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RESUMEN DEL TEMA “PROFUNDIZANDO EN LA ORACIÓN” COMO PARTE DEL CICLO DE CONFERENCIAS “TRABAJADOS Y CARGADOS” EN EL CENTRO DE PERFECCIONAMIENTO PARA LA PROPAGACIÓN DEL EVANGELIO EN ACOLMAN ESTADO DE MÉXICO. MARCOS 15:37. Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. 38 entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. ¿Para qué se rasgó el velo del templo? ¿En qué me afecta a mí el que el velo del templo se rasgara? Cuando Jesús entró al templo y les dijo, mi casa será llamada casa de oración en Mateo 21:13, profetizado ya en Isaías 56:7 y Jeremías 7:11, precisamente era lo que simbolizaba; todo el tabernáculo era un símbolo de qué tanto podemos profundizar en la oración, como se nos declara en Efesios 6:18 con toda súplica en el espíritu, y en Judas 20 pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo. La súplica en el espíritu es la forma de oración más elevada y profunda a la que puede llegar el creyente. Esta fecunda actividad espiritual es una experiencia intensamente grata para el alma. Ella nos introduce al extenso campo de la oración del espíritu. Es por la oración en el espíritu que se nos aclaran misterios, se nos capacita para guerrear, se nos da a conocer la voluntad de Dios, intensificamos la actividad de dones y ministerios, y muchas otras cosas más. El cristiano debería ejercitarse constantemente en ella hasta que obtenga los resultados esperados. La característica dominante de este tiempo es el asedio de la verdadera iglesia por los huracanados vientos de maldad, me refiero a la verdadera para distinguirla de la moda cristiana que impera actualmente; ellos azotan sus muros constantemente procurando su ruina, cosa por demás imposible, ya que Cristo dijo que las puertas del hades no prevalecerían contra ella. La iglesia, como institución divina, nunca será herida de muerte por el maligno, pero qué decir de las diferentes iglesias locales, que en su tiempo les toca dar la forma visible de ese gran cuerpo espiritual. La historia contiene ejemplos verificables de iglesias locales que sucumbieron ante los embates de la mundanalidad, prueba de ello la registra el libro de Apocalipsis 2 y 3. Problemas como la violencia intrafamiliar, los matrimonios a punto de desintegrarse, jóvenes en inmoralidad, hijos rebeldes e insensibles; estos siempre han sido problemas de la sociedad, pero lo preocupante es que ahora se observan con mayor recurrencia en el seno mismo de la institución que fue llamada para ser la custodia y promotora de los valores morales y espirituales; claro está que la biblia contiene las soluciones a los problemas mencionados, pero ¿no sería mejor considerar a la oración en el espíritu como el elemento más eficiente en el descubrimiento de la raíz de estos males que se aferran aquí? La oración en el espíritu es guerra espiritual; en Apocalipsis 1:10 y 4:2 el apóstol Juan declara que él había estado orando en el espíritu; ya fuera que cantara, adorara y/o suplicara, la situación era la misma. Fue esta oración la que trajo respuesta de Dios a la súplica del apóstol, por la condición en que se encontraba la iglesia, puesto que no podríamos pensar que el apóstol no conociera el problema espiritual por el que pasaban las iglesias de la región donde él había estado ministrando poco antes de su exilio. La forma de orar provocó la intervención de Dios trayendo censura, exhortación, advertencia, consuelo, condenas y promesas. También descubrió los planes satánicos para el futuro y aseguró el triunfo final del evangelio. Todo esto, nada más porque un hombre estaba orando en el espíritu. El atrio ¿quién entraba al atrio? Al atrio entraba cualquiera del pueblo que quisiera acercarse a Dios en oración, pero los gentiles no podían entrar por ser considerados inmundos. ¿Qué alumbraba en el atrio? El sol alumbraba el atrio representando las cosas naturales y del mundo, en el atrio estamos en lo natural; por consiguiente, ¿cómo se ora en el atrio? En 1° Samuel 1:12 mientras ella oraba largamente delante de jehová, Elí estaba observando la boca de ella. 13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. 14 Entonces le dijo Elí: ¿hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. 15 Y Ana le respondió diciendo: no, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. 16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. 17 Elí respondió y dijo: ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 18 Y ella dijo: halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. En el atrio me alumbro yo mismo, las cosas naturales; puedo orar conforme lo que veo, siento, pienso; es donde derramamos nuestra alma, exponemos ante Dios nuestros sentimientos y emociones; somos evidenciados totalmente ante él. Al estar en el atrio, uno es iluminado por lo natural y del mundo; Ana demostró tener fe y convicción, al depositar ante Dios todas sus cargas, aflicciones y sentimientos. En el caso de Job, él demostró su sinceridad; en Job 30:16 Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí. 17 La noche taladra mis huesos, y los dolores que me roen no reposan. 18 La violencia deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica. 19 Él me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo y a la ceniza. 20 clamo a ti y no me oyes; me presento y no me atiendes. 21 te has vuelto cruel para mí; con el poder de tu mano me persigues. Definitivamente demostró ser muy sincero al exponer su sentir, lo que había en su corazón. En pocas palabras, derramar nuestra alma significa exponer lo que hay en nuestro corazón, nuestro sentir natural. Cuando hacemos cualquier oración, por simple comunicación con Dios, no estamos en el atrio, sino afuera, ya que no derramamos nuestra alma; por ejemplo, cuando oramos por los alimentos, ahí ante todos y en la mesa no derramamos nuestra alma ¿cierto? El lugar santo ¿quién entraba al lugar santo? Solo los sacerdotes y levitas podían entrar al lugar santo para presentar limpios los utensilios de Dios. En esta parte el incienso representa nuestra oración, nuestra oración ahora es un incienso; y los panes representan la provisión de Dios, tanto material como espiritual. Entonces nos tenemos que presentar con una integridad al lugar santo, porque cómo hemos de esperar que nuestra oración suba delante de él como un incienso, y que Dios provea de lo necesario si no nos hemos reconciliado con él y con nuestro hermano. ¿Qué alumbraba el lugar santo? El candelero; proverbios 20:27 dice, lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón. El candelero es el espíritu del hombre, pero este no es propiamente lo que ilumina, puesto que un candelero solamente es portador de luz, nosotros somos solamente portadores de la luz; entonces quién ilumina realmente, eso lo podremos saber preguntándonos ¿cómo se ora en el lugar santo? 1° corintios 14:14 porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora. 1° corintios 2:11 Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él. 1° corintios 14:2 porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el espíritu habla misterios. Entonces aquí oramos en el espíritu, nuestro espíritu es el que ora y el Espíritu Santo le da voz al espíritu del hombre para expresarse. De nuestro espíritu hablamos pero el Espíritu Santo le ayuda, por así decirlo. Ahora bien, como señalé anteriormente, el candelero, que es nuestro espíritu, no es el que ilumina; el candelero del tabernáculo prendía con aceite, el aceite es símbolo del espíritu santo, entonces, el candelero como espíritu del hombre no ilumina por sí mismo, sino que necesitamos del Espíritu Santo para alumbrar; somos únicamente portadores de su luz admirable, y lo necesitamos para encender nuestro fuego. Cuando hablamos en lenguas nuestro espíritu habla, pero no puede expresarse por sí mismo, tiene que ser a través del Espíritu de Dios. Característicamente, el orar en el espíritu es orar en otras lenguas, celestiales obvio. El primer contacto que los discípulos tuvieron en pentecostés fue lo que hasta entonces era desconocido, oraban en lenguas que el Espíritu les daba que hablasen en hechos 2:4. Es una solicitud divina como veíamos al principio en efesios y Judas; en este aspecto el Espíritu Santo reclama lo que por derecho le pertenece; tu cuerpo, tus facultades, tu persona, para llevar a cabo sus propósitos. La escritura dice: “sois templo del Espíritu Santo”. En ocasiones, el Espíritu prescinde de las lenguas durante la oración, solo para fundir tú espíritu con su abrazador fuego, algo muy similar a la experiencia de la verdadera adoración cuando nos dice que adoremos en espíritu, y así llevarte a la intensísima experiencia de los gemidos indecibles (romanos 8:26-27); con estos gemidos él ora lo que para ti sería imposible decir, porque él ve y comprende tu debilidad e insuficiencia; podemos decir que esta es una oración perfecta, pues él intercede conforme a la voluntad de Dios; y esto nos lleva directamente al lugar santísimo donde se da lugar a la intercesión del Espíritu. ¿Quién entraba al lugar santísimo? Entraba solo el sumo sacerdote, siempre y cuando no estuviera en pecado. ¿Qué los alumbraba en el lugar santísimo? Los alumbrara la misma presencia de Dios EL SHEKINA. ¿Cómo se ora en el lugar santísimo? Ahora sí veamos en romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intensión del espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. El espíritu de Dios intercede por nosotros con gemidos indecibles. La realidad es que nosotros no sabemos cómo pedir, así que Dios corrige nuestra oración a través del Espíritu Santo. Gemir, del griego “stenagmos” que significa gemido o suspiro, comparado con el lamento de una mujer en parto, porque después de eso todo cambia, la escena cambia en el quirófano, así como después del lamento espiritual, todo cambia. Nosotros realmente no sabemos ni podemos orar como conviene, por esto necesitamos de la intercesión del Espíritu Santo. Es un nivel espiritual mayor, donde ya no son solo lenguas, son gemidos, es una experiencia increíble; que no solo puede darse en lo secreto, sino también en la congregación, en cualquier momento y lugar. Este es el momento para el amor espiritual; recuerda que el Espíritu de Dios nos anhela celosamente y desea amarnos con amor eterno. Orar en el Espíritu es participar de sus emociones de forma intensamente personal; por eso él puede levantarte de tu cama a cualquier hora de la madrugada, o pedirte que pospongas tus quehaceres durante el día, con el único propósito de estar contigo y mostrarte su gloria y revelarte sus secretos, cosas grandes y ocultas que aún no conoces. ¿Bastante romántico, no crees? Claro, ponte romántico con Dios; algunos cristianos se quejan de no ser amados por Dios, pero cuando el Espíritu les ha solicitado, ellos permanecen indiferentes; son como la esposa en el libro de cantar de los cantares, en el que el amado llega para dar su amor, pero ella prefiere calentar su cuerpo con lo material, y dejar que su espíritu se congele, antes que esforzarse y atender al llamado de su amado a la oración. Estos cristianos son incapaces de amar a sus semejantes, siempre están llenos de resentimientos y frustraciones. Orar en el Espíritu es saturarse del amor celestial; ten en cuenta que el Espíritu también te ama porque en ti ve a Cristo formándose en tu persona, en ti ve su muerte y resurrección, en ti ve su obra completa. Purifica tu corazón con la confesión y el abandono de cualquier falta, no consientas al pecado en tu corazón, ni trates de ocultarlo o de justificarlo mientras oras, no te equivoques, no serás escuchado, pues Dios no puede ser burlado; como decía el salmista: “si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. Busquemos pues, amado hermano lector, el bautismo del Espíritu Santo practicando la santidad; y si en el pasado recibiste el Espíritu Santo y lo dejaste apagar, arrepiéntete, busca tu avivamiento personal, no quieras buscar los grandes avivamientos colectivos sin antes haber empezado a buscar tu propio avivamiento, empieza por ti. Recuerda que él te dio un tesoro, y no lo has perdido, tómalo, es tuyo, comienza ya. Hoy tienes este gran reto delante; las necesidades de la iglesia, del mundo y de ti mismo están reclamando que te levantes y entres en acción de la oración en el Espíritu. EXPUESTO Y RESUMIDO POR: LUIS MANUEL MARTINEZ CASTILLO.
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 04:32:29 +0000

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