Si tienen tele… Por: José Luis Franco - octubre 6 de 2013 - - TopicsExpress



          

Si tienen tele… Por: José Luis Franco - octubre 6 de 2013 - 0:01 Franco en Sinembargo, LOS ESPECIALISTAS Sin comentarios La situación terrible por la que atraviesa esta especie de país –y no hablo de cuestiones circunstanciales, como los fenómenos meteorológicos que nos han traído con el Jesús en la boca– no se deriva de la mala educación, sino de la educación, sin calificativos. Ahí, con todo y las ronchas que levante mi aseveración, radica todo el daño que nos impide presumir ser un país y no una especie de. No voy a hablar de los líos de los profes en el Zócalo, tampoco de las escuelas de tejaban, menos de las que a duras penas funcionan en zonas rurales, ni de la crónica de un indulto anunciado para “la maestra”, ni hablaré en detalle de todos los Secretarios de Educación Pública que entendieron su cargo como una manera de hacerse de recursos para educar a sus hijos fuera del país. De todos ellos solo se salvan mi tocayo Vasconcelos, que de manera noble pensaba que el libro era la tablita de salvación de este país, y Jaime Torres Bodet, que lo puso en práctica con los libros de texto gratuito, después de ellos la SEP quedó en manos de la tele, en especial de Televisa, originalmente llamada Telesistema Mexicano. Por lo anterior, el problema de la mala educación o de la educación a secas en este paisito no es un asunto de aula, sino de teleaudiencia. Los nuevos héroes de la patria son aquellos guapetones y guapetonas que figuran en telenovelas; claro, la chiqueadísima selección nacional de futbol; los próceres en calzoncillo son venerados y no importa si no hay para tacos mientras los de ellos produzcan goles; boxeadores elevados al nivel de salvaguardas del orgullo patrio que al primer pinchazo se desinflan; animadores que esgrimen el albur con motivo o sin él; comediantes incapaces de construir una oración sin un puto, cabrón, pinche, ojete, mamón, que a veces constituyen la frase misma; banderos con voz de pregoneros de tamales que explotan la nostalgia de los tras fronteras o victimizan a los oriundos por ser un producto redituable a la nueva Sep, cuyo lema no escrito es “la mierda es buena: cuatrocientos millones de moscas no pueden estar equivocadas”. Rescato del fango de cantantes con banda a José Alfredo Jiménez, “Ferrusquilla”, Luis Pérez Meza y Tony Aguilar. A lo mejor se me va otro, pero no ha de ser ni el de la peinada, el mechón o el coco. El asunto de la educación no tiene nada qué ver con ratings, es algo mucho más profundo que, obvio, a nadie le interesa ver, menos a los que dirigen la cultura en este país, como lo demuestra este aporte de profunda filosofía por parte de Emilio Azcárraga Milmo, creador de varios presidentes de la República, Secretarios de Estado, Diputados, Gobernadores, Senadores, de conductores de noticiarios que dicen que es de día cuando es de noche, del célebre “Siempre en Domingo” que algunos mazatlecos sueñan con que reviva –Raúl Velasco incluido- para “proyectar” al Carnaval de Mazatlán: “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil.” Ergo: atrapados sin salida y sin quererla encontrar. La tele es la salvación y momento cumbre de la reunión familiar. Sobre todo si estás jodido y no tienes otra opción. ¡Ay, la tele! El “aun hay más” permanece en la memoria de los viejos y se ha pasado de generación en generación más que una línea de Los Sentimientos de la Nación, de Morelos; La Pelangocha merece más respeto y reconocimiento que la Corregidora y la de López Dóriga es palabra divina, como antes fue la de Jacobo. Hoy se usan los gritos para anunciar noticias, la desfachatez, con payasos que ante la cámara caricaturizan el digno oficio periodístico a la hora de exponerlas, el cinismo al momento de tomar partido sin apartarse de la doctrina Azcárraga, armar todo un programa para provocar a conciencia diferentes emociones, desde destruir moral y públicamente a un líder político, conmover al país con teletones que alivianan a la Sep, perdón, a Televisa, hasta aprovecharse con desgracias por cuestiones naturales. Al amparo de la buena voluntad, se llevan gran tajada por difundir las catástrofes nacionales (como si no fueran una de ellas) y hasta les exoneran impuestos. Eso es no tener madre. La filosofía de Azcárraga Milmo, que escogía a sus estrellas en Radio y Televisión más por la carencia de sus prendas íntimas que por sus valores, hizo un aporte muy digno de tomar en cuenta: “Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso para ver qué dicen de Televisa… Estos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta, que es una clase fabulosa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción más que la televisión” Ergo, al que nace pa’tamal del cielo le caen las hojas. Todo esto, más tener una cercanía con la religión, provoca que se acepte a una fanática alcaldesa como la Margara Cervantes, de Monterrey, que le dio las llaves de la ciudad a Jesucristo (que no acudió a la cita), para escudarse de sus pendejadas progresivas; el caso de Alejandro Higuera, un turbio tres veces presidente de Mazatlán que impidió la distribución gratuita de codones en el Carnaval y marchitó con su indolencia una floreciente tradición de una feria del libro. Peor, que recordemos sin vergüenza alguna un presidente como Fox, alías “El Botas”, que a pesar de estar en medio de su apellido no sabía ni la O por lo redondo, otro como Calderón que devastó al país como un Calígula (Botitas, es su significado) tercermundista con una guerra cruenta. O un presidente que cuando candidato no recordaba tres libros en un encuentro en la Fil de Guadalajara, ni sabe que Tijuana y Monterrey no son estados, ni que Boca de Rio no es la capital de Veracruz. Y si el Atlántico no está en el Pacífico y viceversa, problema de ellos. A estas muestras de Realismo Mágico en mi pueblo les decimos de otra manera. Decía Albert Einstein que cultura es lo que nos queda cuando olvidamos todo lo que aprendimos en la escuela. En esta especie de país no hay salvación, porque la escuela la tenemos en la sala. Solo deseo que los salve “El Tigre”Azcárraga, que con tranza y media debe estar sentado a la derecha del Padre, o Santa Laura Bozzo de los Caprichos Inmoderados, que se inmoló por voluntad propia para, con sus gritos desaforados, desviar la atención de la tragedia. Que ellos se apiaden de ustedes. Ah, y si sueñan con ser presidentes no lean. Y si tienen tele, pos ahí se ven. Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: sinembargo.mx/opinion/06-10-2013/17967. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. 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Posted on: Sun, 06 Oct 2013 18:28:08 +0000

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