Roberto un Lorito Inteligente. Por Gloria Hidalgo B. Laroye - TopicsExpress



          

Roberto un Lorito Inteligente. Por Gloria Hidalgo B. Laroye sube, sube, sube en la mata de coco tratando de bajar a su loro Roberto que se escapó, huyendo de un perro bravo que se lo quería comer, - Bájate Roberto ya el perro se fue, asegura Laroye - Perro bravo, Perro Bravo rrruuuuuaaaa repetía el lorito sin cesar. Roberto esta con Laroye desde que él tenía 5 años de edad, se lo regalo Doña Chucha una vez que se fue a los Llanos a visitar a su hermana, cuando lo recibió estaba sin plumas y lo único que comía era pan mojado en leche, porque aún no sabía comer solito, así que Laroye se encargaba de alimentarlo, a medida que Laroye crecía Roberto también lo hacía, así que se fue convirtiendo en un hermoso y elegante pájaro lleno de plumas azules, amarillas, rojas y verdes que era su color principal. Laroye le dedicaba una hora diaria a Roberto para enseñarlo a hablar, así que el ave tenía un vocabulario extenso aparte de saber canciones completas que le enseñaba su dueño, sabia contar hasta el 50 cuando tenía un año, sabia nombrar todos los colores, le avisaba cuando venía Doña Chucha o su mamá, y también cuando sus amigos venían a visitarlo gritaba sus nombres sin parar para anunciarlos. Cuando Laroye practicaba sus lecciones de la escuela lo hacía al lado de Roberto así que él se sabía de punta a punta el libro de Coquito de primer grado, a medida que Laroye avanzaba en la escuela también avanzaba Roberto en conocimientos, sabia la tabla de suma, resta y multiplicación ya estaba prácticamente listo para pasar a cuarto grado con Laroye . Esa mañana Roberto hacia su paseo matinal igual que todos los días por el jardín de la casa cuando entro un perro negro salvajemente agresivo, tenía muchos días sin comer así que en vez de ver un bello loro de mil colores caminando apaciblemente en el jardín vio un pollo asado vestido de hawaiano, se lanzó con sus filosos dientes sobre Roberto arrancándole media cola, pero el astuto loro corrió y voló sobre el perro, primero aterrizo sobre una mata de mango pero después se impulsó y voló más alto aun llegando a la copa de la mata de coco. Cuando Laroye se dio cuenta de la situación abrió el chorro de la manguera y saco al perro del jardín, Doña Chucha salió corriendo con su siete cueros en la mano y le dio un fuetazo al perro para despedirlo de una vez y para siempre, ya eran las 4 de la tarde y todavía el loro nada que se quería bajar de la mata de coco, asustado y repitiendo todo el día perro bravo, perro bravo. Ruuuuuuaaaaaaaaaaa ruuuuuuuuaaaaaaaaaaaa Laroye comenzó a cantar todas las canciones que se sabía con su amigo Roberto, a repetir las tablas de suma y de multiplicación que eran sus preferidas y así poco a poco Roberto fue bajando, Laroye le tenía en las manos semillas de girasol que le fue dando en la medida que bajaba hasta lograr tenerlo en sus brazos. Roberto nunca supero el miedo a los perros, ni salvajes ni tranquilos, ni de ningún color, cada vez que veía un perro, fuera como fuera gritaba: Perro bravo rrrrrruuuuuuuaaaaaaa Perro bravo rrrruuuuuaaaaa y se escondía bajo las faldas de Doña Chucha.
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 20:20:57 +0000

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