HAITÍ, BENKOS Y SUS ENSEÑANZAS DESCOLONIALES. La tierra de - TopicsExpress



          

HAITÍ, BENKOS Y SUS ENSEÑANZAS DESCOLONIALES. La tierra de los Irokos florecidos Por Antonio Prada Fortul. Haití es un estado insular en las Antillas, isla de exuberante vegetación, colorida, rica en frutales, café, algodón, tabaco, maíz, caña, manganeso, tungsteno, arroz, hierro, cobre, guano, pesca artesanal, lugares de una hermosura embrujadora, mares de un cristalino rayano en la cautivante diafanidad azulosa de la nada, tierra pletórica de danzas ancestrales, música alegre y ritual acompañada de un atractivo hechizante y misterioso que invita a quedarse. Fue el hábitat sagrado de los taínos, caribes, lucayos y ciguayos, quienes enfrentaron al invasor europeo de “olor ofensivo cuyo vaho marchitaba las flores”, como llamaron los taínos a los colonialistas. Ocupa Haití, el paradisíaco rincón del Gran Caribe, hermoso y fascinante lugar, la parte occidental de la Isla la Española compartida con la República Dominicana. Es la segunda isla en extensión de las Grandes Antillas, está separada de Cuba por el Canal del Viento por el oeste y de Puerto Rico al Este por el Canal de la Mona. Es esta tierra de nuestros hermanos y ancestros, un País encantador. Haití es una de las naciones que cuenta con una fascinante historia de luchas reivindicativas que al final de todos esos procesos gloriosos y libertarios de los africanos esclavizados, se erigió en el continente como el primer pueblo libre de opresión imperialista, como los triunfadores sobre la primera colonia europea de ultramar que logró sacudirse del yugo opresivo de los franceses La lucha la inició el inolvidable Macandal, guerrero africano oriundo de Guinea y esclavizado Cimarrón, quién permeado por el ejemplo libertario del rey Benkos Biohó, atacó las diferentes plantaciones de los colonialistas con éxito relativo. Al ser capturado por las tropas francesas lo condenaron, a morir en la hoguera. El imaginario colectivo, la tradición oral y la mayoría de los sacerdotes vuduistas, narran en sus tenidas debajo del árbol sagrado, Ceiba (Iroko en yoruba) “que después de haberse calcinado su cuerpo en el fuego, se levantó de las cenizas y su cuerpo del ébano de los montes profundos, se levantó por los aires agorando una vida de infortunio para los franceses”. La lucha fue continuada por Bouckman, un guerrero dahomeyano, quien motivado por su antecesor, por la leyenda del rey Benkos Biohó con sus victorias sobre los españoles en Cartagena de Indias, se fugó de la plantación y comenzó a hostigar a los franceses. El 14 de Octubre de 1.757, Bouckman tomo el juramento de todos sus hombres en Bois Caimán, en un pacto sagrado de sangre, mediante el cual, los africanos de las diferentes etnias en Haití, se aliaban con el propósito de luchar para liberar a todos los esclavizados y expulsar a los franceses de la isla. El movimiento congregó a los practicantes del vudú y ratificaron el juramento con el sacrificio de un cerdo(los africanos sacrificaban animales, no a humanos como los griegos, romanos, celtas y escandinavos). El movimiento reunió a los sacerdotes y practicantes de otras expresiones religiosas como la Religión Yoruba, el Palo Mayimbe, a los criollos ya todo afrodescendiente haitiano comprometido con esa lucha libertaria. El Vudú era el arma ideológica adecuada y convocante esgrimida por los africanos de nación y sus descendientes nacidos en la isla, para combatir el colonialismo galo. Mientras Montesquieu y Robespierre enarbolaban en París el pensamiento racionalista contra el poder absoluto del rey Luis XVI, Haití recurría al paradigma de lucha del rey Benkos Biohó en Cartagena de Indias y a la religión sincrética del Vudú para promover una sociedad libre en el Caribe y en América. El Vudú aumentó las luchas anti–colonialistas en Haití, quienes narran la historia social de esa isla, señalan que el vudú ha sido y es determinante en el momento de repeler cualquier agresión extranjera. “Los nacionalistas Haitianos que se han dedicado a la tarea de rehabilitar el vudú, le atribuyen una influencia decisiva sobre los hombres que han conquistado la independencia de su patria. Aunque resulta difícil probar esta opinión, sin duda no se han equivocado al creer que los cultos africanos han representado un elemento de conexión y que las exhortaciones de los sacerdotes vudú han debido inflamar la valentía de los soldados negros” Alfred Metraux, Editorial Sur, Buenos Aires 1.963 Pág. 32 A la muerte del inolvidable Macandal, tomó el mando François Dominique Touissant inspirado como sus antecesores en la épica gesta emancipadora del gran Benkos Biohó. Mientras estuvo esclavizado, Louverture aprendió la botánica con los sacerdotes y médicos africanos de la isla y aprendió a curar con plantas medicinales, de ahí su apodo “Doctor Feuilles”. Después de lograr emancipar la isla, Francia le negó el reconocimiento y para acabar con la revuelta, Napoleón envió su cuñado el general Leclerc sofocar el levantamiento de los gloriosos guerreros africanos, acompañado por más de 42.000 soldados y con un gran escuadrón de barcos, esa fuerza militar fue enfrentada por Louverture; sin embargo la astucia y diplomacia de Leclerc lo hizo capitular con engaños y después de capturarlo, lo enviaron a Francia donde murió de hambre y sed en el Fuerte Joux el 7 de Abril de 1.803. La lucha iniciada por los guerreros nativos de la familia caribe, Coutubanama, Guarionex, Anacausa, por los bravos guerreros oriundos de el Africa occidental, Macandal, Bouckman, Oge y Louverture, fue retomada por el caudillo oriundo tambien de la tierra de los dahomeyanos y practicante de la religión vudú, Jean Jacques Dessalines, el cual condujo a su pueblo con Henry Cristophe, a la liberación definitiva del yugo francés. La batalla final se produjo el 18 de Noviembre de 1.803, cuando el general Rochembeau, sucesor de Leclerc (quién murió víctima de un Trabajo vudú en 1.802), claudicó ante el poderío bélico, el valor de los africanos de nación y sus descendientes y abandonó la isla “con el rabo entre las piernas”. Las cuentas del general Pamphile De Lacroix uno de los oficiales superiores de la armada expedicionaria francesa, indican con números precisos que los galos perdieron en esa guerra mas de 50.000 hombres. ¡América está en deuda con Haití! Mas de 700 soldados haitianos, en su mayoría africanos de nación, combatieron bajo el mando de generales franceses en suelo norteamericano, para ayudarlos en sus luchas libertarias, centenares de haitianos quedaron para siempre tendidos en esos escenarios de lucha, defendiendo la libertad de estas gentes que no han agradecido el valioso aporte. Estos bravos soldados haitianos, participaron activa y valientemente en el derrumbe de la fortaleza inglesa en Savannah, Georgia. Esta es una historia que ocultan en los EE. UU. El mariscal Alexandre Petión le facilitó al Gran Libertador de América, Simón Bolivar después de pertrechos, dinero y armas, 350 soldados de diferentes etnias africanas para que lo ayudaran en la lucha emancipadora. Bolivar nuestro inmenso e inolvidable libertador, con su verbo invicto, alado y contundente se refirió así a estos bravos guerreros:”Me recibió en mi doloroso exilio, la hospitalaria isla de Haití. El magnánimo Presidente Petión, mi hermano, me concedió su protección y bajo sus auspicios preparé una expedición que contaba 350 hombres que en valentía, patriotismo y virtudes, igualaban a los compañeros de Leonidas” Tadeusz Lepkowsky. El gobierno de Alexandre Petion (1.807 – 1.818) Haití, Vol.1 Pág 227. Los haitianos sobrevivientes a esa lucha, se quedaron para siempre atraídos por la calidez, costumbres, el exuberante paisaje y la belleza de las mujeres, en varios puntos del Caribe colombo venezolano, sus descendientes son los Leclerc, afont, Fortul, Royet, Solá, Leotteau, Agresott, Macott, Lepesqueur etc. Después de una serie de gobiernos dictatoriales en esa y amada isla, los EE. UU, en una misión de paz y amistad compuesta por 20 acorazados, 17 cruceros y 9.000 soldados, ocupó la isla desde el año 1.915, hasta 1.934 cuando retiró la mitad de sus hombres, al asumir el poder el dictador François Duvalier, se firmaron tratados (no revisables) con empresas norteamericanas para la explotación del café, algodón, tabaco, maíz, caña de azúcar, frutales varios (pulpa de mango, guayaba y papaya), manganeso, tungsteno además de la posesión de derechos ilimitados a las zonas de pesca hasta el año 2.199, es decir, “solo” dentro de 189 años, recuperará Haití su independencia económica. Mientras tanto sigue reinando la miseria en ese País hermano y todavía algunos se preguntan: ¿Qué pasa en Haití? Hoy, la naturaleza se ha enseñado con esa Nación de nuestros mayores. La condición de nuestros gobiernos, altiplanarios y mediterráneos, no dimensionan la tragedia de este pueblo tan cercano a nuestros afectos mas distinguidos y a pesar del doloroso cuadro de muerte y desolación, la solidaridad de nuestro País ha sido nula. La verdad señoras y señores, es que Haití Duele, duele mucho. Por: Antonio Prada Fortoul Haití en la historia MARTA ROJAS PECARÍAMOS DE simples, o de esquemáticos si decimos nada más que Haití fue la primera república negra. Habría que agregar, en primer lugar, que fue realizada tras cruentos empujes, de seres que eran esclavos la noche anterior al día tal de 1791. Tendría que decirse de Haití que fue también la primera república independiente de América del Sur del Río Grande, con la sola excepción del proceso independentista de las Trece Colonias del Norte, con características muy diferentes, sobre todo porque allí ni se intentó siquiera emancipar a los esclavos mientras que en Haití, por vez primera, se produce ese hecho supremo de dignidad del hombre y los negros inauguran en el planeta, con responsabilidad e inteligencia, el Gobierno de una república. No se trataba de una tribu más o menos importante, sino de un complejo país que despertó siempre la codicia de potencias europeas: España, Inglaterra, y era colonia francesa, de una Francia en el penáculo de la gloria. Ya vemos que Haití no era una tribu, sino una colonia francesa, próspera, rica. Se pensará en Abisinia, pero Abisinia no era una república liberal y Haití representaba lo más avanzado en política y forma de gobierno en tanto pretendía proyectarse y de hecho lo hacía como el estreno francés que venía conmoviendo al mundo con su gran Revolución burguesa que en París, en Lyon o en cualquiera otra parte del país, decapitaba a los señores de la nobleza. Por otra parte Haití, en la persona del preclaro Toussaint L’Ouverture le disputaría a Napoleón Bonaparte, el Cónsul omnipotente, las glorias de un momento crucial, en el meridiano americano. Napoleón en verdad no pudo resistir la fuerza y el poder real de Toussaint y cuando ya todo estaba hecho lo mandó a apresar. Bonaparte necesitó a 60 000 veteranos probados en el Nilo, el Rhin y los Alpes (a quienes de paso quería ver lejos de París), y una flota compuesta de 21 fragatas y 36 buques de guerra con lo mejor de la marinería francesa a bordo para reducir, ablandando el campo con una tenebrosa traición, la elevada posición de Toussaint L’Ouverture, conductor de la independencia haitiana. En una biografía de Toussaint a la cual nos referiremos se lee: "El océano se cubrió de buques para castigar a un esclavo contumaz. La magnitud del equipo de Toussaint". La expedición punitiva estaba comandada por el general Leclerc, hermano político de Bonaparte como marido de Paulina quien lo acompañó a Haití. REBELDÍAS Cuando la advocación del bicentenario de la Independencia de nuestro continente se convierte en noticia cotidiana, aumenta la motivación por el conocimiento de la dramática historia de la conquista y colonización genocidas, y también de la ininterrumpida lucha por la libertad en América, pero la bibliografía sobre Haití, que la antecedió, es inmensa. Tomemos solo dos libros si queremos encontrar con rapidez la semilla y ver crecer impetuoso el árbol de la independencia y echar ramas: obra cumbre diseñada y ejecutada por Toussaint y bajo su mando. L’Ouverture quien en la rebelión conocida por el Juramento de Bois Caimán (1791), se inicia en funciones de conductor de los hombres autoliberados, para llegar a ser el arquetipo, el jefe idóneo y el ídolo de su pueblo negro, era un criollo, hijo de esclavos; esclavo él también, nacido en Saint-Domingue. Era excepcional, de su estrategia de combate, de sus condiciones de estadista, de su moral hogareña y sus profundos sentimientos cristianos dicen mucho sus biógrafos. Los dos libros de referencia son: la Biografía de Toussaint L’Ouverturetraducida por uno de los más ilustres y cultos patriotas e intelectuales cubanos, el mulato Martín Morúa Delgado. Esta biografía extraordinaria se identifica mucho más por su traductor al castellano (1892), Morúa Delgado, en su exilio de Key West, que por su autor John R. Beard. El otro libro es la compilación Ensayos, de Alejo Carpentier, donde aparece una observación inédita desde el punto de vista filosófico y político, hasta entonces, sobre la significación del vocablo y el hecho de la independencia a partir del mazazo haitiano. En Ensayos se recoge una conferencia sobre el Caribe, de singular erudición improvisada por Carpentier en La Habana, ante las pantallas de la televisión el 19 de julio de 1979, en ocasión de un Carifiesta. Se sabe que el novelista adoptó el tema haitiano desde antes de publicar El reino de este mundo, pero aquí ofreció el siguiente concepto de independencia. "Es curioso que con el Juramento de Bois Caimán (14 de agosto de 1791) nace el verdadero concepto de independencia. Es decir, que al concepto de colonización traído por los españoles a Santo Domingo en la misma tierra se une el concepto de descolonización, o sea, el comienzo de las guerras de independencia, de descolonización, las guerras anticoloniales que habrán de prolongarse hasta nuestros días. "Me explico: cuando tomamos la gran Enciclopedia, la famosa enciclopedia redactada por Voltaire, Diderot, Rosseau, D’Alembert a mediados del siglo XVIII en Francia y cuyas ideas tanta influencia tuvieron sobre los caudillos de nuestras guerras de independencia, nos encontramos que, en esa gran Enciclopedia, el concepto de independencia tiene un valor todavía meramente filosófico. Se dice independencia, sí, independencia del hombre frente al concepto de Dios, frente al concepto de monarquía, el libre albedrío, hasta qué punto llega la libertad individual del hombre, pero no se habla de independencia política. En cambio, lo que reclamaban los negros en Haití precursores en esto de todas nuestras guerras de independencia era la independencia política, la emancipación total." Y, sobre las Trece Colonias del Norte dice. "A nadie le entró en la cabeza que pudiera haber una emancipación de esclavos, para llegar a esa emancipación de esclavos habrá que esperar a la Guerra de Secesión. Es decir, que en los Estados Unidos se siguió como antes, después de la proclamación de la independencia, después de Jefferson, después de Jorge Washington". ADELANTADOS REBELDES En Haití se inaugura la rebeldía de los esclavos en el siglo XVII (1678) con Padrejean en Port-de-Paix y en forma apenas interrumpida sino por lapsos cortos, continuaron produciéndose. Como ejemplos la de Francois Mackandal que se convierte en cimarrón (1751),cuando Toussaint tenía apenas ocho años de edad, y otro hito notable fue la rebelión de Oge y Chavannes en Saint-Domingue (1790), hasta la condena y macabra ejecución de ambos un año después. Este hecho se denomina la rebelión de los mulatos. Entonces el gran comienzo: Bouckman en Bois Caimán, a quien se unirá L’Ouverture de inmediato. El esclavo de 43 años de edad solo conoce algunas letras y los preceptos religiosos católicos aprendidos en la hacienda de un amo a quien él, años después, como General en Jefe de Haití, llamó de regreso a la isla y el antiguo amo regresó de Estados Unidos hacia donde había emigrado. "Eminente negro", lo llama el biógrafo traducido por Martín Morúa Delgado, quien también dirá que: "L’Ouverture, estimado por los españoles, temido por los ingleses, objeto de terror por los franceses, odiado por los plantadores, y reverenciado por los negros (la mayoría casi absoluta), sintió que su vida pública experimentaba una crisis que requería la más prudente consideración, el más profundo y sosegado juicio. Sus hazañas, su influencia personal, y la condición de los partidos contendientes, como convergía a mostrarle abiertas las puertas de la Libertad, si tenía el talento y la superioridad de elegir el verdadero paso". No hay duda que tras encarnizadas batallas, prejuicios y traiciones, incluyendo la guerra civil, logró Toussaint lo que parecía imposible en aquella época. La reacción de Napoleón y la ulterior muerte de L’Ouverture en prisión en Fort Joux, Francia, subrayan todavía más la grandeza de la epopeya haitiana. Y qué cosas tiene la vida. Ahora el terremoto lo derribó todo en Puerto Príncipe, menos la estatua de Toussaint L’Ouverture, que sigue de pie como un mensaje de aliento en medio del dolor.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 13:42:08 +0000

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