Tómense unos minutos y lean esto... no tiene desperdicio y se - TopicsExpress



          

Tómense unos minutos y lean esto... no tiene desperdicio y se empieza a comprender un poco más la realidad... …La verdad, dice Foucault en una frase formidable, es de este mundo. Eso de que la verdad no es de este mundo es una total falsedad y una total tontería; no, la verdad es de este mundo. Existe un combate por la verdad. ¿Qué significa esto de que existe un combate por la verdad? ¡Cómo no va a existir un combate por la verdad! El combate por la verdad es precisamente el que vamos perdiendo, porque para imponer la verdad hay que lograr la conquista de determinadas instituciones. Por ejemplo, el gobierno actual tiene un foco en determinado comunicador mediático que no voy a nombrar. Llamémoslo, no sé, “Juguete Mengano”, si les parece. No importa su catadura moral, lo que le importa al gobierno es su poder. Su poder reside en que llega a cientos de miles de personas. Entonces el poder dice: mirá, vos podes ir al programa de Fulano, que es amigo nuestro, pero a Fulano lo escuchan cuarenta tipos, mejor andá al programa de Juguete Mengano. No, cómo voy a ir al programa de ese individuo –dice el funcionario puro y honesto-, si es un tipo impresentable. No, andá, porque lo compramos y arreglamos ese problema. Entonces, aquí hay una lucha por los espacios comunicacionales. Si el señor Mengano comunica de una manera que hasta determinado momento era fuertemente opositora al gobierno, entonces el gobierno puede hacer dos cosas. Una, que difícilmente pueda hacer, es expropiar la radio. Difícilmente pueda hacerlo porque hay todo un orden jurídico de la propiedad privada, que en la Argentina es sagrada y es capaz de movilizar a infinitos sectores de la derecha si hace eso. Entonces lo que hace, como se trata de tipos de catadura moral voluble, por decirlo así, cuyas convicciones tienen precio, es comprar su buena voluntad, digamos. Saben esa frase: “todo hombre tiene su precio, diga el suyo”. Bueno, parece que hay señores que sí tienen un precio. Ahora, a uno le da mucha bronca saber estas cosas y empieza a pensar cómo es el poder y entonces piensa: supongamos que a ese señor le dieron, pongamos una cifra, dos millones de dólares, para que cese su campaña opositora, ¿por qué no repartieron esa plata entre los hambrientos? Entonces, la respuesta posible del poder o del gobierno sería: no, no podemos repartir dos millones de dólares entre los hambrientos, porque primero lo tenemos que parar a Mengano, porque si no lo paramos no vamos a durar para poder repartir después nada. Podría ser una de las respuestas. De todos modos, lo fascinante de esto es que lo medios de comunicación son tan importantes en este país y en el mundo que la verdad se construye a partir de ellos. La verdad se construye en los medios de comunicación de la Argentina tal como lo dice Foucault. En realidad lo que dice Foucault es que la verdad es de este mundo porque la verdad es una conquista del poder. La verdad es lucha –y aquí está Nietzsche-, la verdad es voluntad de poder, lo que quiere la voluntad de poder es someter a la otra voluntad de poder. Y aquí esta Hegel, aquí está toda la filosofía alemana, aquí está lo del amo y el esclavo, o sea, nada de esto está suelto. Entonces, lo que hacer Foucault es decir: la voluntad de poder, para mantenerse, tienen que crecer. Recuerden esto. Entonces, si un gobierno quiere mantenerse tiene que crecer. Tiene que crecer del modo que sea, no puede detenerse nunca. Aquí se va generalmente al diablo la ética. La ética tiene poco que ver con la política, porque la política tiene demasiado que ver con la pragmática, y la pragmática en política supone la ocupación de los espacios de poder. Entonces, yo necesito ocupar el espacio de poder de Juguete Mengano, porque si él todos los días le habla a trescientas, cuatrocientas, o quinientas mil personas, me puede hacer bolsa el gobierno, el Estado que yo tengo. Porque, ¿quién lo compró? Si lo compró Zultano, lo compró Perengano, pero por ahí Perengano ya está trenzando con Macri y Macri ya trenzó con Duhalde, o con Menem. No sé. No se sabe como son las trenzas, tienen un vértigo propio para seguir los caminos del poder, de la creatividad del poder, y los principios morales estorban a esta dinámica creativa de las infinitas alianzas y del poder. Entonces yo (sea quien fuere) lo compro a ese comunicador mediático molesto y él, de pronto, sorpresivamente, empieza a hablar a favor de mí, es decir, del Estado. Bueno, estoy muy contento. Pero ¿qué es lo que puede ocurrir? Y, puede ocurrir algo muy lamentable, puede ocurrir que una multinacional, que tiene muchas cash que el Estado argentino, lo vuelva a comprar a ese tal Juguete Mengano. Va a ser difícil que él diga “no, a mí ya me compraron, no me van a andar comprando todo el tiempo”. No, viene la Turner y la manda a Jane Fonda, lo compran. O –digámoslo claramente- si Duhalde o quien sea viaja a determinado lugar junto con Macri o cualquier otro, o se hablan por teléfono, y arreglan con alguien de Microsoft, vienen y lo compran ellos. Entonces, observen cómo se va dando el poder y dónde queda la moral, la moral la dan por moneditas. Aunque no, no por moneditas, sino por muchísimo dinero. Entonces el poder se mezcla con lo pragmático, con la ausencia de ética, con el dinero y con una verdad que se constituye construyendo poder. Entonces ¿Dónde está la verdad, quién tiene la verdad? Yo puedo decir: la verdad es ser decente, ser honesto. Y entonces, ¿qué me diría un político? Y bueno, no hagas política entonces. ¿Por qué?... …¿Dónde está la verdad? Bueno, la verdad, sí, está. Está en el poder para imponerla: tiene la verdad aquel que tiene más poder… José Pablo Feinmann (uno de los padres ideológicos de este modelo) en su libro ¿Qué es la filosofía?
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 14:36:08 +0000

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