"Supongamos una mujer de 22 años, madre de un pequeño de 13 meses; una mujer que desea vivir sobre todo porque su hijo la necesita; esa mujer está embarazada y ese embarazo ha sido fuente de ironía y paradoja. El producto que se desarrolla en su vientre ha generado una disfunción genética que llamamos anancelafia, carece de cerebro, así, sin remedio, morirá al momento de ser separado del cordón que lo une a Beatriz; ella, por su parte, corre un grave riesgo de muerte si el embarazo sigue prolongándose. Amparada en los más elementales sentimientos humanitarios y en el derecho fundamental de cualquier mujer, ha solicitado un aborto terapéutico con el fin de salvar su vida. Aplaudido y felicitado por la jerarquía católica de su país, un paradójico tribunal centroamericano denegó la petición de esa mujer, declaró que no podía privilegiar los derechos de la madre sobre los del producto inviable. Paradójico e irónico, según las definiciones del diccionario. Hay cosas que no pueden comprenderse, el dogmatismo es una de ellas. ¿Cómo preferir la muerte a la vida? ¿Cómo actuar en favor de una esperanza que no existe porque científicamente es imposible, frente a una necesidad de vivir que podrá salvarse si acaso se respetan los derechos soberanos de una mujer sobre su cuerpo? El tribunal salvadoreño ha preferido el discurso tradicionalista, huero y reaccionario de la falsa defensa a ultranza de la vida, a ejercer sus facultades para defender la posibilidad de que una mujer siga viviendo."
Posted on: Thu, 13 Jun 2013 15:33:07 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015