Renunciar a los falsos dioses ¿Sabe cuál fue una tarea fundamental de los creyentes en la Biblia? Renunciar a los falsos dioses. Abraham tuvo que dejar su país y su parentela, así como a los ídolos a los cuales servía (Génesis 12:1-3; Josué 24:2). Dios dio este mandamiento a Moisés: “Yo soy el Señor tu Dios… No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:2-3). Efectivamente, la tentación de la idolatría es constante en la historia de los pueblos. Erigieron estatuas, ídolos para adorar, a partir de todo lo que les parecía tener un poder: elementos naturales, astros, animales, ciertos héroes reales o imaginarios. Hoy nos inclinamos ante el dinero, el poder, las estrellas del deporte, es decir, los ídolos del mundo moderno. El ídolo, objeto de nuestra codicia, a menudo es exterior y visible, pero al «yo» también le encanta tomar ese lugar central para excluir a Dios. Por el contrario, la fe confía en un Dios a quien ella no ve, porque “Dios es Espíritu” (Juan 4:24). La fe renuncia a querer representarse a Dios, y recibe su Palabra. Tomás no quiso creer que Jesús había resucitado, hasta que lo vio. “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”, le dijo Jesús (Juan 20:29). Usted puede experimentar esa felicidad a partir de ahora mismo, estar en paz con Dios y tener la seguridad de poseer, en Su casa, un lugar con Jesús en el cielo.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 23:52:00 +0000
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