HOY: YO SOY JUAN Un hombre entra a una sala repleta que lo - TopicsExpress



          

HOY: YO SOY JUAN Un hombre entra a una sala repleta que lo recibe con aplausos. Él, muy humildemente, los devuelve. Cerca de una hora después, el mismo hombre se retira. Esta vez, su público, emocionado, lo aplaude de pie. Él, también lo está. Responde el gesto. Agradece. Y, lentamente, como quien tiene 83, deja el salón. Por Lucas Varín HOY: YO SOY JUAN Un hombre entra a una sala repleta que lo recibe con aplausos. Él, muy humildemente, los devuelve. Cerca de una hora después, el mismo hombre se retira. Esta vez, su público, emocionado, lo aplaude de pie. Él, también lo está. Responde el gesto. Agradece. Y, lentamente, como quien tiene 83, deja el salón. Por Lucas Varín 02-09-2013 Este hombre es poeta. En realidad, es muchas cosas. Pero por el momento será sólo un poeta. Y este poeta, tiene una historia. Con su pluma defendió sus ideales. Pero, fundamentalmente, les puso el cuerpo (IX "El exilio del goce, las potencias sin orden del espíritu, espejos de la filosofía inventada. Vale la pena dar la vida por un gorjeo de canario con fresco olor y nadie que lo ensucie")*. Y se tuvo que exiliar en 1975, cuando, como a miles, se lo persiguió por su ideología comunista. Su misión en el exterior, a pedido de Montoneros, organización que integró desde 1973, fue difundir y concientizar sobre lo que estaba aconteciendo en Argentina. Además de ampliar las relaciones públicas y políticas. Ante su historia trágica, con hijos desaparecidos durante la última Dictadura Militar, con su nieta nacida en cautiverio y a la que pudo conocer tiempo después, nunca se rindió. Sus visitas a la Argentina son esporádicas, pero, Hoy, volvió. Y fue él mismo quien le pidió permiso a Jorge Luís para utilizar su sala en la Biblioteca Nacional y presentar su nuevo libro. Este hombre, además de ser un poeta es periodista y escritor. Y, además de tener su historia, tiene un nombre: Juan. Sencillo, como lo que él aparenta mientras devuelve los aplausos que emocionado recibe. "Gracias por aguantarme", dice, con la misma voz, suave, profunda, sincera y segura con la que, minutos antes, leyó versos de su propia autoría. "¿Y si la poesía fuera un olvido del perro que te mordió la sangre/ una delicia falsa/ una fuga en mí mayor/ un invento de lo que nunca se podrá decir? ¿Y si fuera la negación de la calle/ la bosta de un caballo/ el suicidio de los ojos agudos? ¿Y si fuera lo que es en cualquier parte y nunca avisa? ¿Y si fuera?". Quien pregunta es Juan, en el último poema de su libro. Quien responde… nadie. HOY: YO SOY JUAN Un hombre entra a una sala repleta que lo recibe con aplausos. Él, muy humildemente, los devuelve. Cerca de una hora después, el mismo hombre se retira. Esta vez, su público, emocionado, lo aplaude de pie. Él, también lo está. Responde el gesto. Agradece. Y, lentamente, como quien tiene 83, deja el salón. Por Lucas Varín 02-09-2013 Este hombre es poeta. En realidad, es muchas cosas. Pero por el momento será sólo un poeta. Y este poeta, tiene una historia. Con su pluma defendió sus ideales. Pero, fundamentalmente, les puso el cuerpo (IX "El exilio del goce, las potencias sin orden del espíritu, espejos de la filosofía inventada. Vale la pena dar la vida por un gorjeo de canario con fresco olor y nadie que lo ensucie")*. Y se tuvo que exiliar en 1975, cuando, como a miles, se lo persiguió por su ideología comunista. Su misión en el exterior, a pedido de Montoneros, organización que integró desde 1973, fue difundir y concientizar sobre lo que estaba aconteciendo en Argentina. Además de ampliar las relaciones públicas y políticas. Ante su historia trágica, con hijos desaparecidos durante la última Dictadura Militar, con su nieta nacida en cautiverio y a la que pudo conocer tiempo después, nunca se rindió. Sus visitas a la Argentina son esporádicas, pero, Hoy, volvió. Y fue él mismo quien le pidió permiso a Jorge Luís para utilizar su sala en la Biblioteca Nacional y presentar su nuevo libro. Este hombre, además de ser un poeta es periodista y escritor. Y, además de tener su historia, tiene un nombre: Juan. Sencillo, como lo que él aparenta mientras devuelve los aplausos que emocionado recibe. "Gracias por aguantarme", dice, con la misma voz, suave, profunda, sincera y segura con la que, minutos antes, leyó versos de su propia autoría. "¿Y si la poesía fuera un olvido del perro que te mordió la sangre/ una delicia falsa/ una fuga en mí mayor/ un invento de lo que nunca se podrá decir? ¿Y si fuera la negación de la calle/ la bosta de un caballo/ el suicidio de los ojos agudos? ¿Y si fuera lo que es en cualquier parte y nunca avisa? ¿Y si fuera?". Quien pregunta es Juan, en el último poema de su libro. Quien responde… nadie. Los libros -dice Juan- se escriben solos y la consciencia de los mismos es difícil de apreciar. Los textos de Hoy -completa la contratapa del libro-, escritos después de las sentencias condenatorias a los asesinos y torturadores de Automotores Orletti, el centro clandestino de detención del barrio de Floresta durante la dictadura, progresan en ese territorio colectivo donde la técnica poética se fusiona con la inquietud del presente. Horacio, director de la Biblioteca, fue quien lo presentó. Y como buen fan, su intervención fue corta, para que quien se exprese sea él, Juan. Pero, antes de ceder la palabra y sin ocultar el orgullo por quien tenía a su izquierda, se sinceró: "Este espectáculo cultural va a marcar una noche de nuestras vidas". Y entonces sí, fue el turno de Juan. Recorrió con su lectura parte de su nuevo libro, "Hoy", y también de anteriores. Y emociona. El hombre emociona. Pasa de un poema a otro sin interrupciones. Como si fuera un verso interminable. Pero, a alguien se le escapa un "bravo". Que lo quería gritar, pero no sabía si correspondía. Y la interrupción -que no fue tal- desemboca en aplausos, improvisados, pero, claro, merecidos. Y después, nuevamente silencio: Juan Gelman está recitando.
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 22:33:12 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015