Te amo, le dijo una vez. Te amo, le repitió una siguiente. Te amo, inquirió una y otra vez. Se hizo un largo silencio, y entonces le respondió: -No me amas... -¿Por qué decís eso? ¿No ves acaso todo lo que te amo?. Nuevamente no hubo palabras; entonces, el silencio fue roto: -No me amas... Me necesitas. El tiempo pasó. Jugaremos a creer que no sucedió nada digno de mención. Y llegó el nuevo día. La encontró, paseando, varada entre un mar de gente. Le dijo: -Te amo, pero no te necesito. Y se fue caminado despacio. Podría continuar así... Ella volvió sobre sus pasos. Vio al joven, que se marchaba muy despacio, y tomo su mano. Solo le susurró estas palabras: -Amame más de lo que me necesitás, y vamos a poder construir un mundo juntos. Necesitame más de lo que me amás, y vas a hacer caer ese mundo antes de crearlo. El oyó sus palabras, y olvidó la necesidad de decir lo que sentía, de que fuera comprendido, y entonces... se limito a demostrarlo. Ella... sonrió. Amaban.
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 05:34:54 +0000