Padres y madres, tenéis una obra solemne que realizar. La - TopicsExpress



          

Padres y madres, tenéis una obra solemne que realizar. La salvación eterna de vuestros hijos depende de vuestra conducta. ¿Cómo educaréis con éxito a vuestros hijos? No reprendiéndolos, porque no hará ningún bien. Hablad a vuestros hijos como si tuvierais confianza en su inteligencia. Tratadlos con bondad, ternura y amor. Decidles lo que Dios espera que hagan. Decidles que Dios desea que se eduquen y se preparen para ser obreros con él. Cuando hagáis vuestra parte, podéis confiar que el Señor hará su parte (Manuscrito 33, 1909). Dedicad tiempo a razonar. Cada madre debería dedicar tiempo para razonar con sus hijos, para corregir 32 sus errores, y enseñarles pacientemente la conducta correcta (Testimonies, tomo 1, pág. 390). Cambiad los métodos de instrucción. En la educación de los jóvenes, debe ejercerse el mayor cuidado y variar la instrucción, a fin de poner a contribución las altas y nobles facultades de la mente. . . Son pocos los que comprenden las necesidades esenciales de la mente, y cómo se ha de dirigir, el intelecto que se desarrolla, los crecientes pensamientos y sentimientos de la juventud (Consejos para los Maestros, pág. 59). Enseñad las primeras lecciones al aire libre. Madres, dejad a los pequeñuelos jugar al aire libre; dejadlos escuchar los cantos de las aves, y aprender del amor de Dios según se expresa en sus hermosas obras. Enseñadles lecciones sencillas del libro de la naturaleza y de las cosas que los rodean; y a medida que sus mentes se expandan podrán añadirse las lecciones de los libros, y grabarse firmemente en su memoria (Id., pág. 112). Por otra razón, el cultivo del suelo es un buen trabajo para los niños y jóvenes. Los pone en contacto directo con la naturaleza y el Dios de ella. Y para que tengan esta ventaja, debe haber, en cuanto sea posible, en relación con nuestras escuelas, grandes jardines y extensos terrenos para el cultivo. Una educación recibida en tal ambiente está de acuerdo con las indicaciones que Dios ha dado para la instrucción de los jóvenes. . . Será especialmente valioso para los niños y los jóvenes nerviosos que hallan agotadoras y difíciles de recordar las lecciones de los libros. Hay salud y felicidad para ellos en el estudio de la naturaleza; y las impresiones hechas no se desvanecerán de su mente, porque quedarán asociadas con objetos que están continuamente delante de sus ojos (Id., págs. 144, 145). 33 Haced las lecciones cortas e interesantes. Cuando los padres cumplan cabalmente su parte, presentando línea sobre línea y precepto sobre precepto, haciendo sus lecciones cortas e interesantes, y enseñando no sólo por precepto sino también por ejemplo, el Señor colaborará con sus esfuerzos y los convertirá en maestros eficientes (Signs of the Times. 13-8-1896). "Decidlo con sencillez; decidlo con frecuencia". Los que instruyen a los niños deberían evitar observaciones tediosas. Las observaciones cortas y al punto tendrán una feliz influencia. Si debe decirse mucho, dígaselo brevemente pero con frecuencia. Unas pocas palabras interesantes, una vez y otra, serán de más beneficio que decirlas todas de una sola vez. Los discursos largos recargan la mente de capacidad reducida de los niños. El exceso de conversación los llevará a detestar aun la instrucción espiritual, del mismo modo como el comer en exceso recarga el estómago y debilita el apetito, conduciendo a rechazar el alimento. Las mentes de la gente pueden llegar a saturarse con demasiadas peroratas (Testimonies, tomo 2, pág. 420). Estimúlese el pensamiento independiente. De ese modo, al mismo tiempo que los niños y los jóvenes obtienen el conocimiento de los hechos por medio de los maestros y libros de texto, pueden aprender a sacar lecciones y descubrir verdades por sí mismos. Cuando trabajan en el jardín, interrogadles acerca de lo que aprenden del cuidado de sus plantas. Cuando contemplan un paisaje hermoso, preguntadles por qué vistió Dios los campos y los bosques con tonos tan encantadores y variados. ¿Por qué no es todo de un tinte pardo sombrío? Cuando recogen flores, inducidlos a pensar por qué conservó para nosotros la belleza de esos restos del Edén. Enseñadles a notar por todas partes, mediante las 34 evidencias que ofrece la naturaleza, el cuidado de Dios por nosotros, la maravillosa adaptación de todas las cosas a nuestras necesidades y felicidad (La Educación, pág. 115). Diríjase la actividad infantil. Los padres no necesitan pensar que es necesario reprimir la actividad de sus hijos, sino que deben comprender que es esencial guiarlos y prepararlos en las direcciones debidas. Estos impulsos activos son como los zarcillos, que, si no se los orienta, se prenderán de cualquier tronco y rama y se asirán de soportes bajos. Si no se enseña a los vástagos a afirmarse en los soportes debidos, desperdiciarán sus energías sin propósito alguno. Lo mismo acontece con los niños. Sus actividades deben orientarse en la dirección correcta. Dadles a sus manos y mentes actividades que los hagan progresar en realizaciones físicas y mentales (Signs of the Times, 13-8-1896). Enseñadles a ser útiles en una edad temprana. Muy temprano debe enseñarse al niño a ser útil. Tan pronto como su fuerza y su poder de razonar hayan adquirido cierto desarrollo, debe dársele algo que hacer en casa. Hay que animarle a tratar de ayudar a su padre y a su madre; a tener abnegación y dominio propio; a anteponer la felicidad ajena y los intereses del prójimo a los suyos propios, a alentar y ayudar a sus hermanos y a sus compañeros de juegos y a ser bondadoso con los ancianos, los enfermos y los infortunados. Cuanto más compenetre el hogar el verdadero espíritu servicial, tanto más plenamente se desarrollará en la vida de los niños. Así aprenderán a encontrar gozo en servir y sacrificarse por el bien de los demás (El Ministerio de Curación, págs. 311, 312). Padres, ayudad a vuestros hijos a hacer la voluntad de Dios siendo fieles en la realización de los deberes que les corresponden como miembros de la 35 familia. Esto les proporcionará una experiencia de lo más valiosa. Les enseñará que no deben centrar sus pensamientos en sí mismos, ni hacer lo que a ellos les place o divertirse como gustan. Educadlos pacientemente para hacer su parte en el círculo familiar (Review and Herald, 17-11-1896). Formad el carácter mediante pequeñas atenciones repetidas con frecuencia. Padres, al educar a vuestros hijos, estudiad las lecciones que Dios ha dado en la naturaleza. Si queréis cultivar un clavel, o una rosa, o un lirio, ¿cómo lo hacéis? Preguntad al jardinero por medio de qué proceso logra que prosperen gloriosamente toda rama y hoja y se desarrollen con simetría y hermosura. El os dirá que no es mediante un trato rudo ni un esfuerzo violento; porque eso no haría sino romper los delicados tallos. Es por medio de pequeñas atenciones repetidas con frecuencia. Riega el suelo y protege las crecientes plantas del viento impetuoso y del sol abrasador, y Dios las hace prosperar y florecer con hermosura. Al tratar con vuestros hijos, seguid el método del jardinero. Por toques suaves, por un ministerio amante, tratad de moldear su carácter según el carácter de Cristo (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 475).
Posted on: Fri, 09 Aug 2013 13:09:19 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015