SINTEIS DE: PAPELITOS QUE HABLAN Le comenté que Juan -el arrendador- demandó de Lucio -el inquilino- la rescisión del contrato de arrendamiento, apoyado en tres acontecimientos: No haber obtenido fianza para garantizar el pago de un semestre de rentas; haber dado en arrendamiento en inmueble (gasolinera) a otra persona; y no pagar las rentas. El demandante intenta convencer al Juez de que el arrendatario subarrendó la gasolinera dado que autorizo a la empresa Casa Blanca para que ésta usara el inmueble. Y con ése propósito ha llevado al juicio un acta notarial, que es documento público. El Notario que la elaboró, por petición del demandante, acudió a la gasolinera y da fe de que el arrendatario compra gasolina, paga el precio y recibe la factura expedida con el nombre de Casa Blanca. Lucio presentó frente al Juez la escritura pública, que un Notario del Distrito Federal redactó. Instrumento notarial que documenta, con fecha posterior a la que tiene el contrato de arrendamiento, que Juan y Lucio acordaron que el arrendador libera al inquilino de la obligación de adquirir la multicitada fianza y que lo autoriza a subarrendar. También mostró recibos que prueban que, hasta el día de la demanda, Juan ha recibido mensualmente el precio del arrendamiento (rentas). Y Lucio ha estado depositando el día primero de cada mes la renta pactada. El demandante ha expresado que no es cierto que haya firmado dicha escritura. Busca que un perito dictamine que no está su firma en el protocolo del aludido Notario; pero admitió ante mí –fuera del juicio- que sabe que el perito del demandado, si no es honesto, podrá hacer peritaje que concluya que Juan sí la firmó. Y nadie puede saber quién será el tercer perito que nombrará el juzgado, ni si su conducta será honorable al dictaminar. Entérese del resultado final, leyendo la columna “En Justicia” del periódico Plaza de Armas del próximo Miércoles.
Posted on: Tue, 09 Jul 2013 18:43:55 +0000
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