Los Profetas, hombres de fe Los profetas son hombres de fe. - TopicsExpress



          

Los Profetas, hombres de fe Los profetas son hombres de fe. Ellos sintieron fuertemente la llamada de Dios para ser testigos de su amor y de la infidelidad del pueblo. Para cumplir esta difícil misión Dios sólo les pide que tengan confianza en El. Esta es su única arma. Será útil meditar los diálogos entre Dios y algunos profetas en el momento de su llamada. Son vocaciones llenas de exigencia de confianza por parte de Dios, y de miedo de parte del hombre para dejarse arrastrar por la fuerza irresistible del “Yo estaré contigo”. El caso de Moisés se repite de nuevo. Vocación de Gedeón —Anda, y con tu valor salvarás a Israel del poder de Madián. Soy yo quien te envía. Disculpa, Señor, ¿puedo yo salvar a Israel?. Mi familia es la más humilde de mi tribu, y yo soy el último de la familia de mi padre. —Yo estaré contigo, y tú derrotarás al pueblo de Madián, como si fuera un solo hombre. La paz sea contigo. No temas, no morirás (Jue. 6, 14.16.23). Vocación de Jeremías —Antes que Yo te formara en el seno de tu madre, te conocí. Antes que tú nacieras, te consagré y te destiné para profeta entre las naciones. ¡Ah, ah, Señor Dios! Bien ves que yo no sé hablar, pues soy aún un jovencito. —No digas soy un jovencito. Pues donde Yo te envíe irás. Y lo que te mande, lo dirás. No temas nada de ellos, que Yo estaré contigo para salvarte. He puesto mis palabras en tu boca. En este día te doy autoridad sobre los pueblos y las naciones para arrancar, destruir y arrasar, para edificar y plantar. Anda enseguida y predícales todo lo que te mando. No te detengas por temor a ellos. Yo haré que no temas su presencia, pues en este día te constituyo como ciudad fortificada, y como una columna de hierro y un muro de bronce. Ellos lucharán contra ti, pero te vencerán, pues Yo estoy contigo para salvarte (Jer. 1, 5-19). Vocación de Ezequiel —Te envío a los hijos de Israel, a un pueblo de rebeldes, revelados contra Mí. Escuchen o no, sabrán que en medio de ellos se encuentra un profeta (Ez. 2, 3-5). La gente de Israel no querrá escucharte, porque no quieren escucharme a Mí; pues son de cabeza dura y de corazón testarudo. Por eso te voy a dar un rostro duro como el suyo y una frente dura como la suya. Son una raza de rebeldes, pero no los temas, ni tiembles ante ellos (Ez. 3, 7-9). Vocación de Isaías —¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, Dios de los ejércitos. Entonces voló hacia mí uno de los ángeles. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. Tocó con él mi boca, y dijo: —Mira, esto ha tocado tus labios: tu falta ha sido perdonada y tu pecado borrado. Y oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? —Aquí me tienes, mándame a mí. —Ve y háblale a este pueblo (Is. 6, 5-9). Vocación de Daniel Al contemplar la visión me quedé sin fuerzas. Se me desfiguró la cara y quedé absolutamente sin vigor. Oí el sonido de sus palabras, y al oírlo caí desvanecido, rostro en tierra. En esto una mano me tocó, haciéndome temblar las rodillas y las manos, y me dijo: —Daniel, hombre amado de Dios, presta atención a las palabras que voy a decirte, e incorpórate… No temas, porque desde el día en que te dedicaste a comprender y humillarte de corazón delante de Dios fueron oídas tus palabras. Y he venido a decirte lo que ocurrirá a tu pueblo en los tiempos venideros. —Señor mío, ante esta visión me invade la angustia, y ya no tengo fuerzas. ¿Cómo podría hablar con mi Señor cuando me faltan las fuerzas y no me queda ni aliento?. —Mientras me hablaba me sentía reanimado, y dije: —Hable mi Señor, ahora que me he confortado. —¿Sabes para qué vine donde ti?. Porque voy a revelarte lo que está escrito en el Libro de la Verdad (Dan. 10, 8-21).
Posted on: Thu, 21 Nov 2013 16:20:45 +0000

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