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Noticias: #Perfiles, #Alximia, #ÁlvaroÁlvarez, #ValleDeGuadalupe, #VinoMexicano, #BajaCaliforniaTaste. Álvaro Álvarez Alquimista del vino mexicano. Por: Tomás Arellano Julio-Agosto 2013. Cuando imagino a una persona relacionada al mundo del vino, mucho más tratándose de un productor, la última imagen que me pasa por la cabeza es la de un científico. Hay algo en el mundo del vino que siempre le ha otorgado atractivo y que despierta una pasión aparte, y es la subjetividad detrás de la apreciación de una botella de vino. Por este motivo, cuando descubro que Álvaro Álvarez, enólogo responsable de uno de los proyectos enológicos mexicanos que más aprecio ha ganado en el último par de años, es un científico aplicado a las matemáticas, mi primer pregunta sale de manera inmediata. -¿Cómo logras separar en tu cabeza lo objetivo de las matemáticas de lo subjetivo del vino? - En realidad, ni el vino es tan subjetivo, ni las matemáticas tan objetivas. Para la creación de las matemáticas partes de ideas, de pensamientos subjetivos para después validarlos y presentarlos de forma objetiva; para crear un vino, si bien es cierto que hay una parte creativa, acabas tomando decisiones sobre cosas medibles, grados, temperatura, etc., es un poco como seguir una receta, el resultado es lo único subjetivo. Álvaro creció en Ensenada, en medio de una familia dedicada casi en su totalidad a la ciencia y la docencia. Estudió Física en la Universidad Autónoma de Baja California, y posteriormente obtendría los grados de maestro y doctor en Matemáticas en los Estados Unidos. Aunque nunca ha dejado de ejercer su profesión, hace algunos años se dejó atrapar por la pasión que ha tanta gente ha contagiado en esa tierra. -¿Cómo entraste al mundo del vino? - Después de regresar del doctorado empecé a producir cerveza de manera artesanal, era algo que hacía desde hace muchos años y que decidí retomar. La presenté en uno de los guateques del vino en 2003 y afortunadamente les gustó, así que me siguieron invitando. Ahí me di cuenta que mucha gente estaba haciendo vino, y que poco a poco empezaba a tomar forma una industria; aunque aún en ese entonces, más que una industria, era el hobby de muchos. Álvaro se incorporó a la famosa Escuelita de Hugo D’Acosta en 2005. Su familia había adquirido unos años antes una propiedad en el Valle, en la cual decidieron plantar un pequeño viñedo. Después de tres años de pequeñas producciones en La Escuelita, Álvaro decide embarcarse junto con su familia en un proyecto formal e independiente, estableciendo en 2008 la vinícola AlXimia. -¿Qué buscas con AlXimia y de dónde proviene el nombre? - Desde el principio buscamos hacer las cosas de un modo diferente, tratamos de mejorar la calidad de lo que existe pero manteniendo un precio accesible. Somos una familia de científicos; en la edad media los científicos eran los alquimistas, que lo que hacían era buscar y transformar, desde lo químico y lo físico, hasta lo místico y lo divino; era una búsqueda constante para mejorar. Nosotros decimos que sólo competimos contra nosotros mismos y lo tratamos de expresar de esa manera. En ese mismo año decidió estudiar la especialidad en enología de la UABC, aprovechando además la buena relación que su familia tenía desde antes con gente como Víctor Torres, Hans Backhoff, Antonio Badán y algunos otros de los enólogos pioneros de Ensenada. Al igual que ellos, Álvaro descubrió pronto la bondad que ofrece la industria mexicana al no existir limitantes para la creación de un vino. - ¿Crees que el vino mexicano se pueda comparar con el de otros países? - No pienso que vayamos a lograr algo parecido a otros países, estamos experimentado para encontrar una identidad propia. En cada cosecha vas descubriendo cosas diferentes. Yo he trabajado con Merlot, y decidí no hacerlo más; trabajé con Barbera, y lo sigo haciendo porque, al igual que otros varietales italianos, ofrecen una buena acidez. Además está la Petit Verdot, la cual se ha adaptado muy bien a Ensenada, y que aporta deliciosos aromas florales y herbáceos a los vinos, sin ese amargor típico que muestra en otros países. Pero la famosa libertad del vino mexicano no siempre juega a favor. La falta de regulación, y por lo tanto de controles de calidad, han provocado que existan algunos exponentes poco serios de la vinicultura nacional. Álvaro lo sabe, sin embargo se siente cómodo y confía en que eventualmente sólo prevalecerán aquellos que hacen las cosas de la mejor manera. -¿Se deben formar denominaciones de origen en México? -Yo considero que no. Espero que nos permitamos como industria la libertad de tener conceptos e ideas nuevas, sin limitar varietales o extensiones geográficas. Más que denominaciones de origen, creo que debemos regular la calidad, definir ciertos criterios de calidad (higiénicos, bacteriológicos, PHs, etc.). O al menos invitar a los productores a informar al consumidor como se elaboró el vino y de donde proviene. - ¿Consideras que el sector vinícola en México ya es una industria seria? - Definitivamente. Se puede ver como ha mejorado la calidad de vida de mucha gente en los diferentes valles; se están generando muchos empleos y hay gente que se está preparando para poder trabajar tanto en el campo como en la bodega. Y eso es sólo el principio, además está la comercialización y el enoturismo. Se está creando una infraestructura seria alrededor del vino que está aportando mucho a Ensenada. Las palabras de Álvaro adquieren más validez cuando se conoce la bodega de AlXimia. Pese a que aún es un proyecto por terminar, la impresión que genera es la de una empresa seria. El proyecto arquitectónico está diseñado para hacer más eficiente el proceso enológico en cada etapa, sin dejar de lado a los turistas y aficionados, quienes podemos apreciar paso a paso este proceso, y soñar con los vinos que reposan en la cava y la sala de barricas, esperando pacientes el momento óptimo para salir al mercado. En AlXimia se producen tres líneas de vinos. Helios, la primera, está formada por un vino blanco y un rosado; este último producido con Garnacha, uva tinta vinificada como vino blanco, y un poco de Syrah vinificado como tinto que le aporta el color. La segunda es la línea Elemental, con cuatro mezclas tintas que cambian cada año, en las que destaca el uso de cepas como la Petit Verdot, Barbera, Garnacha, Zinfandel y Tempranillo. Finalmente está la línea Premium, formada por dos extraordinarios vinos: Magma y Pira, ambos sumamente elegantes, con destacada potencia frutal en gran balance con la madera, de agradable paso por boca y final memorable. Los vinos de Alximia son el tipo de vinos que, junto con muchos otros, han provocado que cada vez más gente se incliné hacia lo hecho en México. Aunque sigue siendo una tarea difícil competir por precio contra muchos vinos importados, Álvaro apuesta por la calidad y la originalidad. “No creo que estemos inventando el hilo negro, pero eso no quita el que se estén haciendo cosas muy interesantes. No me refiero sólo a mí, sino a muchos productores de todo México… Si compras vino mexicano, estás apoyando a mexicanos; como se dice frecuentemente: piensa global, actúa local”. Fuente: Wine Heart Magazine wineheart.mx/perfiles/alvaro.php Etiquetas: Alximia, vino elemental, auténtico, místico: bajacaliforniano.
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 18:29:22 +0000

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