese velo, que todos tenemos que cruzar algún día, ese velo de paz y de silencio infinito. En un simple instante cerré los ojos, fue un suspiro y al abrirlos ella, como si de un ente se tratara, desapareció, se esfumo, sin tan siquiera despedirse o decir adiós. No volví a verla más, no sé si fue el cansancio de una noche de verano, si el culpable fue ese desvelo o una mezcla entre ambos. Lo único que sé es que como una exhalación ella desapareció de mi vida, dejándome uno de los momentos más excitantes que he tenido y con su silueta grabada, en mi retina, a fuego" Somos las personas tan ilusas, inocentes, creemos que todo, todo sigue un patrón y nada más lejos de la realidad, lo único que hace la vida, y parece ser con una exactitud fríamente calculada, es hacerte creer que tú tienes el control de las cosas, cuando son estas las que te guían y manipulan como quieren, la otra es darlo todo por sentado y creer que esa historia jamás se repetirá de nuevo, como la de aquella noche de hace ya varias semanas…. Su olor de Madre Naturaleza sigue aquí arraigada a cada uno de los poros de mi piel, un aroma difícil de olvidar, como ese suave y tierno tacto que tenía su piel, su blanca piel, mi mente sigue proyectando su imagen una y otra vez, de una forma casi enfermiza y clara, casi perfecta. Mi mano se contrae como si algo la agarrara con fuerza, de un brusco tirón hacia atrás, consigue que yo me gire y, para una más que agradable sorpresa, puedo llegar a ver que es mi misteriosa visitante. Dios, pensaba que jamás la vería de nuevo y allí está más exuberante que la última vez que la vi, hace casi un mes en una noche muy calurosa y apasionada. Mis palabras no salen de mi boca, y eso que está de par en par, me tiene como hipnotizado o aletargado, por ese haz de luz que rodea su cuerpo, el cuerpo. No hay necesidad de hablar su mirada, una sola mirada dice mucho más que un océano lleno de palabras, me aprieta contra ella y, como si fuera un simple muñeco, me besa y lleva como ella quiere, soy suyo, eso es inevitable, tanto como el inevitable y ardiente deseo de hacerle el amor como jamás lo había hecho antes con nadie. Mis labios vuelven a ser turistas de un cuerpo lleno de maravillas arquitectónicas, sus curvas y rectas son catalogadas como monumentos y yo tengo un bono especial para hacer un tour por todos los rincones prohibidos e inexplorados de su cuerpo. Me quiero sumergir en su templo, quiero que el néctar de su interior me recubra y me pueda sentir gozoso de estar en el séptimo cielo. Allí, donde el hombre más salvaje y duro se transforma en nada, y el más bondadoso llega a ser un pícaro más listo que la propia hambre. No quiero que esto acabe, sigo sin saber realmente si es parte de mi imaginación o es que la desesperación me sigue jugando una mala pasada, pero esto a quien le importa, si aquí estoy completo y no necesito nada más en la vida, simplemente a ella y a su elixir que me da vida y me alivia el sufrimiento… Volveré una y otra vez a ser presa de mis instintos más básicos, seré su volcán y me hundiré en ella, tantas veces como ella me lo pida y desee, aunque no llegue a escuchar jamás el sonido de su voz, de su boca no sale ni una palabra, pero para un buen entendedor eso es suficiente. Me vuelve a mirar a los ojos y es muy curioso, porque no sé quién es, pero parece que jamás podría saberlo, miro a su cara y sus labios jugosos, sus ojazos verdes y ese pelo largo del color del mismo trigo, pero no llego a completar su rostro y, una vez más, la incertidumbre me crea un vacío en mi interior, un pequeño estado de soledad, que se queda aquí, nuevamente, grabada a fuego…. BY Oscar Oliver Cervera
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 17:47:53 +0000

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