Veinte años de la desaparición de Miguel Bru DOMINGO 18 DE - TopicsExpress



          

Veinte años de la desaparición de Miguel Bru DOMINGO 18 DE AGOSTO DE 2013 01:38 AddThis Social Bookmark Button Se cumplieron veinte años de la desaparición del estudiante de periodismo Miguel Bru, secuestrado y torturado hasta la muerte por personal policial de La Plata cuando la democracia estaba por cumplir una década de continuidad. alt Por Diego Kenis Entre las 23 horas de ayer y las 0 de hoy se cumplieron veinte años del ingreso de Miguel Bru a la Comisaría 9 de la Policía Bonaerense de La Plata. Nunca más se supo de él. Su ropa apareció a orillas del Río de la Plata, pero jamás sus familiares pudieron lloran ante sus restos. Ocurrido cuando Eduardo Duhalde transitaba su segundo año de mandato como gobernador provincial y la democracia argentina estaba a menos de cuatro meses de cumplir una década de vigencia tras la larga noche dictatorial, el caso Bru fue el primero conocido de desaparición forzada en el recuperado Estado de derecho. Los pormenores que conforman su relato y la participación de la policía hicieron que se transforme en un símbolo de la emergencia de la matriz subyacente y subsistente en el accionar del aparato represivo heredero del de la dictadura. La misma Comisaría 9 platense fue parte del llamado “Circuito Camps” del terrorismo de Estado, como le consta al Tribunal platense que el 25 de marzo pasado dictó sentencia en la causa pertinente. A ello se agregan los métodos de secuestro, falsificación de documentación, tortura hasta la muerte y desaparición del cuerpo que se comprobaron en el caso de Miguel. Y el pacto de silencio entre uniformados, que aún hoy impide recuperar el cuerpo de la víctima, unido a la complicidad judicial que administró la causa durante su primer recorrido por los estrados. Maldita policía Para el 17 de agosto de 1993 Miguel Bru tenía los 23 años de edad que había cumplido un mes y un día antes, y era oriundo de la localidad bonaerense de Pigüé, estudiante de periodismo y músico. Vivía y ensayaba con su banda en una casa de La Plata que era constantemente asediada por el personal policial de la zona, que refería denuncias nunca comprobadas de vecinos por ruidos molestos, pretendía endilgarles hechos delictivos inexistentes y un día allanó el lugar, llevándose detenidas a varias de las personas que estaban allí y rompiendo a su paso instrumentos de la banda. Miguel denunció a la policía por el hecho, por lo que comenzó a ser víctima de una persecución que se traducía, además, en insultos y amenazas de muerte. “Un día fue a cuidar la casa de unos amigos que vivían en el campo, a 50 kilómetros de la ciudad de La Plata, y desde entonces nunca más volvimos a verlo”, relata la página web de la Asociación que lleva su nombre y que comenzó a surgir inmediatamente después de la desaparición del joven y se institucionalizó en 1999 porque “es necesario dar respuesta a miles de casos como el de Miguel”. Durante los días posteriores a aquel 17 de agosto, la Policía Bonaerense se negó a tomar la denuncia en todas sus sedes platenses. La movilización que se gestó en las semanas que siguieron en torno a la Facultad de Periodismo de La Plata posibilitó que el caso cobrara relevancia pública. Pero el primer juez en intervenir, Amílcar Vara, evitó volcar al expediente los indicios que apuntaban hacia los policías y pretendió desviar las sospechas que recaían en los victimarios hacia la víctima, tal como ocurría con los funcionarios judiciales cómplices durante la dictadura. El magistrado, que consideró en primera instancia que “sin cuerpo no hay delito”, afirmaba que Bru estaba vivo y llegó a elaborar hipótesis acerca de que se encontraba en Brasil “con alguna chica”. Finalmente, fue destituido y el tránsito del caso por la Justicia se vio libre de ese obstáculo. Seis personas que se encontraban detenidas en la Comisaría 9 narraron que Miguel Bru había sido ingresado en esa seccional durante la última hora del 17 de agosto de 1993. Cuando escucharon sus gritos, los detenidos se asomaron a sus celdas y vieron cómo el joven era víctima del método de tortura conocido como “submarino seco”, que consistía en la aplicación de golpes de puño en el estómago a la víctima, atada y con una bolsa de nylon en su cabeza para producirle asfixia. Su nombre había sido escrito originalmente en el libro de guardia de la Comisaría, pero luego alguien se encargó de borrarlo. Uno de los testigos detenidos en agosto de 1993 en la Novena, Horacio Suazo, fue asesinado en medio de un operativo policial antes de declarar. Pero, para entonces, ya había relatado los pormenores del secuestro de Bru a su hermana. La búsqueda de Rosa Schonfeld, madre del estudiante de periodismo desaparecido, permitió hallar a la testigo y obtener los reveladores datos sobre su ingreso y cautiverio en la seccional policial platense. En 1999, en juicio oral y público, fueron condenados a prisión perpetua los policías Justo José López y Walter Abrigo, por los delitos de tortura seguida de muerte, privación ilegal de la libertad y falta a los deberes de funcionario público. El ex comisario Juan Domingo Ojeda, a cargo en 1993 de la novena seccional, y el oficial Ramón Cerecetto recibieron penas de dos años, de las que sólo cumplieron unos pocos meses. Ninguno de ellos reveló el destino del cuerpo de la víctima. Hasta hoy, la Asociación Miguel Bru sigue reclamando el procesamiento de todos los efectivos que estuvieron esa noche cumpliendo servicios en la Comisaría 9 y del ex juez Vara, por encubrimiento. En Pigüé, la ciudad donde Miguel nació en el invierno de 1970, se gestó a fines de 2010 una Cooperativa de Comunicadores Populares que lleva su nombre.
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 18:16:21 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015